Regresa a RITMO la compositora Albena Petrovic, de la que el sello Solo Musica ha publicado su última grabación, Dreamlover, en la que participan el saxofonista y también presente en esta entrevista, Joan Martí-Frasquier, el Kebyart Ensemble, la soprano Cynthia Knoch y el pianista Romain Nosbaum. Desde el primer momento, Albena Petrovic, cuyo catálogo “contiene más de seiscientas obras en géneros diferentes, incluyendo siete óperas, tres conciertos instrumentales y numerosas piezas en solitario”, afirma ser una “compositora muy curiosa, que colabora con los intérpretes y que habitualmente compone por inspiración si encuentra los intérpretes interesantes”, por lo que Dreamlover ha encontrado precisamente esos intérpretes interesantes en los nombres citados más arriba, como bien nos dice Joan Martí-Frasquier: “cuando Albena Petrovic me propuso el proyecto de grabar su producción musical para saxofón, en la que he participado frecuentemente en estos últimos años, pensé que este disco podría aportar algo original y atractivo a nuestro repertorio”.
Esta creadora, cuyos temas presentes en su obra son siempre humanistas y con gran compromiso social o pacifista, transita estados del alma sobre temas actuales de desolación y aislamiento, además de no ignorar la actualidad con el Covid y las nuevas tecnologías: “confío mucho en las plataformas especializadas de Internet y en el streaming para compartir mi trabajo, porque para la música es muy importante comunicarse y no perder relación con los oyentes”.
La tuvimos en RITMO por “The Voyager”, interpretado por los hermanos Nosbaum, posteriormente con “Bridges Of Love”, una grabación de sus obras para piano, interpretada por Plamena Mangova, y ahora la tenemos por “Dreamlover”, obras para saxofón con diversos intérpretes. ¿Quién es entonces Albena Petrovic?
(AP). Podría decir que soy una compositora muy curiosa, que colabora con los intérpretes y que habitualmente compone por inspiración si encuentra los intérpretes interesantes, y que está motivada a descubrir en función de la colaboración. Y que nunca escribe de manera abstracta… Aunque después de la creación de una obra, y si esta es retomada por otros músicos, “la huella” de su primer intérprete permanece…
Vayamos por partes, primero, ¿por qué el saxofón?
(AP). He conocido músicos que tocan el violín y que me han pedido que componga para ellos, de hecho, he compuesto mucha música para diferentes instrumentos. Pero siempre estas colaboraciones se detuvieron ahí, después de una obra o dos, incluso si los músicos decidieron incluirlos en una grabación discográfica. Aquí, la colaboración con Joan Martí-Frasquier ha persistido más tiempo y con proyectos variados. Joan tiene unas capacidades excepcionales y además está muy motivado para interpretar música contemporánea, al igual que el Kebyart Ensemble, que son intérpretes ideales para dar el mejor aspecto final a una nueva obra. Mi colaboración con músicos como ellos ha dado buenos resultados y, al “concertarme” con ellos, he decidido compartirlos con los amantes de este instrumento, el saxofón, y con un público más amplio. Además, el saxofón es un instrumento bastante joven y en particular el saxofón barítono está construyendo su propio repertorio desde hace poco tiempo, desde mediados del siglo XX.
Hablemos de las obras de la grabación, como la obra que abre el disco, el Concierto para saxofón barítono con piano, de 2018…
(JM-F). La versión a dúo nació recientemente como respuesta a lo inusual que resulta que las orquestas programen conciertos para instrumentos solistas tan poco habituales en los auditorios como el saxofón barítono. El gran logro de esta reducción es que, con muy pocos cambios sobre la original para orquesta, surge una obra diferente y en otro formato. Además, en ambas versiones predomina el carácter lírico sobre el virtuosismo típico de muchos conciertos.
(AP). Como el saxofón barítono está construyendo su repertorio, es fascinante descubrir nuevos territorios y explorar sus posibilidades sonoras y utilizarlos de una manera importante como en el Concierto para saxofón barítono. Lo he compuesto en dos partes, con títulos muy evocadores, que señalan a los oyentes la fuente de mi inspiración. La Cadenza es improvisada por Joan Martí-Frasquier, todo hecho como en las tradiciones del concierto clásico, donde el intérprete imprime sus huellas personales de cómo transmitir la obra a los oyentes. Y este lado “pre-apocalíptico” de la primera parte, "Before the Winter", está muy en alquimia con el instrumento. El saxofón barítono tiene casi una voz humana, con miedo y sufrimiento en la primera parte, y da escalofríos. Posteriormente, en la segunda parte, “Lacrimae”, es como si cantara, llorara, con dolor; es realmente muy humano.
¿Y qué nos pueden decir de los Poèmes - Masques?
(JM-F). La voz humana y el saxofón son dos instrumentos que se combinan muy bien tímbricamente, como ya ha dicho Albena en cierto modo, y me parece extraño que no haya más repertorio para esta formación de música de cámara. El saxofón barítono actúa tanto en un rol de sustento rítmico y armónico, como también en un plano más melódico. La libertad que me dio Albena Petrovic para elegir algunos recursos tímbricos del instrumento acaba dando un carácter muy original a estas piezas.
(AP). Es un descubrimiento para mí esta combinación; y que yo sepa, no hay otras canciones para un dúo como este. Trato a las dos voces humanas que están en continuo diálogo. Me inspiró la idea de presentar las diferentes máscaras (y la mascarilla o la máscara -nos recuerda Albena-, hoy es un objeto ineludible en la vida en pandemia, nos protege y se convierte en fuente de inspiración), como símbolo del miedo, la hipocresía u otra identidad con múltiples rostros ocultos.
Joan, usted es el encargado de tocar todas las obras del disco, salvo la última, que la interpretan también músicos españoles, los reconocidos Kebyart Ensemble…
(JM-F). Cuando Albena Petrovic me propuso el proyecto de grabar su producción musical para saxofón, en la que he participado frecuentemente en estos últimos años, pensé que este disco podría aportar algo original y atractivo a nuestro repertorio. Como ya hace tiempo que no toco en cuarteto de saxofones, no dudé en proponerle que fuera Kebyart Ensemble quien grabara su obra para cuarteto, tanto por su incuestionable calidad interpretativa como por la calidad humana de estos chicos.
Albena, háblenos de Dreamlover, la obra que da título al disco…
(AP). Dreamlover es mi primera obra en solitario para saxofón barítono que compuse en 2017 y que Joan interpretó varias veces con gran éxito en diferentes conciertos en varios festivales internacionales. Luego se impuso como una pieza de repertorio para él con todos los efectos de sonido, ya que Joan canta en este registro como si estuviera tocando, utilizando también una pulsera de percusión; Joan es un músico muy intenso en la escucha. El título evoca una atmósfera soñada y da rienda suelta a la imaginación.
¿Y qué aporta la cantante y recitadora Cynthia Knoch?
(AP). Cynthia es una soprano de formación clásica, que posteriormente se ha podido formar y especializar para teatro y espectáculos más modernos. Ella estuvo vinculada con la orquesta de André Rieu durante mucho tiempo, antes de “volver al redil” en Luxemburgo, donde la he encontrado de nuevo, ya que la conocía desde su primera formación académica, pero no habíamos tenido la oportunidad de colaborar. Puedo decir que los Poèmes - Masques están compuestos especialmente para ella.
Celos y Amor es un díptico de las 2 Piezas para saxo alto de 2018, ¿van unidos esos dos sentimientos?
(AP). Mis dos óperas The Lovers (Los amantes) y Jealousy (Celos) están agrupadas en la ópera Dyptich y tratan el eterno tema del amor y los celos, con una mirada contemporánea por el prisma de aislamiento y soledad; y como trabajo mucho con características selladas, el saxofón expresa soledad y desolación. Así que le di este papel al saxofón y compuse las oberturas de las dos óperas para saxofón alto. Cuando llegó el momento, convertí estas dos oberturas en piezas individuales independientes.
Y finalmente Gebet zum Nichterscheinen, pieza de 2006, con el Kebyart Ensemble…
(AP). Esta pieza, compuesta en 2006, ya lleva los elementos de mi futura escritura y está inspirada por algunas reflexiones de Barba Azul, la novela de Kurt Vonnegut. El autor hace reflexiones sobre la aparición de Dios, tan esperada por los creyentes que se convierte en una forma de obsesión y propone otra forma de oración... De este modo se creó el término “No-Acción”. La música aún no está tan fuertemente influenciada por las búsquedas sonoras, pero los elementos del minimalismo, el sogetto cavato, la “Augenmusik” y el control del azar están presentes. Los instrumentistas hablan en relación con el contexto y tienen brazaletes colgados en el tobillo para producir efectos percusivos; gran parte de los elementos que caracterizan mi escritura ya están allí. El proceso de composición es completamente racional y la sugestión es muy emocional.
(JM-F). Debido a las exigencias técnicas de esta obra en cuanto a conjunción, afinación y sonoridad, además de las propiamente interpretativas, no se me ocurrió mejor opción que Kebyart Ensemble. Cuando les comentamos este proyecto de grabación, accedieron encantados e hicieron una versión magnífica, como se puede comprobar al escucharlos en el disco.
¿Hay en la obra de Albena Petrovic motivaciones sociales? ¿Educativas?
(AP). Los temas presentes en mi obra son siempre humanistas y con gran compromiso social o pacifista. La radio ópera The piano blue, que compuse en 2020 con el libretista Mathias Theodor Vogt, está dedicada a las víctimas de las dictaduras y muy recientemente compuse, según los poemas de Else Lasker-Schuler, la poesía musical emblemática entre las dos guerras del siglo XX. En mi vida musical trabajo para la educación en un concepto muy comprometido y mi misión es muy precisa, como preservar el interés por la música clásica y contemporánea, educar a los jóvenes para mantenerse alejados de cada populismo y motivarlos para buscar ideas más profundas.
Esta estructura camerística de pocos músicos permite una mejor evolución de los proyectos, dada la era Covid. ¿Ha cambiado la perspectiva de los proyectos antes del virus? ¿Compone de otra manera tras el Covid?
(AP). Creo que el Covid ha dado un duro golpe a la vida musical y al espectáculo en vivo. Exactamente ahora, cuando estaba programada mi obra y estaban fijadas ya óperas y grandes géneros orquestales, como algunos conciertos, las cancelaciones no han sido fáciles. Aunque me siento un poco apenada de tener que volver a la música de cámara, no lo veo exactamente como algo negativo. Creo que con el Covid tenemos suficiente presión en todas partes, pero nos ha enseñado a adaptarnos y a abrazar lo que pasa en ese instante y vivir el momento sin quejarnos.
Sus formatos tienden a ser escuetos en la proporción de instrumentos, pero háblenos más de su catálogo…
(AP). Mi catálogo contiene más de seiscientas obras en géneros diferentes, incluyendo siete óperas, tres conciertos instrumentales y numerosas piezas en solitario. Diferentes fuentes de inspiración están siempre en busca de un lenguaje único y reconocible, no siempre demasiado complicado para los intérpretes, pero siempre centrado en la búsqueda sonora. El “Culto de la investigación” lo he adaptado de mi profesor Claude Lenners, un notable compositor becado por la Villa Medici y ganador de diversas ediciones y variedades del Concurso Dutilleux hacia finales del siglo XX.
¿Qué espera del público cuando escuche Dreamlover?
(JM-F). Por un lado, como saxofonista, pienso que este disco muestra una visión muy diferente y genuina de los elementos típicos de nuestro repertorio. No es que no haya momentos en que se tenga que tocar con intensidad, ni rápido ni con muchos acentos, pero estos elementos no son predominantes. Además del uso de algunas técnicas avanzadas (o extendidas) como los multifónicos, la voz integrada en el instrumento o los picados, hay, por encima de todo, la intención de poner en un primer plano la expresión musical, bien sea a través de la maleabilidad discursiva, el lirismo e incluso otros recursos escénicos que aparecen en algunas obras del disco. Esta voluntad expresiva pienso que cautivará tanto al público en general como a aquellos poco acostumbrados a escuchar música contemporánea.
La posibilidad, gracias a las plataformas musicales, de que su música pueda escucharse en todo el mundo, ¿ha cambiado la dimensión de la música? Ya que antes o se compraba el disco o era muy difícil acceder a esta música, especialmente la contemporánea, tan poco programada en las emisoras de radios públicas…
Confío mucho en las plataformas especializadas de Internet y en el streaming para compartir mi trabajo, porque para la música es muy importante comunicarse y no perder relación con los oyentes.
por Blanca Gallego
www.albena-petrovic-vratchanska.com
https://joanmf.com
www.solo-musica.de
Foto: Albena Petrovic
Crédito foto © Kaupo Kikkas