En el año Granados que acaba de comenzar y que se prolongará en 2017, la importancia de su obra va a estar muy ligada a la figura de Melani Mestre, pianista, director, pedagogo y gestor musical, un hombre que abarca, con honestidad, todos los campos musicales posibles. Alumno de Sir Colin Davis, Mestre ha dado el salto a la dirección orquestal de la manera más natural posible, sin dejar el piano, de hecho, su disco con la reconstrucción del Concierto para piano y orquesta en do menor, “Patético”, de Enrique Granados, trabajo musicológico que ha contado con la presencia de la BBC Scottish Symphony Orchestra para el reconocido sello británico Hyperion, siendo el único de la colección “The Romantic Piano Concerto” dedicado a compositores españoles, está teniendo todos los reconocimientos internacionales posibles. Del mismo modo, en esta entrevista, el músico de la ciudad condal nos relata sus proyectos con un nuevo sello, Hispania Música, y sus actividades pedagógicas con la Academia Internacional de Música de Barcelona.
Acaba de rescatar un Granados, del que ya hablamos recientemente en RITMO (julio-agosto de 2015), pero usted también es director y compositor, además de pianista… ¿Quién es Melani Mestre?
Nací en Barcelona, aunque desde mi tierna infancia me crié en Tarragona, donde tuve la oportunidad de formarme musicalmente con el que fue mi primer maestro, José Antonio Calvo, discípulo a su vez del gran pianista y pedagogo Frank Marshall, continuador de la escuela pianística de Enrique Granados. Fue dicho maestro quien me introdujo en esta escuela pianística que más tarde perfeccionaría con Alicia de Larrocha en Barcelona, donde cursé los estudios con el catedrático Antoni Besses en el Conservatorio Superior Municipal de Música, al margen de estudios en composición y dirección de orquesta. Fue entonces cuando me trasladé a Londres para estudiar piano bajo la supervisión de la reconocida pedagoga rusa Sulamita Aronovsky y con Sir Colin Davis en dirección de orquesta. Más tarde, mi devoción por Andrei Gavrilov y la “escuela rusa” me llevó a trabajar con él en Alemania, al mismo tiempo que empezaba mi carrera concertística como pianista y director, casi siempre fuera de España, hasta que volví a residir en Barcelona cuando me nombraron con poco más de 25 años catedrático de piano en la ESMUC por oposición. A partir de entonces, sigo residiendo en la ciudad condal donde, aparte, fundé dos orquestas: la Filarmonía Ibérica, en el año 2013, y la Orquesta de la Sociedad de Conciertos de Barcelona, en 2001, con las que tenemos actualmente proyectos muy interesantes.
Parecía destinado a encontrarse cara a cara con Granados…
Al cabo de tantos años, parece curiosa esta casualidad en torno a la figura y a la producción musical de Granados en mi carrera como intérprete y acérrimo defensor y divulgador de la música española, tanto en nuestro país como en el extranjero. Nunca me hubiera imaginado dar con un concierto para piano y orquesta inédito e inacabado de Granados y terminar editándolo y grabándolo con la BBC Scottish Symphony Orchestra para Hyperion Records o estrenándolo en Ucrania con la Orquesta Sinfónica de Lviv, de la que fui director titular durante cuatro años. Sin duda ha sido y sigue siendo un hito en mi carrera como músico integral, definición prestada de quien ha sido una de mis grandes influencias: Andrei Gavrilov.
Músico integral… ¿Cómo se definiría usted mismo?
Desde siempre he creído firmemente en la humanización de la música y en alejarme de cualquier tipo de especialización ceñida, sin que ello signifique la búsqueda constante del perfeccionamiento, la proporción y el equilibrio entre todas las disciplinas académicas. Yo concibo la Música como un hecho integral y vital; los músicos no solemos tener horario, no podemos despojarnos del vestuario de trabajo y olvidarnos por un momento de quiénes somos y qué representamos. Somos artistas. Por otro lado, en mi caso, no puedo entender la comprensión musical desde un único plano, ya sea pianista, director, compositor, pedagogo... Necesito unir y unificar los distintos criterios, experiencias, contenidos y conocimientos en pro de una visión mucho más poliédrica y global. Para mí no hay una separación, o no debería haberla entre dónde empieza una cosa y donde termina la otra. Para ello la siempre difícil respuesta a la primera pregunta que me hizo y que hemos hablado antes de comenzar, mientras tomábamos un café: “que se siente más: pianista, director o compositor?” Como si de alguna manera tuviéramos que escoger solo una de ellas en detrimento de las otras. La que para mí resume mejor todas ellas en un conjunto es la pedagogía, ¡para algo al director de orquesta le llaman Maestro! ¡Con la responsabilidad que conlleva “enseñar” a los profesores y profesionales de una formación orquestal con años de experiencia! Pero cuando uno es honesto consigo mismo y decide apostar duro por su vocación y su pasión, en mi caso la Música, no hay límites ni esfuerzos que no estén recompensados con la satisfacción de haber logrado transmitir a los demás el gran significado de las obras musicales a través de una interpretación musical fiel, rigurosa y veraz.
Parece una evolución natural en los pianistas llegar a ser director, pero, en su caso, ¿cómo fue?
Dado que el piano es el rey de los instrumentos polifónicos, parece natural dar el salto a la dirección de orquesta, aunque ello conlleve ciertos riesgos que hay que tener en cuenta. La orquesta no deja de ser en sí mismo un instrumento con su técnica o técnicas propias, distintas por supuesto de las más estrictamente pianísticas. Justamente por este hecho, parece a simple vista tarea fácil empezar a dirigir por el mero hecho de tratar a diario con un instrumento que linda fácilmente con las capacidades más puramente orquestales; pero justamente esta semblanza puede hacer vulnerable al pianista, en muchos casos acostumbrado solo a mediar con su instrumento en solitario. La orquesta es un instrumento muy complejo, ya que no solamente interviene un factor técnico o intelectual, sino un factor humano muy importante, la capacidad de comunicar tanto con el gesto como con la palabra las intenciones y necesidades de la obra a los verdaderos músicos que van a interpretarla, con total respeto pero con la autoridad necesaria que emana del criterio. En mi caso fue una suerte seguir las enseñanzas de uno de los grandes maestros de la dirección orquestal: Sir Colin Davis. No tan solo un gran intérprete y comunicador sino mucho más allá de ello: un verdadero humanista, un hombre intelectual de su tiempo con el que aprendí no solamente qué hacer sino qué no hacer nunca.
¿Hay días en que se siente más director o más pianista?
¿Quién mejor que uno mismo para poder preparar el “acompañamiento” orquestal de un concierto para piano y orquesta, no? De hecho, en este caso no hay excusa que valga, aunque la complejidad a veces puede ser realmente titánica. Andrei Gavrilov, uno de mis referentes artísticos, como ya he reseñado, empezó a tocar y a dirigir grandes conciertos románticos desde el piano: Rachmaninov, Tchaikovsky, Prokofiev... ¿Por qué no? Pienso que no solamente se deben poder dirigir desde el piano los clásicos, sino ir mucho más allá. La partitura nos dice hasta donde podemos llegar. No siempre llega a ser fácil entenderse musicalmente con cualquier director. El hecho de prescindir de uno como tal y atreverse a dirigir desde el piano determinados repertorios evidentemente puede ser un verdadero reto, pero también podemos conseguir objetivos e interpretaciones más integrales, unificadas y coherentes, como si de una gran agrupación de música de cámara se tratara. Otra cosa es que ello se pueda conseguir con cualquier orquesta y que estas estén dispuestas a arriesgar su reputación o tradición en función de este tipo de prácticas.
¿Qué modelos admira?
Aún así, es admirable aprender de todos aquellos pianistas/directores que han marcado historia dirigiendo desde el teclado: Daniel Barenboim, Leonard Bernstein, Murray Perahia o Vladimir Ashkenazy, entre otros.
En esta doble actividad participa en los ciclos “Mozart & Friends” y “Mozart & Co.”, donde interpreta los Conciertos de Mozart con los de sus contemporáneos. Háblenos más de estos proyectos…
Efectivamente, a lo largo de esta temporada 2015/2016 estoy interpretando en público la integral de los Conciertos para piano y orquesta de Mozart, Rondós incluidos, con la Orquesta de la Sociedad de Conciertos de Barcelona, formación que fundé en el año 2001. Al margen de los 27 Conciertos de Mozart, me he propuesto el reto de interpretar al mismo tiempo otros 50 conciertos para piano y orquesta de compositores del XVIII contemporáneos a Mozart, partiendo de los preclásicos o tardo-barrocos hasta los prerrománticos. Entre ellos hay autores tan interesantes como Carl Heinrich Graun, Johann Gottlieb Müthel, Johann Christian Bach, Mariana Martínez, Wilhelm Friedemann Bach, Christoph Nichelmann, Dmytró Bortniansky, Francesco Rosetti y un largo etcétera. De ahí el nombre de los distintos ciclos en los que hemos agrupado a estos casi 80 conciertos para piano: “Mozart & Friends” y “Mozart & Co.”. Es una oportunidad única de escuchar y descubrir por primera vez en directo verdaderos tesoros de la Historia de la Música para piano y orquesta, al mismo tiempo que poder comparar los distintos estilos y tendencias musicales del XVIII en distintos países representados: Austria, Alemania, Inglaterra, Portugal, España, Italia, Holanda, Ucrania, etc., liderados todos por el genio de Salzburgo. Dichos conciertos se realizan principalmente en Barcelona, pero nuestra intención es la de llevarlos de gira en petit comité para acercarlos a todo el público que desee maravillarse con este repertorio.
Pasando de los Conciertos de Mozart, ¿qué ha tenido que ver usted con Granados…?
Al margen de estudiar y reestudiar con devoción toda esta cantidad ingente de conciertos para piano, también debo atender a otros compromisos importantes e inminentes a lo largo de este año. Entre ellos están el estreno en América como solista de mi Concertango, para piano y orquesta, acompañado por la Orquesta Sinfónica del Estado de México, por invitación del maestro Enrique Bátiz, así como la difusión y proyección internacional del Concierto para piano y orquesta en do menor, “Patético”, de Enrique Granados, durante el año del Centenario de su desaparición y del 150 aniversario de su nacimiento, es decir, 2016 y 2017. Estrenado en Ucrania en 2010, tuve el honor de realizar la primera grabación mundial acompañado de la BBC Scottish Symphony Orchestra para el reconocido sello británico Hyperion, siendo el único de la colección “The Romantic Piano Concerto” dedicado a compositores españoles a lo largo de 67 volúmenes. En 2014 fue estrenado en el Musikitalo de Helsinki con la Karelia State Philharmonic Orchestra, y el pasado año 2015 lo interpreté por vez primera en México con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, siendo estrenado de este modo en el continente americano. Próximamente será presentado en Rusia, Escandinavia, China, Brasil, Bulgaria, etc., en colaboración con el reconocido director de orquesta catalán Marc Moncusí.
¿Está ya publicada la partitura?
Sí, ha sido publicado por la Editorial Boileau de Barcelona en su versión de partitura orquestal, y a lo largo de este año verá la luz la reducción para dos pianos, con la finalidad de llegar a más intérpretes y estudiosos que quieran abordar esta magnífica obra concertante desconocida y al mismo tiempo desconcertante. Como ya dije en su día, al propio Granados le boicotearon el estreno, motivo por el cual dejó de escribir la obra posiblemente para transcribirla más tarde, pero la fatalidad de una muerte prematura e inesperada le sorprendió al igual que a una gran cantidad de obras principalmente sinfónicas que nunca llegaron a publicarse ni a estrenarse hasta el día de hoy. Afortunadamente, y después de años de trabajo concienzudo y meticuloso, saldrá durante el año del centenario la primera integral de la obra sinfónica de Granados editada por mí y publicada por Boileau, que ya en su día llevó a cabo la edición integral de la obra para piano de la mano de la insigne Alicia de Larrocha. Entre las obras que destacaran figura una Sinfonía, totalmente desconocida; la Suite Oriental, recompuesta y reconstruida a partir de los manuscritos originales e indicaciones del propio compositor; la Suite sobre cantos gallegos (ya editada y estrenada en su día); el poema sinfónico Dante y, finalmente, la orquestación del Segundo Concierto para piano y orquesta Op. 21 de Chopin, entre otras obras muy interesantes. Al margen de la obra para orquesta, en 2016 verá también la luz la primera edición de la Sonata para violín y piano en la mayor de Granados en tres de los cuatro movimientos concebidos por el compositor leridano. Esta edición, que publicará mi nuevo sello editorial, Hispania Música, es fruto de un trabajo de recuperación de dicha obra de la que solamente se conocía un solo movimiento. Ya en 2010 tuve la oportunidad de estrenar en Ucrania los dos movimientos desconocidos, que se publicarán con una revisión minuciosa del primero. Desgraciadamente, el estado muy embrionario del cuarto ha hecho imposible la recuperación total de la obra, a imagen y semejanza de la famosa Sonata de Cesar Frank, obra en repertorio del duo formado por el mismo Granados con Thibaud, a quien está dedicada la Sonata. También, durante el presente año 2016, daremos a conocer el Festival Granados en Barcelona, donde tendré el gusto de interpretar la integral de la obra pianística y de cámara del compositor en varios conciertos, así como presentar algunos estrenos sinfónicos del mismo en primicia mundial.
Es interesante el proyecto de reconstrucciones musicológicas con un nuevo sello, Hispania Música…
Exactamente. Hispania Música se presentará durante este año 2016, año de importantes efemérides musicales, como una nueva realidad discográfica y editorial que dará un verdadero vuelco (o al menos eso esperamos) a la difusión y normalización de la Música Española en el mundo. Al mismo tiempo ofrecerá la posibilidad aún desconocida y remota de viajar a nuestro más lejano pasado musical, recuperando muchas de las más antiguas grabaciones discográficas de nuestros grandes intérpretes, realizadas tanto en estudio como en directo, masterizadas y remasterizadas con una calidad excepcional, ya sea en formato físico (CD o vinilo) como en formato digital, para todos los públicos o en edición limitada. De la misma manera, descubriremos a través de este proyecto discográfico verdaderos genios olvidados injustamente de la música española, que serán llevados al disco por vez primera, tanto por artistas y formaciones nacionales como internacionales de prestigio. Entre los primeros lanzamientos podemos destacar la primera grabación mundial que he realizado de la integral de las Sonatas para tecla de Manuel Espona (1714-1779), los Conciertos para piano y orquesta de José Palomino (1755-1810), Mariana Martínez (1744-1812) y Manuel Narro (1729-1776), la obra sinfónica en varios volúmenes de Manuel Blancafort (1897-1987) o la integral de las grabaciones en estudio y en directo de la gran pianista aragonesa Pilar Bayona. En cuanto a la edición de música impresa y bibliografía musical, Hispania Música publicará en breve la traducción inglesa del libro “Historia del violonchelo en Cataluña” (Editorial Arpegio, ver sección de libros, pág. 67), así como distintas obras orquestales, solísticas y camerísticas de compositores españoles desde el XVIII hasta la segunda mitad del XX que nunca antes han visto la luz. Una verdadero tesoro del cual estar todos orgullosos.
Desde el punto de vista pedagógico, usted ha creado la Academia Internacional de Música de Barcelona (AIMB)…
Como bien decía al principio, esta visión completamente integral y cíclica de la Música en sí misma me ha llevado al más alto nivel de cuantos acontece el arte musical: su enseñanza y su divulgación en todas sus formas. La pedagogía, para mí, no es tan solo una manera de estar en forma y reciclarme constantemente, como hacen y deben hacer distintos profesionales en sus respectivas especialidades, sino una manera de devolver a la sociedad todo aquello que he aprendido y me han transmitido los grandes maestros y las grandes personas que de forma altruista han compartido sus conocimientos, tanto en mi etapa académica como a lo largo de mi carrera y trayectoria como intérprete, director y compositor. Personalidades como Alicia de Larrocha, Rosa Maria Kucharsky, Joseph Banowetz, Leonid Brumberg, Aquiles Delle Vigne, Sulamita Aronovsky, Colin Davis, Lorin Maazel, Martha Argerich, Vladimir Ashkenazy, Daniil Shafran o Ivry Gitlis, entre muchos otros, a quienes tengo que agradecer todo lo que me he aprendido y me siguen enseñando a diario. Pero, para poder llevar a cabo esta misión, es necesario una infraestructura solida y un portal abierto al mundo que sea puerta de salida y de llegada del conocimiento sobre el arte musical y su enseñanza. De esta manera ha nacido la Academia Internacional de Música de Barcelona, el primer centro internacional de estudios musicales de alto rendimiento para todas las edades, niveles y especialidades, sin límites y con relaciones institucionales y convenios de colaboración en más de cinco países y centros de gran tradición musical.
Es un golpe en la mesa apostar por la enseñanza…
Sí, de hecho la Academia está ubicada en pleno centro de Barcelona. Está centrada en dar cabida a todas las propuestas de enseñanza musical por medio de un sistema de itinerarios personalizados y proyectos curriculares basados en dos grandes ejes: la tradición y la modernidad. No podemos obviar que la recuperación de nuestro patrimonio y nuestra tradición musical es esencial a la hora de pretender fundamentar una estructura académica sólida, tanto para los alumnos con intereses profesionales, como los que simplemente buscan un perfeccionamiento lúdico de sus habilidades y sensibilidades musicales. Pero dicha tradición sería hoy en día insuficiente si no estuviéramos abiertos a todas las nuevas tecnologías, tanto en cuestiones metodológicas como en infraestructuras, pasando por un estudio pormenorizado de gran parte de los planes de estudio a nivel mundial y del mercado musical actual que nos ha llevado casi 10 años a dar el salto. La Academia Internacional de Música de Barcelona ofrece desde el curso 2015/2016 el nivel superior de estudios musicales, otorgando a los estudiantes una doble titulación académica una vez superados los estudios: en primer lugar una titulación propia y en segundo lugar una titulación extranjera expedida a través de los distintos centros asociados a nuestra academia y que forman parte del llamado Plan Bologna. Es decir, lo bueno de estudiar en el extranjero pero sin moverse de casa.
Es una apertura de puertas y una nueva oportunidad para muchos estudiantes…
Teniendo en cuenta que casi el 35% de los alumnos que quieren cursar estudios superiores no obtienen plaza de su especialidad en los demás centros de la ciudad condal, habitualmente por falta de oferta, la AIMB abre sus puertas tanto a alumnos nacionales como internacionales que deseen cubrir las más de 200 plazas de que disponemos una vez superadas las pruebas de admisión, ya sean para realizar estudios superiores como también másters y postgrados propios en especialidades como: Música Española, Dirección de Orquesta, Práctica Orquestal con dos de nuestras formaciones profesionales, Pedagogía Instrumental, Interpretación Instrumental, etc.
Suma y sigue, señor Mestre. Muchas gracias por su tiempo.
http://aimbcn.com/
http://www.hyperion-records.co.uk/a.asp?a=A2497
Por Gonzalo Pérez Chamorro