Con una sólida trayectoria musical, la pareja formada por el flautista asturiano Roberto Álvarez y la arpista malaya Katryna Tan nos presentan su último disco, titulado sugestivamente “La Noche”, un recorrido por los misterios nocturnos y sus secretos, pero también una apuesta por la creación contemporánea para dos instrumentos, el arpa y la flauta, que como ellos cuentan en la entrevista, “el fluido sonido acuoso del arpa y el melódico sonido aéreo de la flauta forman una perfecta combinación”. Esta combinación se ha producido gracias a la fusión de dos culturas, la asiática y la europea, propiciada por los propios intérpretes con relación directa con los compositores, más concretamente la española y la asturiana, que es la procedencia, influencia o residencia de los compositores españoles representados en el disco, Fernando Agüeria, Ignacio Rodríguez Guerra, María Dolores Malumbres, Miguel Prida y Jorge Muñiz, a los que han unido con los creadores asiáticos Chen Zhangyi, Robert Casteels y Ho Chee Kong, en un disco que no solo promueve la música contemporánea para una combinación instrumental que “necesita” más repertorio constantemente, sino que ha creado un puente cultural entre dos maneras de entender la música y la cultura, representadas curiosamente también por los protagonistas del disco. Katryna Tan y Roberto Álvarez hablan apasionadamente en este encuentro con RITMO de la música que contiene su disco, un mundo sonoro envuelto en los misterios de la noche.
Para que nuestros lectores tengan una idea de vuestro trabajo, deberían saber en primer lugar quiénes son Roberto Álvarez y Katryna Tan.
KATRYNA TAN.- Actualmente trabajo en Malasia y Singapur, donde obtuve el Premio Nacional para las Artes en 2005, que conlleva un importante prestigio, logrando una beca de perfeccionamiento en la Universidad de Michigan, Estados Unidos. También obtuve el Premio “Setiawan Tuanku Muhriz” (STM) otorgado por el Rey del Estado Negeri Sembilan, en Malasia. Creo que he contribuido a la difusión y al establecimiento del arpa en mi país, creando además un vínculo como embajadora de la cultura asiática en países occidentales, e interpretando música asiática contemporánea, de la que yo mismo me siento parte activa al ser también compositora. Mi obra Water Dance, de 2005, fue nominada en la categoría de Mejor Composición Original, compuesta para los V Premios del Arte de Malasia en 2007. Tengo además otras composiciones que se tocan habitualmente, como Sketches y Jiang Jin Jiu. También me dedico a la enseñanza, como casi todos los músicos profesionales. Soy profesora en SOTA (School of he Arts), de Singapur, dirigiendo el Programa Cempaka de Arpa y tres festivales dedicados al arpa en Singapur.
ROBERTO ÁLVAREZ.- Nací en Avilés, en Asturias. Mi pasión por la música y la flauta travesera se remonta a cuando de niño tuve que escoger un instrumento para mis estudios musicales en Avilés. Escuché a Michala Petri tocando un concierto para flauta de Vivaldi con flauta de pico. Pensé que era una flauta travesera, y ese fue el instrumento, una flauta de pico, el que elegí para estudiar en el Conservatorio. Muchos años más tarde tuve la ocasión de contarle esta anécdota a la propia Michala cuando compartimos escenario en Singapur. He tenido la suerte de contar con profesores que me encaminaron profesionalmente a la música y de los que recibí apoyo desde el mismo momento de empezar los estudios. Entre mis profesores más influyentes están mi primer profesor, que me enseñó solfeo, Gonzalo Casielles Camblor, y ya en flauta, Myra y Peter Pearse, flautistas de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Cuando concluí mis estudios superiores en España, trasladé mi vida a Manchester donde trabajé y me perfeccioné con flautistas como Peter Lloyd, Richard Davis y Patricia Morris, entre otros. Después de mi estancia en Manchester, trabajé en la Oviedo Filarmonía y en la Orquestra do Algarve además de colaborar con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, la Orquesta Sinfónica de Barcelona y la Bach Akademie de Stuttgart. Tras varios años en Portugal tocando en una orquesta pequeña con repertorio muy clásico, me apetecía un cambio y decidí encaminarme a orquestas más grandes y de un repertorio más amplio. Siempre había sentido curiosidad por Asia y cuando surgió la oportunidad de hacer una prueba para la Orquesta Sinfónica de Singapur no me lo pensé dos veces. Así es como llegue a Singapur en 2007, una ciudad multicultural en la que me he sentido muy cómodo desde mi llegada. En la Singapore Symphony Orchestra soy piccolo solista. Desde mi acceso hace cinco años no solo he actuado en la orquesta sino que también he hecho mucha música de cámara, he tocado de solista y me he dedicado a la docencia tanto de flauta como de música cámara, y también con la Joven Orquesta de Singapur. Toda esta actividad me ha permitido llevar a Asia muchas obras españolas, de autores contemporáneos, centrándome en el repertorio español contemporáneo para flauta, y haciendo multitud de estrenos absolutos.
En vuestro último disco colaboráis juntos ¿Cómo os conocisteis y cómo surgió la idea de este disco? ¿Cuál es el origen de “La Noche”?
RA.- El disco hermana de alguna manera las músicas españolas y singapurenses. Es posible que la idea surgiera de ver cómo en Singapur conviven las personas más diversas en un país de dimensiones bastante pequeñas, y de cómo todas las culturas y las religiones se respetan mutuamente. Me sigue resultando curioso que a menos de tres minutos caminando desde mi casa pueda llegar a un templo budista, uno hindú y a una mezquita. Desde luego es algo sorprendente cuando en las noticias no cesamos de ver los enfrentamientos que se dan entre culturas diferentes ¡Es todo un ejemplo! Conozco a Katryna Tan desde el año 2007, cuando yo estaba haciendo mi período de prueba con la Orquesta Sinfónica de Singapur y ella estaba tocando como sustituta de la arpista de la orquesta. Tocábamos una pieza de Tan Dun que dirigía él mismo (es uno de los compositores asiáticos con mayor presencia en Occidente, Plácido Domingo estrenó su ópera The First Emperor -El Primer Emperador-, en el Metropolitan de Nueva York, nada menos) en la que había un papel destacado para el arpa y para la flauta baja. El caso es que nos gustó mucho la experiencia de tocar juntos y nos llevamos muy bien desde el principio. Poco tiempo después estábamos haciendo recitales de música de cámara juntos.
El proyecto de “La Noche” surge del interés que tenemos tanto Katryna como yo por la música contemporánea. Es muy importante difundir la música que se hace hoy en día, y la relación entre compositores e intérpretes es fundamental. Por eso pensamos en aportar obras de estreno al repertorio de flauta y arpa. Es un proyecto atrevido, y que sepamos es la primera vez que se publica una grabación de esta formación en la que todas las obras sean nuevas. Es un disco único y aporta mucho aire fresco al repertorio, que a veces se estanca en las mismas obras de siempre. También buscamos que las obras que estrenamos no se toquen solamente el día del estreno, sino que sigan vivas en concierto. Sería muy interesante presentar las obras en España, si surgiese la ocasión… La idea del disco, que es de producción propia, era además del obvio puente cultural entre los dos países, entre Singapur y España, trabajar muy estrechamente con todos los compositores. Desde el mismo encargo de las piezas les dimos libertad total a la hora de componer. De hecho, lo único que le dijimos a cada uno de ellos fue que el tema del disco sería la noche. Fue un acto de fe que salió muy bien, ya que las obras son muy dispares, aunque se complementan perfectamente, haciendo del disco un concepto muy sólido.
La conjunción del arpa con la flauta parece ideal; podríamos decir que son unos socios tímbricamente perfectos…
KT.- Sí, tiene razón, la flauta es una combinación muy natural con el arpa, que ya en el siglo XX, especialmente con Debussy, tuvo una profunda génesis aislada de otros instrumentos. Los colores tonales y tímbricos de ambos instrumentos se complementan uno con otro. Con el fluido sonido acuoso del arpa y el melódico sonido aéreo de la flauta, forman una perfecta combinación. Hay que recordar que el mayor concierto escrito para ambos instrumentos fue el Concierto para flauta y arpa en Do mayor de Mozart, escrito en 1778, el cual, como casi todo Mozart, sigue tocándose hoy en día con mucha frecuencia. También podríamos recordar algún entreacto de Carmen de Bizet, en la que el arpa y la flauta tienen esa conjunción tan maravillosa, que también puede escucharse y que se toca muy habitualmente en la Suite orquestal de la ópera. Más recientemente algunos compositores han escrito para esta combinación, como Lowell Liebermann, Marjan Mozetich y hasta Nino Rota, entre otros. Aunque el arpa y la flauta, como he dicho, tengan una conjunción ideal, es importante encontrar en tu conjunción quien te entienda y consiga una comunicación para hacer música, como me ocurre con Roberto. Ambos hemos interpretado numerosas obras juntos y disfrutamos haciendo música contemporánea. Por tanto, nos embarcamos en este proyecto de crear nuevas obras para la flauta y el arpa de compositores de España y Singapur. Nos alegra que este proyecto haya llegado a consumarse y que continuamente esté con vida, que estemos interpretándolo en diferentes lugares. Esperamos que llegue a convertirse en un repertorio asentado y con cierta importancia para otros arpistas y otros flautistas del mundo.
RA.- La flauta es un instrumento muy versátil. La prueba es la cantidad de música de cámara que hay para flauta con todo tipo de combinaciones, bien sea con cuerdas, con viento o con percusión. De hecho, se utiliza mucho la flauta también en música no clásica, como en el jazz, el folc, etc. En el caso de la combinación de flauta y arpa, creo que se consiguen unas sonoridades muy puras, que no encuentras en otras agrupaciones. Personalmente, me encuentro muy cómodo tocando con arpa, y me parece una combinación irresistible. En este disco conseguimos unos colores muy especiales, desde momentos de mucho carácter y agresivos, hasta el sonido más cristalino posible. Como le decía, la flauta es un instrumento que destaca por su versatilidad. Además de tocar con formaciones clásicas durante toda mi vida, bien sea en grupos de cámara o en orquestas, también como solista, toqué durante unos años con grupos folc de Asturias, destacando entre ellos Balandrán, una agrupación muy ecléctica en la que coincidíamos músicos de formación clásica con otros que venían del jazz o de la música tradicional asturiana. Balandrán llegó a grabar dos discos e hizo giras internacionales. Con ellos fui al Festival Intercéltico de Lorient, de donde guardo muy gratos recuerdos. Volviendo a las formaciones clásicas, disfruto mucho tocando con arpa, pero también con piano o con agrupaciones más amplias. El último concierto de cámara que toqué en Singapur fue por mediación de la Embajada de España en Singapur. Un repertorio “mediterráneo” con mucho sabor español para flauta, violín y piano que incluía mis arreglos de La Danza del Fuego y la Danza del Molinero de Falla, y también el interludio de La Boda de Luis Alonso y Suspiros de España, todos ellos arreglados especialmente por mí para esa ocasión. En Singapur hago mucho repertorio tanto de cámara como de solista, además de al menos un concierto semanal con la orquesta. Con ellos, con la Sinfónica de Singapur, hice el Concierto para piccolo y orquesta de Bruce Broughton. Fue la primera vez que se interpretó un concierto de piccolo en Singapur, y la verdad es que fue una experiencia inolvidable. Me gusta incluir mucho repertorio contemporáneo en mis recitales, y siempre intento incluir alguna pieza nueva española. Sin embargo, no puedo especializarme en este repertorio, ya que disfruto demasiado con obras de todas las épocas. Por ejemplo, me encanta tocar repertorio barroco. En la orquesta disfruto mucho con todo tipo de obras, sobre todo de Shostakovich, Stravinsky, Tchaikovsky, Mahler, etc. Esta variación constante de repertorio y de formaciones es algo que me entusiasma.
En el disco se percibe una especie de espiritualidad en el ambiente…
KT.- Roberto y yo hemos disfrutado enormemente con la creación de “La Noche”. Todas estas obras son primicias musicales que antes de ser grabadas en el disco no han tenido una interpretación, con lo que hemos pasado mucho tiempo trabajando juntos para encontrar las mejores interpretaciones posibles y resolver todos los problemas que aparecían en cada obra y en cada pasaje. Fue todo un desafío que ha logrado un final feliz, que como usted ha dicho transmite una espiritualidad fruto del trabajo y esfuerzo común.
RA.- Gracias por su comentario… Respecto a esta espiritualidad en la grabación, quizás se deba a la sólida amistad que tengo con todos los compositores. Claro que con Jorge Muñiz, con Miguel Prida y con Ignacio Rodríguez Guerra, autores de La Nueche de San Xuan, Motionless Vault (Bóveda Inerte) y Gigante Blanca, respectivamente, tengo un vínculo muy especial porque estudiamos juntos en el Conservatorio de Asturias. Pero el hecho de ser el único componente del proyecto que conoce personalmente a todos los compositores que han participado en el disco, ha hecho que para mí “La Noche” haya sido una grabación muy especial. De Jorge Muñiz había hecho el estreno en Asia y en Europa de su Concert-Etude para flauta sola. De Miguel Prida también había estrenado una adaptación para flauta y arpa, también con Katryna, en el arreglo para flauta y arpa, de una pieza suya para flauta y piano. Y de Ignacio Rodríguez como compositor es la primera ocasión en la que colaboramos, aunque habíamos tocado juntos en innumerables ocasiones, ya que es violinista profesional. Con Robert Casteels he colaborado estrechamente desde que llegué a Singapur en el 2007, y de momento le he estrenado tres obras: Nachtlied, que es la que está incluida en el disco, Birds Song, para grupo de cámara numeroso (si le interesa le digo los instrumentos, pero lo puede encontrar en su página web*), y Mirror of Sound, una pieza muy especial para flauta de concierto, flauta china, flauta India y piano. Fernando Aguëria, que aporta Moonlight al proyecto de “La Noche”, fue mi profesor de Pedagogía y Estética, entre otras asignaturas, en el Conservatorio de Asturias. Con Fernando llevo mucho tiempo colaborando, desde que le estrené la obra Trans-Dos para flauta y clarinete, y también unas piezas sobre la mitología asturiana para flauta sola. María Dolores Malumbres, la compositora de Pieza para Flauta y Arpa, es una compositora de gran relieve a quien suelen estrenarle obras en el Festival de Música Contemporánea de Alicante. También forma parte de mi familia política. Y con Ho Chee Kong, autor de Last Dragonfly Dance y con Chen Zhangyi, de Five Constellations, son las primeras colaboraciones que hago, pero ha sido un absoluto placer tocar sus obras. En algunas ocasiones, en coloquios después de un concierto de música contemporánea, la gente del público me ha comentado que habían ido al concierto con temor a no entender la música y que, sin embargo, finalmente habían disfrutado mucho de las obras. Creo que aún hay que romper muchas lanzas a favor del repertorio contemporáneo, y no se debe abordar solamente desde un punto de vista cognitivo, sino también dejarse llevar por la música y sentirla con espiritualidad.
Qué me pueden decir del arpa en un caso y la flauta en otro, tanto como instrumentos solistas como su función, en algunos casos fundamentales, dentro de una orquesta sinfónica…
KT.- El arpa en la orquesta sinfónica y en la música de cámara desempeña diferentes roles. En la orquesta el arpa ha sido utilizada tradicionalmente como un instrumento que añadía color al sonido sinfónico, con efectos de glissandi, arpegios, armónicos, etcétera. La mayoría del cuerpo sonoro de la orquesta sinfónica se sustenta en la sección de cuerda. En la música de cámara el arpa tiene una mayor importancia como soporte armónico del grupo de cámara, teniendo su rol melódico en bastantes ocasiones. Personalmente, disfruto tocando música de cámara, de este modo el arpa tiene mayor interacción y diálogos con otros instrumentos que dentro de la orquesta sinfónica, teniendo además la posibilidad de discutir las direcciones musicales de la obra, su fraseo y la capacidad de influir decisivamente en el resultado final interpretativo, que en la orquesta se reduce a una menor importancia.
Tal vez el Impresionismo, y a partir de del siglo XX, es cuando el arpa comienza a tener mayor protagonismo orquestal, como la flauta en su combinación…
RA.- Estoy muy de acuerdo con usted. El repertorio orquestal francés, los impresionistas y especialmente Debussy y Ravel, son importantísimos para ambos instrumentos. El Preludio a la siesta de un fauno** es sin duda una obra muy emblemática tanto para la flauta como para el arpa. Los colores que crea Debussy en esta obra son tan puros que son siempre especiales de tocar (y de escuchar). Es un lujo tener obras tan importantes como el Preludio, o en música de cámara la Sonata para flauta, viola y arpa, otra obra muy “nuestra” de Debussy. También la combinación de flauta, arpa y cuerda es muy especial, tanto en orquesta como en cámara. Uno de los proyectos en común que tenemos Katryna y yo será el hacer un repertorio de flauta, arpa y trío de cuerdas con miembros de la Orquesta Sinfónica de Singapur. Hay obras preciosas de Damase, Pierné, Roussel y una versión del Chant de Linos de Jolivet, que se suele hacer con flauta y piano, pero que en versión de quinteto, realizada por el propio compositor, adquiere una dimensión nueva, imposible con otra instrumentación. Otras obras que sirven de punto de encuentro entre la flauta y el arpa con la orquesta son el Concierto de Mozart y el de Liebermann, como ya ha dicho Katryna. Sobre el de Mozart poco hay que decir, es una belleza de Concierto y un auténtico placer tanto tocarlo como prepararlo con alumnos. Lowell Liebermann es un compositor muy conocido entre los flautistas, pero quizá no tanto fuera de ese círculo. Crea sonoridades muy especiales. Como ve, comienzo a hablar de compositores y de gustos musicales y no puedo parar, por eso disfruto tanto con la variedad de repertorio. Justo después de la presentación del disco de “La Noche” en Singapur, la siguiente actuación como solista fueron unos conciertos de flauta de Vivaldi. Hay mucha música que escuchar y que tocar y no hay tiempo para tanto… Por otra parte, el ejemplo que damos en el disco está claro. En “La Noche” se ven representados muchos estilos diferentes de música. El resultado es un disco variado, pero también con un hilo argumental muy definido. Interesante para el iniciado y a la vez asequible para quien quiera acercarse por primera vez al repertorio del siglo XXI y al que ya está acostumbrado a un lenguaje más contemporáneo.
¿Cuál es su opinión acerca de las obras del disco, ya que apenas teníamos conocimientos de estos nuevos compositores?
KT.- “La Noche” fue el tema que nosotros les ofrecimos a los compositores, y ellos le dieron la libertad de expresión a cada obra. Estamos muy agradecidos y muy sorprendidos por los diferentes ángulos tomados por cada compositor. En Moonlight y Gigante Blanca, ambos compositores han creado una escena nocturna contemporánea repleta de misterio y serenidad. Aunque la melodía y la armonía son contemporáneas, el compositor explora el uso tradicional del arpa como principal instrumento armónico, dotándola de serenas frases arpegiadas, mientras que la flauta flota melódicamente. Ambas piezas se desarrollan en su núcleo, con ambos instrumentos interactuando, teniendo diálogos, antes de retornar a la atmósfera del comienzo, una interpretación casi perfecta de “La Noche”… En Nachtlied, Robert Casteels se acerca a la estructura programática. En cada movimiento nos habla de sentimientos de la noche, describe la noche misteriosa, la seducción que tiene un joven muchacho para trabajar por la noche, con el miedo repentino a lo desconocido, cosas extrañas que pueden ocurrir en la noche (un mundo repleto de fantasía). Este temor se construye gradualmente hasta llegar al clímax con su detonación, sintiendo una sensación la libertad, antes de que la noche regrese finalmente. Trabajé con Casteels e hicimos un diseño de la obra para captar su esencia. El arpa y la flauta tienen muy definidos sus roles. Casteels, para contar esta historia, usa varias técnicas actuales para el arpa, como armónicos, golpes sobre la consola como pequeña percusión o desplazamientos del pedal, que combinados crean unos nuevos y refrescantes colores sonoros para el arpa. Está tocada con flauta alto, flauta y piccolo. Five Constellations de Zhangyi es de nuevo una muy distinta concepción nocturna. Mirando a las estrellas en la noche, él trenza cinco movimientos: Vela, Columba, Lyra, Coma Berenices y Eridanus.
RA.- Es difícil para mí elegir obras en este disco. Hemos trabajado durante un año codo con codo con los compositores y participado en la creación de las obras. Creo que cada pieza tiene su historia, su lenguaje propio y todas ellas se complementan muy bien. Hay algunas piezas que utilizan recursos especiales, como la obra de Jorge Muñiz La Nueche de San Xuan, Nachtlied de Robert Casteels, Moonlight de Fernando Agüeria y Gigante Blanca de Ignacio Rodríguez Guerra. Y hemos trabajado mucho porque esos efectos no se utilicen porque sí, como suele ocurrir en muchas obras modernas, en las que se encadena un efecto tras otro, y más que una obra musical parecen un muestrario de efectos no convencionales. En el caso de las piezas de este disco, los efectos están muy bien cuidados, creando unas atmósferas imposibles de conseguir de otro modo. Un ejemplo es la percusión de llaves con la flauta al final de Nachtlied; estuvimos probando infinidad de efectos diferentes con distintas flautas hasta que dimos con el sonido más adecuado. Sin duda, uno de los logros de esta grabación es el contraste entre las diferentes obras. Por un lado está la Pieza para flauta y arpa de María Dolores Malumbres, que es completamente atonal, y por el otro está, por ejemplo, Motionless Vault, de Miguel Prida, que utiliza un lenguaje mucho más modal. Pasamos de la energía de Five Constellations de Chen Zhangyi a la calma de Last Dragonfly Dance de Ho Chee Kong. De la complejidad de Nachtlied a la belleza de Moonlight, o al paisaje sonoro que supone Gigante Blanca. Para mí ha sido muy importante trabajar de cerca con cada uno de los compositores. Escuchar sus ideas sobre música, a menudo enfrentadas con las de algún otro compositor del mismo proyecto, y sacar mis propias conclusiones. Sin embargo, no me puedo decantar por ninguna de las obras. Todas ellas tienen un atractivo grande. Y cuando tocamos este repertorio en concierto, al conversar con el público, siempre me parece curiosa la diversidad de opiniones. Cada uno tiene su obra favorita… Es muy importante que los nuevos músicos hagan repertorio contemporáneo y lleven nuevas obras al público. Debemos hacer entre todos que esa distancia que se ha producido entre el espectador y la obra de estreno se haga más corta. Es la música de nuestros días, en la que se hacen obras realmente interesantes con las que el público puede disfrutar mucho.
Todo esto hace imprescindible, además de la audición del disco, escuchar estas músicas en directo ¿Cuándo podrá ser en España?
KT-RA.- En principio tenemos conciertos en Singapur y estamos cerrando fechas en distintos puntos de Asia, como Malasia o Hong Kong, y también en Australia. Estamos intentando llevar el proyecto a España, pero parece que los problemas económicos se manifiestan especialmente en la cultura, y todo indica que de momento no nos pueden llevar. Por supuesto estaríamos encantados de participar en conciertos en España. De momento (habla Roberto) sigo ejerciendo de embajador cultural en Asia. Según tengo entendido que el día del estreno del disco se hicieron más estrenos de compositores asturianos en Singapur que en España durante todo el año. Esperemos que pronto se pueda ver este proyecto en España. Siempre estamos abiertos a propuestas.
Muchas gracias a los dos. Ha sido un placer.
OCHO RETRATOS NOCTURNOS - CD "LA NOCHE"
“LA NOCHE”.
F. AGÜERIA: Moonlight. C. ZHANGYI: Five Constellations. I. RODRÍGUEZ GUERRA: Gigante Blanca. M.D. MALUMBRES: Pieza para flauta y arpa. R. CASTEELS: Nachtlied. M. PRIDA: Motionless Vault. H. C. KONG: Last Dragonfly Dance. J. MUÑIZ: La Nueche de San Xuan.
Roberto Álvarez, flauta. Katryna Tan, arpa.
FLS1112 • 57’33’’ • DDD
Cualquiera imaginaría que tras “La Noche”, un disco de música contemporánea para flauta y arpa de compositores españoles y asiáticos, uno podría encontrarse ante un delicado disco con dos instrumentos que juntos vestirían de sedas cualquier obra que hicieran. Pero no es así. En “La Noche” la flauta y el arpa se desvisten de sus habituales clichés para convertirse en dos instrumentos de una entidad superior, entrando de lleno en un mundo sonoro de una fuerza irresistible, como se puede comprobar desde la primera obra del disco, la espléndida Moonlight de Fernando Agüeria, con una tensión rítmica inquietante y una magia sonora especial. Como si fuera un pulso entre Oriente y Occidente, le toca el turno al creador de Singapur, en este caso el interesantísimo Chen Zhangyi con Five Constellations, una pequeña suite galáctica de intenso colorido sonoro, que alterna el uso instrumental de ambos instrumentos. El ambiente cinematográfico de la excelente Gigante Blanca no es una casualidad, pues su autor, Ignacio Rodríguez Guerra, compone habitualmente para la pantalla. Toda una joya perfectamente construida. Pieza para flauta y arpa de María Dolores Malumbres (continúa el intercambio cultural) entra en un mundo menos sugerente y de mayor calado vertical que horizontal, componiendo una serie de variaciones finales en la mejor línea de una intencionada frialdad emotiva. En Nachtlied los instrumentos deben pluriemplearse para alcanzar todos los recursos tímbrico que pide Robert Casteels, un creador muy considerado en el Sudeste asiático. Si se escucha con atención, se descubren ciertas influencias bartokianas muy sugerentes, nada que ver con la delicadeza, esta vez sí, de Motionless Vault de Miguel Prida, una preciosa canción repleta de sutileza. En un estilo muy oriental, Last Dragonfly Dance de Ho Chee Kong nos abre las puertas a un mundo sonoro que puede resultar familiar por sus usos armónicos, pero que encierra una modernidad salvaje en su tratamiento de las escalas orientales. Para cerrar, la jolgoriosa y experimental La Nueche de San Xuan de Jorge Muñiz, en la que los recursos expresivos de la flauta son agotados hasta lo posible, en una búsqueda de la intensidad expresiva más bárbara. Con discos como este, producidos al margen de una compañía de discos, que une dos culturas y fomenta la creación contemporánea, puede encontrarse un nuevo camino para el mundo discográfico.
Por: Gonzalo Pérez Chamorro