Recién concluida la 58 edición del Concurso Internacional del Piano Premio Jaén, la música ha sido la protagonista en la ciudad que es la capital de una provincia conocida como “paraíso interior” (es la provincia española con mayor superficie protegida, con cuatro parques naturales y dos parques periurbanos). El piano tuvo durante una semana su sede mundial con las intensas pruebas que dejaron un ganador ruso, el intérprete Alexander Panfilov. Entrevistamos al diputado de Cultura y Deportes de la Diputación de Jaén, organizadora del certamen, Juan Ángel Pérez, así como tratamos todos los temas que han protagonizado esta edición, la 58, que ya anuncia los festejos que se producirán en la 60, que será la catedral de las ediciones del Premio Jaén de Piano.
Juan Ángel Pérez, diputado de Cultura y Deportes de la Diputación de Jaén
¿Qué impulso se le ha dado a esta nueva edición?
Desde la Diputación Provincial de Jaén se ha apostado por acercar este certamen a la ciudad y a la provincia, con el objetivo de hacer partícipe de esta importante cita cultural a cada uno y cada una de los habitantes de la capital y del resto del territorio provincial. Para ello, hemos seguido impulsando actividades para trasladar este concurso al público en general, con la realización de conciertos de piano a cargo de alumnos y alumnas del Conservatorio Superior de Música de Jaén en lugares con gran afluencia de público, además de organizar recitales pianísticos en distintos municipios de la provincia en los que han tomado parte concursantes del certamen. A estas actividades se han sumado el ya tradicional Maratón de Piano, la colocación de bancos-piano en distintos puntos de la ciudad o el encuentro con el compositor de la obra obligada, así como una exposición de fotografías del artista jiennense “Sitoh”, que en forma de banderolas, realiza un recorrido por distintas ediciones del certamen.
¿Qué significado tiene el Concurso para la Diputación, que continúa apostando con fuerza por este evento…?
Estamos hablando de un evento que, probablemente, sea la actividad que más ha conseguido trasladar el nombre de Jaén fuera de las fronteras jiennenses, ya que hasta nuestra provincia se han desplazado pianistas de todos y cada uno de los cinco continentes. Un éxito que no es algo fortuito, sino fruto del prestigio que se ha ganado este certamen con el paso de los años, gracias a una cuidada organización, al nivel y calidad tanto de sus participantes como de los miembros del jurado, su dotación en premios y también a su grado de dificultad y exigencia, puesto que los intérpretes deben enfrentarse a un abanico muy amplio y variado de compositores. Desde la Diputación de Jaén siempre apostaremos con fuerza por este evento.
¿Qué trascendencia tiene a nivel internacional?
Este es un concurso de gran prestigio internacional. Nuestra pertenencia a instituciones internacionales tan importantes como la Federación Mundial de Concursos Internacionales de Música y la Fundación Alink-Argerich garantizan, no sólo la solvencia y rigor de este concurso, sino que le dan una gran difusión en los ámbitos musicales de todo el mundo. Asimismo, también desde la Diputación de Jaén, se realiza una intensa labor de comunicación a través de de la página web de esta administración y del certamen (que sólo a lo largo de esta edición ha recibido visitas de medio centenar de países), así como en redes sociales y revistas especializadas. Por otra parte, se realizan envíos de información e invitaciones a nivel nacional e internacional mediante correo electrónico y postal a una amplísima base de contactos, tanto de conservatorios, escuelas de música y otras instituciones musicales, como a posibles concursantes y numerosas personas interesadas en nuestro concurso.
Desde 1993 hay una obra obligada, encargo expreso de la Diputación a un compositor. ¿Qué importancia tiene?
La obra obligada es una de las principales singularidades del Premio Jaén, ya que a través de la misma se ha generado una importante literatura musical, puesto que se trata de una obra que, desde el año 1993, se encarga ex profeso a un compositor español de renombre y prestigio y se estrena a nivel internacional. El elenco de compositores que hasta ahora han realizado esta obra obligada, y los cito a todos, está integrado por Manuel Castillo, Carlos Cruz de Castro, Antón García Abril, Valentín Ruiz, Ángel Oliver, Zulema de la Cruz, Joaquín Reyes Cabrera, Tomás Marco, José García Román, Xavier Montsalvatge, José Luis Turina, Luis de Pablo, Eneko Vadillo, Leonardo Balada, Josep Soler, Joan Guinjoan, Claudio Prieto, Daniel Mateos, Juan A. Medina, José Zárate, Juan de Dios García Aguilera, Juan Manuel Ruiz, Alejandro Román y Juan Cruz-Guevara. A ellos se ha sumado en esta 58 edición, Manuel Seco de Arpe, catedrático de composición en el RCSMM, que posee una dilatada trayectoria en esta materia. En concreto, la obra que ha compuesto para esta edición ha llevado por título Anamorfosis, Op. 152, una pieza inspirada en un melenchón de Jaén, como guiño además a la cultura tradicional de la ciudad.
Podría hacernos un balance de la edición recién concluida…
Ha sido una edición que ha destacado por el alto nivel de los participantes, lo que ha dificultado enormemente la decisión del jurado. Estamos realmente satisfechos del elevado número de concursantes inscritos en esta edición (una cifra récord, con 74 intérpretes), en la que han tomado parte finalmente 45 pianistas de 16 países distintos. Asimismo, el desarrollo de todas las fases del concurso ha sido también excelente, con una amplia respuesta de público y una gran cobertura mediática. Una vez más, el jurado ha estado formado por figuras de primer nivel internacional, que lo han tenido muy complicado a la hora de decidir los ganadores de esta edición ante el elevado nivel de los finalistas. Por primera vez, Albert Attenelle, de España, ha sido presidente del mismo, en el que han ejercido como vocales Bao Hui-Qiao, de China; Julian Martin, de Estados Unidos; Tamas Vesmas, de Rumania; Pilar Bilbao y Rafael Quero, de España y Ralf Nattkemper, de Alemania; además de Pedro Jiménez Cavallé que, una vez más, ha actuado como secretario. El éxito de este certamen organizado por la Diputación y en el que están presentes otras administraciones locales, regionales y nacionales, como la Junta de Andalucía, el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Jaén y la Fundación Unicaja, es fruto del esfuerzo común de todas las instituciones vinculadas con este concurso y de otras entidades que colaboran en el mismo como los Conservatorios Superior y Profesional de Música de Jaén, que han albergado junto al Nuevo Teatro Infanta Leonor las distintas pruebas del Premio Jaén, la Asociación de Amigos del Premio Jaén de Piano o la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén.
Expectativas para la 60 edición de 2018…
Evidentemente será una edición muy especial, en la que ya puedo adelantarles que hemos empezado a trabajar aún antes de finalizar la de este año…
El Concurso desarrolla una interesante labor educativa…
Una de las características fundamentales del Premio “Jaén” es su faceta didáctica, algo que pone de manifiesto la organización de actividades como el Maratón de Piano (en el que este año han participado más de 550 pianistas, de todas las edades y niveles, procedentes de 26 centros educativos de 22 municipios de la provincia) o la presencia a lo largo del concurso como público de alumnos y alumnas de los centros musicales de municipios jiennenses. En el marco de esta faceta didáctica, consideramos fundamental la organización de actividades como el maratón, que se lleva a cabo de forma previa al inicio del concurso, ya que invitamos a estudiantes de piano de distintos puntos de la provincia a tocar de forma ininterrumpida a lo largo de doce horas, lo que favorece el intercambio de experiencias musicales entre los mismos y, además, contribuye a implicar a jóvenes estudiantes de todos los conservatorios en la interpretación de este instrumento y fomentar su interés por este certamen pianístico. Los participantes provienen de escuelas y conservatorios de toda la provincia y cada año es un éxito, y también un reto más, por la gran cantidad de niños y niñas que asisten. Además, se ha desarrollado este año, en el Centro Cultural Baños Árabes, un taller didáctico dirigido a escolares sobre el funcionamiento del piano, una actividad que se ha complementado con la publicación del libro didáctico “El piano no muerde”, de Clara Castro y Rafael Sánchez, con ilustraciones de Elena Ortega. También se ha llevado a cabo el V Concurso para escolares “Mi Piano”, convocado por la Diputación a través su canal en YouTube, una iniciativa de gran valor para los docentes que quieran alentar y ayudar a difundir la participación de su alumnado en una actividad ligada al Concurso.
La dotación de premios es impresionante, comentémosla...
Sin duda, es una dotación importantísima. En total, el certamen reparte 52.000 euros entre sus cinco principales galardones. Recordemos que el primer premio, patrocinado por la Diputación Provincial de Jaén, no sólo tiene una dotación económica de 20.000 euros, sino que el ganador también recibe la Medalla de Oro del concurso y diploma, y lo que es más importante para su carrera, tiene la oportunidad de grabar un disco con el sello discográfico Naxos, y realizar dos conciertos: uno en Jaén, patrocinado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País y otro al día siguiente de la prueba final, con la Orquesta Ciudad de Granada. Asimismo, el segundo premio, patrocinado por la Junta de Andalucía, consta de 12.000 euros y diploma; y el tercer premio, que está patrocinado por Unicaja, de 8.000 euros y diploma. A estos tres galardones se suma, por un lado, el Premio “Rosa Sabater”, que se concede al mejor intérprete de música española durante el concurso, consta de 6.000 euros patrocinados por el Ayuntamiento de Jaén y un concierto organizado y patrocinado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Y, por otro, el Premio “Música Contemporánea”, que se otorga al pianista más destacado en la interpretación de la obra obligada y que está patrocinado por el Ministerio de Cultura y tiene una dotación económica de 6.000 euros. Por último, existe un último galardón, que es el “Trofeo del Público”, concedido por los espectadores que asisten a la final del concurso. Es una escultura en bronce de unos 25 centímetros alusiva a un piano, de la que hace entrega la Asociación de Amigos del Premio de Piano Jaén Bujariza que, presidida por Juan José Mudarra, es la encargada de recoger los votos del público asistente a la final. Además, la Diputación Provincial de Jaén se hace cargo de los gastos de alojamiento de los concursantes y concede a los que superan la primera prueba y toman parte en la segunda fase eliminatoria bolsas de viaje de 300 euros, con el objetivo de facilitar su estancia. Esta cifra se eleva a 400 euros para los que se clasifican para la tercera fase y no obtengan ninguno de los cinco principales premios.
El primer premio conlleva una grabación con Naxos…
Como bien comenta, la grabación de un disco con el prestigioso sello Naxos es uno de los galardones del primer premio. Es una iniciativa que lleva realizándose desde 2008 y para muchos de los ganadores supone la grabación de su primer disco, por lo que se convierte en una carta de presentación incomparable. La primera pianista en grabar fue en 2008 la jovencísima Yun Yi Qin, de China. En 2009 fue el ucraniano Antonii Baryshevskiy; en 2010 el serbio Mladen Colic; en 2011 la española Marianna Prjevalskaya; en 2012 el chino Yutong Sun; en 2014 el japonés Akihiro Sakiya y, actualmente, está en proceso de edición el disco de la ganadora de 2015, la canadiense Anastasia Rizikov. Lo que pretendemos con la grabación de este disco es mostrar cómo es el pianista que ha logrado el primer premio. Por eso, la grabación se realiza inmediatamente tras la finalización del concurso y en el mismo piano utilizado durante el certamen, para así tener la misma imagen del pianista que ganó en Jaén, antes de que tenga la lógica evolución que tienen todos los músicos.
Muchas gracias por su tiempo, ha sido un placer.
Por: Gonzalo Pérez Chamorro
Jaén, la pequeña Moscú
Aunque busco y rebusco entre los callejones de mi ya maltrecha memoria, no soy capaz de ponerle rostro a una semifinal que iguale a la de esta de 2016, una edición digna de pasar a la historia dorada del “Premio Jaén de Piano”, que tan ejemplarmente organiza la Diputación Provincial. Hubo un claro y rotundo triunfador: el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, que justo 150 años después de que lo fundara Nikolái Rubinstein sigue más vivo que nunca, perpetuado en su tradición de parir continuamente al mundo músicos de una técnica y musicalidad apabullantes. Intérpretes de estirpe, de esos que parecen ungidos por un halo sobrenatural de ingenio.
No hubiera sido ningún escándalo si tres de sus actuales moradores, Dina Ivanova (con que facilidad se metió al público en el bolsillo), Alexander Panfilov y Andrey Yaroshinsky, hubiesen copado (en exclusiva) las sillas de la gran final con orquesta, lo que hubiera convertido a Jaén (por un día) en una especie de pequeña Moscú. Dignos herederos todos de aquella legendaria escuela soviética que tantos genios aportara a la historia de este instrumento. Aquella donde se primaba la densidad, el virtuosismo, la expresividad, los acordes amplios, cierto regusto por el “fortissimo” y una seductora belleza en la línea de canto.
Finalmente Panfilov (la técnica puesta al servicio de la música) fue el encargado de defender en solitario su rutilante estandarte en la prueba final, gracias a una lectura (pese a la fluidez) vibrante y arrebatadora de los Cuadros de una Exposición de Mussorgsky, sin duda una de las cimas artísticas de esta extinguida edición (parece ser que esta ha sido una de las obras que ha escogido para grabar el disco con el sello Naxos como fruto de su Primer Premio). Para guardar en frascos algunos de sus más palpitantes y poéticos pasajes, como un desesperado “Gnomus”, unas atmosféricas y siniestras “Catacumbas” o ese torbellino rítmico que es “La cabaña sobre patas de gallina”. Potencia, claridad y precisión, tanto en la graduación del volumen como en la pulsación, de la que mana un sonido natural y expresivo (nunca forzado o artificioso). Mereció muchísimo más Dina Ivanova, de técnica depurada, brillante y cómoda rodeada por las espinas de los 6 Estudios Paganini de Liszt. Su Petrouchka también confirmó que estábamos ante una pianista deslumbrante. Mereció estar de sobra en la final.
Tras el intrascendente Triantafyllos Liotis (Grecia), sobresalió dignamente Denis Zhdanov, que pertenece a la escuela de Kiev, esa misma que arrasara el pasado año en la figura de la ucraniana-canadiense Anastasia Rizikov. Su comunicador y expresivo piano también podría haber estado perfectamente enmasillado (sin que desentonara) con los cementos del conservatorio moscovita (admirable en el pianissimo). Lo demostró en su virtuosística ejecución de la transcripción del Pájaro de Fuego de Agosti y, sobre todo, en sus maceradas y turbadoras Op. 116 de Brahms, todo un compendio poético musical magníficamente recitado por sus manos (estremecedores Intermezzi). Estaba claro, el premio gordo de este año se escribiría en cirílico.
Como siempre que hay un Jurado de por medio, nunca llueve a gusto de todos, y este año no iba a ser menos, pues a la final se colaría la coreana Soo Jin Cha, que dejó algunos momentos de íntima belleza en la Humoreske de Schumann, y poco más. Como suele ocurrir con los teclistas asiáticos, sus desorbitadas dotes técnicas solo le permiten vislumbrar las notas, pero nunca la música que hay escondida tras ellas.
Para concluir, el turno le llegó a un músico de enjundia y arrebatadora personalidad como es Andrey Yaroshinsky, penalizado por el Jurado quizá por su parsimoniosa y madurada concepción rítmica (su Sonata de Brahms fue de una musicalidad intachable), símbolo inequívoco de que el joven instrumentista ya ha dejado paso al músico artista. Y es que la lentitud y la reflexión nunca fueron buenas consejeras para un Concurso. Como sentenciara el miembro del Jurado Ralf Nattkemper en la presentación de su Concierto Inaugural: “a estos sitios se viene a tocar rápido y fuerte”.
Javier Extremera
Anamorfoseando
El año 1993 supuso para el Concurso Internacional de Piano Premio “Jaén” la creación, con la colaboración del Ministerio de Cultura, del premio de “Música Contemporánea”, que permite que en cada edición se cree una obra pianística para interpretación obligada en la segunda fase. Verdadero compromiso y apuesta por la música y músicos actuales que, de manera lenta pero satisfactoria, está incorporando al repertorio pianístico un complejo mosaico de obras a las que el paso del tiempo le irá dando su lugar en la historia del pianismo español contemporáneo.
La obra propuesta para la 58 edición del concurso lleva por título Anamorfosis, Op 152 *, y su autor es el compositor madrileño Manuel Seco de Arpe, que la construye sobre un tema propuesto por el musicólogo Pedro Jiménez Cavallé, extraído del melenchón Morenita ven aquí, procedente del Cancionero Popular de Jaén. Se trata de una pequeña copla cantada con ocasión de las lumbres de San Antón, fiesta popular donde se encienden hogueras y se baila y canta en torno a ellas. Los participantes se dan la mano formando un circulo para girar cumpliendo costumbres y ritos paganos con la finalidad de ahuyentar los malos espíritus.
Manuel Seco describe Anamorfosis como “una obra con cierto aire desenfadado que destaca tanto por su ritmo como por su tono melódico”. La copla está incluida en toda la composición “por lo que se reconoce con facilidad” y termina indicando que el distinto tratamiento de la cabeza del tema dará lugar a otras versiones “que enriquecerán el discurso y ayudarán a su diversificación y crecimiento, aportando cambios de tempo que el intérprete tendrá que controlar con maestría”.
Las acertadas palabras del compositor sirven de entrada para la comprensión de una obra que, iniciándose con la exposición en distintas dinámicas de las células rítmicas del tema que le sirve de base, deriva a una sección cantábile de gran belleza, a partir de la cual, con elegante escritura y sin rotura radical de un discurso clásico, se extraen una gran cantidad de posibilidades y matices sonoros en las distintas deformaciones del tema que repetidamente nos es devuelto en su estado primigenio, pero con diferentes ángulos y perspectivas.
Tensiones creadas con los cambios dinámicos, repetición de acordes, acompañamientos de figuraciones rápidas en fusas, sin olvidar la constante presencia del elemento melódico, van configurando sucesivamente una obra de grandes valores pianísticos que, a pesar de su complejidad técnica, ha obtenido un alto nivel de entendimiento por todos los participantes. Sobre este último aspecto el autor no ha olvidado que el destino de la pieza era la de un concurso pianístico, de manera que, además de las dificultades puramente técnicas de ejecución que entraña dentro del margen que permite la indicación de “tutto il pezzo sempre molto flessible”, ha incorporado detalles exigentes de grandes recursos interpretativos en cuanto a la expresión.
A diferencia de composiciones de ediciones anteriores, en las que el empleo de lenguajes expresivos más complejos y vanguardistas entrañaban una mayor dificultad de comprensión, Anamorfosis ha alcanzando la estimación y aprecio del público asistente a las diferentes sesiones en las que se ha ejecutado, pues su lenguaje y concepción formal con notable presencia de los elementos rítmicos y melódicos, en ningún momento ocultos por retoricas compositivas, proporcionan a la obra una cohesión estructural de fácil comprensión y cercanía.
A juicio del jurado de la 58 edición del Premio Jaén la mejor lectura de Anamorfosis fue la realizada por el pianista Denis Zhdanov (Ucrania, 1988), también Premio del Público, por lo que logró el Premio de Música Contemporánea, además de ser un inmerecido Tercer Premio, pues, al menos, debió de situarse en un nivel superior. Se trata de intérprete de hondura que a sus grandes capacidades técnicas y comunicativas, une una impresionante y personal capacidad de crear belleza sonora, que le permitió lograr una traducción en la que el mundo sonoro de Manuel Seco de Arpe quedó expuesto con gran maestría en todos sus detalles.
* El lector puede descargarse la partitura desde la web del Concurso:
http://goo.gl/5xsypL
José Luis Arévalo
Una final reveladora
Un año más nos encontramos ante una nueva final del prestigioso Concurso Internacional de Piano Premio Jaén, con ya 58 ediciones a lo largo de 60 años. El Teatro Infanta Leonor jiennense totalmente lleno, con un público absolutamente entregado a este evento y no es para menos, ya que es uno de los grandes acontecimientos culturales que se celebran en esta provincia. La prueba final consiste en la interpretación de un concierto con orquesta que los concursantes eligen de una relación propuesta en las bases. Este año tuvimos la suerte de escuchar tres conciertos muy representativos de la literatura pianística, como son el Primer Concierto de Chopin, el Quinto “Emperador” de Beethoven y el Concierto de Schumann.
Después del gran nivel demostrado por los participantes en este concurso, durante las tres pruebas previas clasificatorias, el jurado seleccionó para la final a tres grandes pianistas: Soo Jin Cha, de Corea del Sur; Alexander Panfilov, de Rusia y Denis Zhdanov, de Ucrania. Todos ellos fueron acompañados por la orquesta titular de este concurso, la Orquesta Ciudad de Granada, dirigida por Paul Mann, mismo director que en las anteriores ediciones.
Desde el primer momento hasta el último, es de agradecer la madurez musical demostrada por los finalistas, aparte de sus destrezas técnicas, primando la interpretación musical por encima de cualquier despliegue técnico que alejaría el resultado sonoro de la verdadera intención de los compositores. El primer Concierto interpretado fue el n. 1 en mi menor Op. 11 de Frédéric Chopin, compuesto en Varsovia en 1830, donde nos adentramos en el mundo expresivo del compositor, en la escritura pianística basada en la naturalidad interpretativa, donde el pianista se siente totalmente identificado con el instrumento. Lo interpretó la pianista coreana Soo Jin Cha. Pianista intimista, con un precioso sonido, nos envolvió en el universo expresivo del mejor Chopin. Siempre comedida en la expresión, elegante en el fraseo, tuvo su punto más alto en el segundo movimiento, donde demostró su capacidad de comunicación y un rubato elegante y ordenado. Los tempos escogidos en los movimientos primero y tercero fueron justos, sin exageraciones, que suelen ser muy propias de este tipo de interpretaciones de concurso.
El segundo Concierto que se interpretó fue el n. 5 en mi bemol mayor Op. 73 de Beethoven, compuesto en 1809 en Viena. Se trata del último Concierto escrito por el compositor, de estructura clásica, pero con ciertos acercamientos al romanticismo compositivo y sobre todo expresivo. Interpretado por el ruso Alexander Panfilov, pianista sólido, con una presencia sonora evidente, muy acorde con el carácter de esta obra, con la grandiosidad del primer movimiento, donde demostró su poderío sonoro y técnico, el segundo totalmente dentro del estilo con una expresión comedida pero llena de colorido y un tercer movimiento donde el ritmo danzante estuvo todo el tiempo presente. Un gran pianista y una gran interpretación.
El tercero en participar fue Denis Zhdanov, de Ucrania, que nos ofreció su versión del Concierto en la menor Op. 54 de Schumann, compuesto en Leipzig y Dresde entre 1841 a 1845. Schumann solo compuso este Concierto para piano, pero se trata de uno de los conciertos más valorados del repertorio pianístico, por su grandiosidad técnica y musical y por su estructura concertante, en el que siempre está presente el diálogo entre solista y orquesta. Denis Zhdanov demostró ser un pianista muy rico en matices, haciendo gala de una gran seguridad técnica en todos los pasajes brillantes que tiene esta creación y una expresión romántica acorde con el estilo propio de Schumann y una destreza musical puesta de manifiesto en el equilibrio sonoro mantenido con la orquesta, siempre ajustado y rico en matices.
Tras la deliberación del jurado, el cuadro de premiados quedó de esta manera:
I. El Primer Premio recayó en el ruso Alexander Panfilov, que además se hizo con el premio al Mejor Intérprete de Música Española, con la interpretación de El Puerto de Isaac Albéniz.
II. El segundo, en la pianista coreana Soo Jin Cha.
III. Y, por último, el Tercer Premio en el ucraniano Denis Zhdanov, que además se hizo con el premio al Mejor Intérprete de Música Contemporánea, por su interpretación de Anamorfosis, Op. 152 de Manuel Seco de Arpe, obra obligada y encargo de la Diputación Provincial de Jaén, además de obtener el Premio del Público, sin dotación económica.
El acto se cerró con un pequeño recital a cargo de los pianistas galardonados, muy aplaudido por el público asistente. Una edición para el recuerdo, por su alta participación, 44 concursantes presentes de los 74 inscritos previamente, el gran nivel demostrado por los pianistas, una final llena de emociones y de gran calidad y una organización impecable como no podría ser de otra manera, ya que el Concurso Internacional de Piano “Premio Jaén” es uno de los más valorados en todo el mundo.
Ernesto Rocío Blanco
http://premiopiano.dipujaen.es/
Foto de portada: La Catedral de Jaén sirvió como “modelo de alta costura musical” para promocionar el Concurso / (foto: Jose M. Ortega, “Sitoh”)