Tras un vuelo de Lisboa a Madrid, Luísa Tender se relaja y nos habla de su último proyecto, las Sonatas del compositor portugués João Domingos Bomtempo, que ha grabado para el sello Grand Piano. Su conversación vuela a la misma velocidad que el avión que le ha traído a España, pues se muestra ilusionada hablando de estas obras y de sus connotaciones históricas, así como de su manera de pensar la música y su actividad pedagógica.
Esta primera pregunta la hace el lector… ¿Quién es Luísa Tender?
Soy… una pianista. Una entre cincuenta millones (dice riendo), pero tengo algunos intereses particulares, como por ejemplo la música de mi país, de Portugal. Mi formación musical fue inicialmente en Portugal, pero estudié después en Estados Unidos, Inglaterra o Francia, donde estuve gracias a una beca Calouste de la Fundación Gulbenkian. Me gusta mucho la música de mi país, pero también el repertorio tradicional, como Bach, Schubert, Debussy… Es decir, soy una pianista a la que le gusta mezclar los repertorios menos conocidos para el público con los más tradicionales.
El principal motivo de esta entrevista es que acaba de salir para el sello Grand Piano la integral de las Sonatas para piano de João Domingos Bomtempo. ¿Qué le motivó para grabar a Bomtempo?
Tengo un gran interés en la época de Bomtempo, que vivió en la transición del siglo XVIII al XIX. Este es un periodo histórico muy importante e interesante en la historia de Portugal. Bomtempo nació después del terremoto de Lisboa de 1755. Su padre era oboísta en la ópera del rey de Portugal. Vivió en Portugal hacia finales del siglo XVIII y marchó a París antes de la primera invasión francesa de Napoleón en 1807. Así que este fue un periodo muy intenso y rico en nuestra historia y, desde mi punto de vista, está bastante cercano a nosotros.
¿Cree que le enriqueció a él, como músico y como persona, el tener que irse ante la convulsa situación política?
Dejó Portugal como un joven músico en busca de éxito y, probablemente, en busca de un mayor desarrollo musical en el extranjero, como en París, donde tuvo bastante éxito cuando llegó. Puedo intuir que allí aprendió mucho, especialmente por el contacto con algunos amigos íntimos, como Clementi y Pleyel. Estuvo bien asociado a la mayoría de los nombres europeos relevantes, especialmente franceses e ingleses, aunque también italianos, como Clementi. Puedo dar por sentado que aprendió mucho, y esto se ve reflejado en las Sonatas.
Cuál cree que es la principal influencia de Bomtempo, quizá Clementi, quizá Haydn…
Sin duda los más grandes, como Haydn, Beethoven o Mozart. En algunas Sonatas se percibe claramente la influencia y en algunos pasajes hay citas idénticas, lo cual era muy normal en la época, no era un problema… También es muy importante la presencia de Clementi, entre otros.
Ha grabado la integral de las Sonatas por orden temporal, por orden de composición. ¿Pero ese es realmente el orden de escritura?
Se sigue debatiendo acerca de la fecha de composición de las Sonatas. Hay todavía muchas dudas desde el punto de vista musical e histórico. Por ejemplo, con respecto a la Op. 5, la que está en Do menor, se encontró una copia en una biblioteca en los noventa.
¿Dónde?
En Stanford, por un musicólogo portugués, João Pedro Alvarenga. Hasta los noventa no se tenía conocimiento de ninguna copia de esta obra. No había originales, no se sabía de su existencia.
Todas las Sonatas del primer disco tienen un subtítulo: Grande Sonate, Grand Sonate y “An easy Sonata”, con tonalidades muy propias del clasicismo y del pre-romanticismo. Esta última, ¿es fácil o es simplemente un subtítulo?
Creo que es solamente un subtítulo, una Sonata que Bomtempo escribió para sus alumnos. Pero la he tocado muchas veces y no es fácil... Tiene pocas notas en comparación con las otras, sin embargo, es una Sonata muy delicada; la mano izquierda tiene cosas muy difíciles de hacer, con mucha delicadeza y con un toque muy bien equilibrado.
Entonces entendemos que Bomtempo era un virtuoso de su momento…
Cierto, era un virtuoso de su momento. Y hay muchas críticas de sus actuaciones en París y Londres que hablan de su increíble talento. De hecho, ¡me encantaría viajar al pasado y escucharlo!, para comprender su expresión técnica. Puedes verlo en su última Sonata Op. 20, que es muy virtuosa; realmente te agota como pianista, con esos pasajes tan difíciles y su extensa duración.
¿Ha tenido la tentación de interpretar esta música en un piano histórico?
Como pianista profesional nunca haría eso, por ejemplo, para una grabación. Porque la verdad es que no es mi área de conocimiento o ejercicio. En realidad no creo que fuera capaz de hacerlo bien, aunque quisiera. Mi instrumento es el gran piano; grabé estas Sonatas en un gran piano Steinway de sonido muy completo, un piano muy impresionante como instrumento, de la Fundación Gulbenkian en Lisboa.
De todas formas... ¿Este repertorio del primer tercio del siglo XIX se puede interpretar en pianos de la época y en pianos actuales?
Claro, durante mi formación y estudio tuve la oportunidad de tocar este repertorio en algunos pianos historicistas. Lo que estoy intentando decir que es que nunca lo haría en vivo o para una grabación.
¿Cuál fue su primer encuentro con Bomtempo?
Conozco las Sonatas desde que era una niña, más o menos. Porque fueron publicadas en los 80, y las vi en la Fundación Gulbenkian. Conocía algunas de sus obras orquestales e instrumentales. Recuerdo las antiguas grabaciones de sus Sonatas por la pianista italiana Nella Maissa, que fue muy relevante en el panorama de la música clásica portuguesa de los años 70 y 80.
¿Cuándo fue el momento en el que pensó que podría grabar a Bomtempo?
Nella Maissa, que vivía en Portugal, grabó todas las sonatas excepto el Op. 5, que como dije fue descubierto en los años 90. Un día estaba escuchando sus grabaciones, pensaba lo inspirador de su grabación y lo espléndidamente interpretadas que estaban, pero también pensé que este repertorio necesitaba ser interpretado de nuevo por pianistas diferentes. No tiene sentido que solo haya una o dos grabaciones de las Sonatas de Bomtempo; esta música merece más recorrido.
¿Cómo fue la respuesta de Grand Piano a su propuesta?
La respuesta fue muy buena. Envié la petición con este repertorio más el resto de las piezas para piano de Bomtempo, y llegamos a la conclusión que era demasiada música para ser grabada de golpe. Por eso decidimos apegarnos a las Sonatas. Entretanto, en el proceso de estudio y grabación ahondé en las demás obras, como las variaciones y las fantasías. La grabación ha tenido como mecenas económico al Banco Carregosa (www.bancocarregosa.pt).
¿Ha pensado en grabar todo ese repertorio restante?
Probablemente voy a grabar este verano dos de los Conciertos para piano de Bomtempo. Pero en cuanto al resto del repertorio, no estoy completamente segura. Y hay algo que no me gusta, que se me vincule solo a Bomtempo y a nada más… Es como si “Luísa fuera igual a Bomtempo o Juan igual a Brahms”. No me gustaría que el público se pueda aburrir de mis interpretaciones. “Aquí esta Luísa otra vez con Bomtempo…” (comenta mientras se ríe).
Entiendo que en un recital con obras de Bomtempo hay cabida para otros compositores…
Claro, lo he mezclado estos últimos años con los clásicos, como Mozart, Beethoven o Haydn. Pero también con otros compositores portugueses más antiguos. Por ejemplo, aquí en Madrid toqué en la Casa de América en un concierto promovido por la Embajada de Portugal. Interpreté también una Fantasía de Sigismund Neukomm, un alumno de Michael Haydn que se fue a Brasil. Es decir, me gusta rodearlo de sus contemporáneos, aunque también lo he tocado de manera monográfica, como en ciclos especializados, como en la Casa da Musica de Oporto y en la Fundación Gulbenkian de Lisboa, donde el público es exigente y tiene mucha curiosidad.
Como ibéricos que somos españoles y portugueses, está música tiene mucho de ambos países…
Estos dos países tienen en común un origen histórico en la Edad Media; de vez en cuando discutían como un par de amigos cercanos o parientes que se ven a menudo… Tuvieron además reyes comunes en los siglos XVI y XVII. Pero esta proximidad no se debe solo a grandes hechos históricos, o la escasa distancia que separa a Lisboa de Madrid. Hay una profunda similitud de tradiciones y cultura; esto se palpa de manera increíble entre las regiones adyacentes de España y Portugal. ¿Ha viajado alguna vez desde el Miño a Galicia? ¿O desde Trás-os-Montes a Sanabria? Encuentro que esta continuidad es aún más evidente en el norte de Portugal, que puede tener que ver con la ubicación más septentrional de una raíz ancestral común. Habiendo dicho todo esto, pienso que algunos compositores españoles y portugueses, del mismo modo que pintores y escritores, tienen una especie de “sabor” ibérico, más que una individualidad española o portuguesa. Sin embargo, en el caso de Bomtempo, no podemos olvidar que su padre fue músico e italiano de nacimiento. Así que, por muy portugués o ibérico que haya sido, no podemos ignorar sus orígenes italianos. Sin embargo, curiosamente, eligió Francia en lugar de Italia para continuar sus estudios...
Podemos hablar un poco de su actividad profesional…
Soy esa clase de persona a la que le gusta hacer muchas cosas distintas. Bomtempo ha sido uno de mis proyectos que ha acaparado mucho de mi tiempo en estos 3 últimos años. También he hecho otras actividades, como escribir un tratado destinado a los profesores (O pescador de sons: Desafios para piano em dez peças inéditas), o preparar otros repertorios, interpretando otras músicas y dando clases. Hacer muchas cosas de manera paralela conlleva la precaución de hacerlo todo con calidad. Interpreto con regularidad, no con tanta como otros pianistas, porque esto tiene que ver con mi estilo de vida; necesito sentirme de alguna forma tranquila y segura a la hora de interpretar música. Interpretar música no tendría sentido para mí si tocase dos conciertos a la semana. Desde este punto de partida, necesito concentrarme, necesito abstraerme, necesito tiempo para mi piano, necesito reflexionar sobre la música. Para que cuando haga un recital lo haga extremadamente bien, creando algo realmente especial. Pero aun así, toco bastante a menudo, con una actividad regular tanto como solista como músico de cámara, que adoro.
¿Qué clase de música de cámara?
Me encanta interpretar con músicos de cuerda, aunque recientemente interpreté un curioso programa con un Ensemble de vientos. Pero particularmente me gusta tocar con cuerda. En realidad, he tocado un poco de todo si hablamos en términos camerísticos.
Un quinteto con piano, quizás…
Sí, pero déjeme explicarle que la última vez que toqué un quinteto con piano fue el de Schumann, pero en la versión de David Walter para flauta, oboe, clarinete, fagot, trompa y piano, en una evolución a sexteto; fue un proyecto un poco “loco”, pero sonó muy bien. Me gusta mucho la música de cámara, de hecho mi anterior disco a Bomtempo fue música de cámara, en un CD con el chelista portugués Bruno Borralhinho, con obras de la primera mitad del siglo XX. Lo grabamos para Dreyer Gaido.
Portugués el repertorio, ¿o europeo?
Portugués, con varias sonatas para violonchelo y piano y piezas breves. Lo llamamos Pagina Esquecida, que es también el título de una pieza del compositor portugués Fernando Lopes-Graça, incluida en el disco.
¿Algo así como “páginas olvidadas”?
Páginas olvidadas, sí. En el sentido que es un repertorio “olvidado”, un repertorio que pocos músicos han tocado hasta ahora.
¿La música tiene sentido si no se toca para el público?
Es así, me gusta tener proyectos en los que me pueda concentrar y que me permitan individualizar de cara al público. Siempre que tengo una invitación para tocar, me pregunto a mí misma que me gustaría tocar y que me gustaría escuchar. Porque lo que para mí tiene sentido, a pesar de que puedo tocar cualquier cosa, es saber lo que el público, en ese sitio en concreto, en ese momento, en esa ciudad en particular, quiere escuchar. Y por supuesto hay repertorios que me gustan más que otros, o repertorios con los que me siento más cómoda que otros. Me gusta tener programas individualizados y exclusivos para mi público. Es una actitud relacionada con la profundidad que se siente como intérprete para crear los momentos que te conectan con el público. Cuando interpreto repertorio “tradicional”, como las Variaciones Goldberg, que he tocado cinco veces en un pasado reciente, lo que me mueve es la convicción (“modestamente hablando”, recalca Luísa) de que puedo transmitir algo profundo y personal al público en términos de emociones. De hecho, estoy muy interesada sobre la fuerza de las emociones en la música.
Concede mucha importancia a la reflexión, a pensar… ¿Cómo vive en una época en la que todo va tan rápido?
Me ha tocado vivir esta época. Así que no es algo de lo que pueda huir; tengo que adaptarme. Pero a veces, simplemente apago mi móvil o mi ordenador. Tengo una especie de número privado con un teléfono que solo mi marido y los profesores de mis hijos poseen, para que puedan contactar conmigo en caso de emergencia. De este modo puedo sentarme frente a mi piano y quien quiera llamarme o contactar conmigo pueda hacerlo más tarde. Necesito una paz interior para ocuparme de la música. No tiene sentido que un músico que ama la música, lo cual espero que sea el caso de la inmensa mayoría de músicos (dice sarcásticamente), no tengan tiempo para la música. Es como estar casado con alguien y solo ver a esa persona una vez al año; tienes que dedicar tiempo para aquellas cosas que amas. En nuestro mundo, como bien ha dicho, las cosas van muy rápido, y existe el riesgo de que muchos músicos, músicos que aman la música y que adorarían tener tiempo para su música, simplemente no puedan hacerla. Porque tienen demasiados conciertos, tocan demasiado, viajan muchísimo, contestan a más llamadas o emails de los que deberían... Al final, todos necesitamos descansar…
En su interpretación y en su forma de tocar, ¿hasta qué punto hay cabeza y hay corazón?
Vaya, es una pregunta interesante, muy sugerente. Me hace pensar: hay cabeza, hay corazón y hay manos. Ninguno de estos componentes trabaja por sí solo. Creo que fui entrenada musicalmente por profesores muy exigentes, como Vitalij Margulis o Irina Zaritskaya. Eran todos muy exigentes en términos de técnica. Y esto es la base de la actuación musical, no puedes vivir sin ella como músico. Tienes que tenerla y mantenerla, lo cual es casi tan difícil como adquirirla. Tienes que mantenerla incluso cuando no tienes tiempo, tienes que encontrar tiempo para practicar y mantener ese ritmo en términos de técnica. Luego está la cabeza; creo que mí relación intelectual con la música es muy potente, adoro practicar cuando voy viajando, en el tren, e ir pensando sobre tal sonata, o tal fuga o música en concreto. Y demostrar a mí misma si sé las cosas desde un punto de vista intelectual; tener una representación exacta y precisa de la música en mi cabeza. Y entonces es cuando llegamos a la parte sentimental, emocional. Hay una enorme conexión entre tu intelecto y tus emociones. Todo está relacionado con la psicología de la actuación y de cómo reaccionas a tu instrumento. Una pregunta como: “¿exactamente en qué elementos musicales se encuentra tu concentración?”. Con ella podríamos decir que tu cerebro trabaja lo mismo o más que tus manos. No puedes subestimar la relación entre el trabajo de tus manos y el trabajo de tu mente, pero entonces entra la emoción, y eso es desde mi punto de vista el motivo para hacer música. Puedo desarrollar una conexión emocional muy fuerte con algunas obras musicales en particular. Una de las mejores cosas que tengo en mi vida es la posibilidad de amar con mucha fuerza una pieza musical. Y poder decir: “Me encanta, la tengo que tocar y no me importa que muchos otros pianistas la hayan tocado ya”. Pero precisamente por esta fuerte conexión emocional, creo que con esta obra puedo decir algo especial a este público en concreto en este recital. Para mí, el tema sentimental es la razón y el sentimiento por el cual sigo tocando el piano. Es la razón de tener esta profesión, es un motivo sentimental.
¿Cuántos pianos tienes en casa?
En mi casa de Lisboa tengo un Bechstein de concierto y un Yamaha U2 vertical. Y en el campo, en la casa de mis padres, tengo un Rönisch vertical, mi favorito, que fue mi primer piano.
En su núcleo familiar, ¿tiene hijos? ¿Tocan el piano?
Mi hijo mayor tiene 9 años y toca el violonchelo. Mi hija va a empezar las clases de piano esta semana, pero ya me ha dicho que no quiere ser pianista…
Hay un ambiente muy musical…
Bueno, en mi familia, mis padres fueron médicos; no tenían ninguna conexión profesional con la música, pero les gustaba mucho, así que siempre me llevaban a conciertos, escuchábamos música en casa... Por supuesto tuve la suerte de tener su apoyo como estudiante cuando me formaba. En casa hay un ambiente musical, y aunque mi marido sea psiquiatra, le gusta mucho la música. ¿Pero no estábamos hablando de mis pianos?
Siga, siga…
El Bechstein de concierto es un piano que me gusta mucho, lo compré en Londres, es un antiguo piano de 1907, restaurado, y es muy importante para mí. Y en Oporto tengo un Yamaha C5.
¿Cuál es su relación con los pianos en un concierto?
No es la misma, está la pulsación, el sonido, la sala... Me enseñaron a pensar que si algo que va mal o falla, es culpa del pianista, ¡no del piano! He tocado muchos conciertos y recitales en mi carrera, y he tocado en pianos muy buenos, pero también he tenido la magnífica oportunidad de tocar en pianos muy malos…
¿Magnífica?
Sí, magnífica, entre comillas... Porque es algo de lo que realmente aprendes. A no ser que un piano sea realmente malo, jamás diría que no voy a tocar con él. Y el motivo de esto es que me enseñaron, especialmente Margulis, a pensar, sentir y actuar sabiendo que tengo que hacer lo posible e imposible con el instrumento. De hecho, veo decir a pianistas: “este no es un piano suficientemente bueno para mí…”. A veces malos pianos pueden hacer cosas asombrosas, si el pianista es bueno.
Tiempo de Bomtempo de nuevo… ¿Cuáles son las principales características de su música?
Formas clásicas… Cuando compuso esta música, en una época de cambios, él no hizo demasiados cambios en la forma. Experimentó en términos de melodía y armonía, pero en las Sonatas las formas son clásicas. En algunas Sonatas está experimentando, como podría ser en la última Sonata Op. 20, mientras que en otras Sonatas simplemente compone como un compositor clásico. Diría que puede ser etiquetado como un compositor clásico tardío, influenciado por los compositores europeos clásicos más importantes. De alguna forma, bajo mi punto de vista, fue un autor que estaba a rebufo de su época. Por otro lado hizo algunos experimentos importantes, como podría ser la “Gran Sonata” Op. 20 que he citado.
Hice un experimento con Bomtempo a un gran conocedor del repertorio pianístico, le puse el primer movimiento de la Op. 5 en do menor, y le pregunté si era capaz de averiguar el compositor. Me comentó que quizá Haydn o Clementi. Y habló de Haydn por la facilidad de conjugar elementos básicos y profundos a la vez...
Convertir algunos elementos básicos, como melódicos y rítmicos con profundidad, es algo muy importante dentro de la obra. Eso es lo que hace Bomtempo. Si analiza alguna de sus Sonatas, los temas principales pueden ser reducidos a unos pocos elementos melódicos y rítmicos. Definitivamente esto es común con algunas obras Haydn; es algo a tener muy en cuenta. De algo muy simple es capaz de crear una obra musical que en muchos casos es muy grande. En las Sonatas, metafóricamente hablando, es capaz de hornear un gran pastel con muy pocos ingredientes.
Qué proyectos tiene con Bomtempo en los próximos meses…
Lo estoy tocando en algunos recitales en Portugal, e incluyéndolo en dos conciertos en Alemania a final de noviembre. Y aunque no está confirmado, creo que en Londres en 2020.
¿Nada en España por ahora?
No, por ahora nada… La verdad es que me encantaría dar a conocer a un compositor cuya raíz es ibérica. España y Portugal, por la situación geográfica con respecto a Europa, han estado algo más aislados que otros países, pero están contactados, tienen algunas características comunes que los hacen muy cercanos el uno al otro. Aun hoy en día, pero especialmente en la época de Bomtempo.
¿Dónde ejerce como docente?
Doy clase en la Escola Superior de Artes Aplicadas (ESART) en Castelo Branco.
¿Cuál es su interés como docente?
Estoy interesada en hacer de mis clases, clases de calidad, y de hacerlas crecer. Como profesora de piano, mis clases en Castelo Branco pertenecen a una institución de educación superior.
¿Es público?
Sí, es una institución pública. Nuestro departamento de música es bastante relevante en el entorno musical portugués. Allí comencé a dar clases de piano hace siete años, después de dar clases durante dos años en la Escola Superior de Musica (ESMAE) en Oporto. Con muy pocos alumnos, porque era aún muy joven por aquel entonces, y bueno, ya se sabe, los profesores de piano a veces necesitan ser un poco más (explica humildemente) relevantes. Precisamente porque doy muchas master classes en el conservatorio y escuelas de música, algunos buenos estudiantes fueron allí a estudiar; a día de hoy hay un grupo muy interesante de pianistas. Todos ellos tienen dieciocho años o más, porque esto es educación superior; todos quieren ser pianistas. Incluso tenemos un grupo de estudiantes de Brasil. Hemos hecho muchos contactos, incluso con otras escuelas superiores de Europa. Es un trabajo gratificante, porque adoro ser capaz de enseñar a artistas más jóvenes todo aquello que he aprendido. Adoro tocar, pero podría decir que adoro tocar tanto como dar clases. Cuando tengo un buen alumno, alguien que está motivado y estudia... puedo transmitir como si fuera una especie de conexión: ideas y estrategias musicales, sin tener que interpretarlas por mí misma. Si hay alguna limitación, viene del hecho de que uno mismo es el que está tocando; cuando uno es profesor, es capaz de transmitir y pedir a otra persona tocar. De alguna forma podríamos relacionarlo con algún tipo de conductor; me encanta hacer ambas cosas, no enseño muchas horas a la semana porque obviamente podría afectar a mi práctica. Por eso tengo las clases los miércoles y los jueves, pero incluso en mis días de clase guardo unas horas para ensayar y practicar. Y tengo mucha suerte de trabajar en una escuela maravillosa donde se motiva a la gente a tocar. En este momento puedo elegir a mis alumnos, lo cual es muy importante, y no siempre ha sido así... Me encantan las clases magistrales… Mi modelo como profesor es Vitalij Margulis, con el que tuve la suerte de estar durante tres años muy intensos en Los Ángeles. Fue un ejemplo de persona y de músico; podía transmitir sus ideas musicales de una forma clara y bien estructurada. Después de una de sus clases, sentías que habías estado dentro de algo muy especial. Me gustaría ser capaz de explicar de la misma forma de la que era capaz de hacerlo él.
¿Le completa la enseñanza como persona?
Es lo que me gustaría decir acerca de la enseñanza: no creo que me gustase ser solo pianista y pasar los días practicando y no haciendo nada más, no tener contacto con otras personas de forma profesional, no ser capaz de explicar u orientar. Me dejaría en cierto modo incompleta. Porque ser pianista puede ser algo que crea una gran situación de soledad. Veo la enseñanza como veo mi vida familiar, como la parte de un todo en la cual entra la actuación. No puedo evitar este pensamiento egoísta en el que sé que solo voy a vivir una vida y en la que tengo que ser feliz. La enseñanza no tendría sentido sin la actuación, y viceversa, ni trabajar en la música, si no hubiese nada más. Todo esto es parte de mi vida, en la que busco, como todos nosotros, encontrar la máxima felicidad.
por Gonzalo Pérez Chamorro
https://www.luisatender.com/
Para saber más sobre la grabación:
https://www.naxos.com/catalogue/item.asp?item_code=GP801-02
Foto: La pianista portuguesa Luísa Tender ha grabado para Grand Piano las Sonatas completas de João Domingos Bomtempo (1775-1842).
Acred: © Paulo Padrela