Música clásica desde 1929

Agustín Álvarez
Mayo 2021 - Núm. 950

Agustín Álvarez

Clavecinista exquisito

A pesar de las restricciones de conciertos, este mismo mes de mayo podemos escuchar en vivo a uno de los clavecinistas más exquisitos de los que por suerte viven en nuestro país, como es Agustín Álvarez, nacido en Venezuela y trasladado a España cuando tenía 15 años, “la influencia del sitio en donde naces y pasas los primeros 15 años de tu vida es muy grande. Todo lo que aprendí allí me sirvió de mucho en mi formación posterior y la música que allí escuché también. Tuve muy buenos maestros que me ayudaron mucho y supieron apoyarme y animarme a seguir con mis estudios musicales”, afirma Agustín, que nos relata igualmente su pasión por la danza, “mi relación con la danza clásica comenzó hace mucho tiempo; estudié ballet durante muchos años; y el conocimiento del movimiento y la expresión de la música con el cuerpo son fundamentales en la interpretación musical”. Esos conciertos previstos para los días 14 y 15 de mayo, en la sala Transbaroque de Madrid, donde tocará las Suites de Nicolas Lebègue, nos llevan a preguntarle por este compositor francés nacido en Laon hacia 1631 y fallecido en París en 1702, músico del rey Luis XIV de Francia, a cuyo servicio entró el año de 1678 con el puesto de organista: “Lebègue es un compositor poco conocido y cuando lo descubrí me pareció fantástico”.

¿Para ser clavecinista hay que tener espíritu francófilo?

Creo que no, ya que en el mundo musical del grandísimo repertorio clavecinístico existen diversos estilos muy importantes además del francés, solo pensar en Johann Sebastian Bach o Girolamo Frescobaldi explica lo que quiero decir, aunque bien es verdad que en mi caso siento una cercanía especial con el repertorio francés…

¿Y cuál es su repertorio, desde dónde se vertebra?

Mi repertorio más amplio está en la música francesa, después mis queridos Padre Soler y Domenico Scarlatti. Se vertebra básicamente desde la emoción, ya que soy un músico que se rige más por lo sensitivo que por lo intelectual.

Porque usted es clavecinista, ¿era esta la meta que usted se fijó cuando comenzó a estudiar música?

Desde que era muy pequeño, la música que más me gustaba era la barroca, pero como comencé a estudiar en Conservatorio de Caracas no tuve la oportunidad de iniciarme con el clave. Cuando mi familia regresó a España, yo ya tenía cursada la mitad de la carrera de piano y la continué en el Conservatorio de Madrid. El piano me dio entonces muchas satisfacciones y pude trabajar con grandes maestros, lo cual me enriqueció sobremanera, musicalmente hablando. Pasados unos años me decidí a empezar con el clave y ahora soy completamente feliz de haberlo hecho.

¿Hay de usted más de venezolano o de español? ¿Cómo se conjuga esta doble influencia?

Yo me siento completamente español, ya que mis padres y toda mi familia son de aquí. Lógicamente la influencia del sitio en donde naces y pasas los primeros 15 años de tu vida es muy grande. Todo lo que aprendí allí me sirvió de mucho en mi formación posterior y la música que allí escuché también. Tuve muy buenos maestros que me ayudaron mucho y supieron apoyarme y animarme a seguir con mis estudios musicales. Quiero recordar aquí al querido Abraham Abreu, cuyo clave fue el primero que escuché en mi vida. Todas las influencias que tenemos a lo largo de la vida son muy enriquecedoras y no debemos desperdiciarlas.

Tiene algunos registros discográficos, como los dedicados a Lebègue o al Padre Soler. Comencemos por Lebègue…

Nicolas-Antoine Lebègue es un compositor poco conocido y cuando lo descubrí me pareció fantástico. Tardé algunos años en decidirme a grabar la integral de su música para clave, pero una vez decidido, aunque el repertorio es bastante grande, me resultó muy agradable y se me hizo corto el camino. Tengo que dar las gracias especialmente a Tony Millán en la realización de esta aventura por su magisterio y apoyo incondicional. También a María José Ruíz Mayordomo, mi maestra de danza y coreógrafa que trabajó conmigo las danzas de las Suites y me ayudó en su realización, ya que el hacer yo danza barroca influyó muchísimo en mi forma de ver este repertorio y me facilitó su comprensión.

Esta reflexión sobre la danza me lleva a recordarle que usted ha afirmado en alguna ocasión que “si se conoce bien la naturaleza de cada danza, comprenderemos mejor su cadencia, su espíritu y todas las necesidades rítmicas de movimiento”. ¿Cuál es su relación con la danza y en especial con la danza barroca?

Completamente cierto. Creo que el conocimiento del movimiento y la expresión de la música con el cuerpo son fundamentales en la interpretación musical. Aparte de lo beneficioso que resulta aprender a estirar, cuidar y relajar los músculos que tanto sufren en la práctica instrumental. En los conservatorios debería incluirse esta disciplina entre las asignaturas, no para dedicarse a bailar claro está, sino como complemento muy necesario. La gran coreógrafa francesa Béatrice Massin dice: “La Danza Barroca, una Danza para escuchar, una Música para ver…”; creo que esto lo resume todo.

¿Cuándo comenzó esta relación con la danza?

Mi relación con la danza clásica comenzó hace mucho tiempo. Estudié ballet durante muchos años, lo dejé para dedicarme a la música y hace unos siete años empecé de nuevo. Entonces conocí a María José Ruiz Mayordomo, directora de la Compañía Esquivel de Danza Histórica y a Alberto Arcos, maravilloso bailarín, que me abrieron esté mundo increíble. Hicimos espectáculos juntos y la colaboración con el grupo aún continúa. Es una satisfacción enorme y les estaré eternamente agradecido.

Danza histórica Esquivel… ¿Nos amplía un poco más?

La Compañía Esquivel se fundó en 1995 y se especializa en la recuperación de las artes escénicas anteriores al siglo XIX. Está compuesta por bailarines especializados en este tipo de danza, coreógrafos y músicos especialistas en Música antigua. Es increíble la amplitud de su repertorio, ya que abarca desde el siglo XV al XVIII en Francia, Borgoña, Inglaterra y España. Son un referente importantísimo.

¿Cuál es su actividad docente?

Soy profesor de piano en el Conservatorio Sebastián Durón de Guadalajara desde 1987. Allí desarrollo mi otra pasión que es la docencia. Ahora solo falta que la Comunidad Autónoma se decida a poner la especialidad de clave en mi querido centro…

¿Al Barroco se le debe amar con la misma intensidad y fantasía que éste muestra?

Creo que sí, al menos así es en mi caso. Para mí el barroco es la culminación de la expresión y el movimiento, solo hay que mirar la pintura para darse cuenta. Lo realizo con absoluta pasión y entrega.

Hablando de pintura barroca, ¿además de la danza siente predilección por otras expresiones artísticas?

Ciertamente. Todas las artes están relacionadas entre sí. No podemos comprender unas sin otras y esta afición la siento desde siempre; como dije anteriormente, me hacen sentir y por tanto comprender mejor lo que hago. Por ejemplo, si queremos tocar los Conciertos para dos claves de Soler debemos pensar en cómo sonarían en la Casita de Arriba de El Escorial, que fue diseñada por el gran arquitecto Juan de Villanueva para su alumno el infante Gabriel de Borbón, donde hacían la música de cámara… Allí sonaron seguramente por primera vez. Es una de las culminaciones del clasicismo español, tan distinto a los otros. Y… ¿quién nos explica perfectamente este momento histórico? El arte de Goya. Ver, sentir, recrear… Mucho más divertido… ¿no le parece?

¿Cuáles son sus referentes en cuanto a interpretación al clave?

Son muchas las personalidades que me resultan fundamentales, pero no puedo dejar de señalar a Gustav Leonhardt, Luc Beauséjour, Christophe Rousset, Skip Sempé, Enrico Baiano…

Formó junto a Eusebio Fernández-Villacañas el dúo L’entretien des clavecins y grabaron la integral de los Conciertos para 2 claves solistas del Padre Antonio Soler, ¿cómo fue la experiencia? ¿Continúan desarrollando proyectos juntos?

Fue maravillosa, estamos muy contentos con el resultado. Trabajar esta música preciosa con Eusebio resultó un paseo gracias a su pericia y a su dedicación. La grabación fue muy rápida y distendida, ya que se creó un ambiente muy especial entre el equipo técnico y nosotros lo que nos facilitó mucho la tarea. Ahora estamos montando nuevo repertorio y entre otras obras tenemos una dedicada a nuestro dúo por el gran compositor José Zárate que se llama Berceuse et noir, que está esperando ser estrenada y que confío en que podamos hacerlo pronto.

Cuando uno piensa en el clave siempre piensa en la música antigua y barroca… ¿Hay creación contemporánea?

Ciertamente, aunque no en la cuantía que desearíamos. Animo a los compositores a acordarse de este instrumento que resulta muy sugerente cuando hace este tipo de música.

¿Hay nueva grabación a la vista?

Estoy sopesando un nuevo proyecto, pero aún no puedo hablar mucho sobre él. Será música francesa, pero esta vez del siglo XVIII.

Además de la música francesa, ¿le tientan otros claves, como el alemán o el inglés?

Claro, y su repertorio amplísimo, por ejemplo me gusta muchísimo Bach y lógicamente tengo ganas de tener un clave alemán. Otro ideal sería tener un clave italiano o portugués para hacer Soler, Scarlatti y otros compositores ibéricos… Esto no tiene fin.

¿Cómo ha vivido este periodo de Covid y en qué medida le ha afectado en su actividad de conciertos?

Lo vivo con un poco de angustia, como todo el mundo, ya que aparte de las situaciones personales adversas y terribles producidas por la pandemia tenemos las profesionales. Por ejemplo, la salida de los discos de Lebègue coincidió con los confinamientos y toda aquella etapa… Y todos los conciertos programados para ese año se cancelaron. Espero que poco a poco se solucionen los problemas y podamos regresar a la actividad normal.

¿Se han retomado algunos de esos conciertos cancelados? ¿Cómo está su agenda para los próximos meses?

De momento no se retoman ninguno de los conciertos cancelados. Ahora hay que empezar de nuevo a proponer. Tengo alguno en espera de fechas y espero que poco a poco regresemos a la normalidad. Hace falta tiempo. El más inmediato será este mes de mayo, los días 14 y 15, en la sala Transbaroque de Madrid donde tocaré las Suites de Lebègue; es un proyecto que me hace especial ilusión.

El clave, además de las muchas obras como solista y escritas para él solo, tiene un apartado de soporte en el bajo continuo, sin tener la presencia de un solista. ¿Esto lo mejora o lo desplaza?

El clave en la realización del bajo continuo es fundamental, no solo como soporte armónico del conjunto sino como soporte rítmico, ya que si no se realiza bien todo el equilibrio orquestal se resiente. Es una disciplina importantísima y bastante difícil de realizar con alta calidad, sobre todo desde el punto de vista estilístico.

por Gonzalo Pérez Chamorro

Foto Crédito: © Joaquín Cortés

www.lentretiendesclavecins.com


LOS DISCOS

LEBÈGUE: Piezas para clavicémbalo.
Agustín Álvarez.
+ Info
(Brilliant Classics CD)

SOLER: Conciertos.
Agustín Álvarez, Eusebio Fernández-Villacañas.
+ Info
(Brilliant Classics CD)

Lo asequible de sus precios no es, ni muchísimo menos, el principal atractivo del sello Brilliant, que ofrece un amplísimo catálogo que se aproxima a los dos mil títulos y en el que, junto al repertorio tradicional, abundan las primicias discográficas mundiales absolutas, así como otras muchas músicas apartadas de los senderos trillados. También promociona a muchos artistas, los cuales, gracias a la amplitud de su distribución, se dan a conocer por todo el mundo. Tal es el caso del clavicembalista venezolano Agustín Álvarez Martínez, alumno, entre otros, de Christophe Rousset, Jacques Ogg y Luc Beauséjour, quien en el año 2016 debutó para el sello holandés junto con Eusebio Fernández-Villacañas formando el dúo L'Entretien des Clavecins. Para esa ocasión eligieron la colección de seis Conciertos para dos instrumentos de tecla que el R. P. Antonio Soler O. S. H. (1729-1783) dedicó a su augusto alumno el infante Don Gabriel (1752-1788). Siempre es buena política para irse abriendo camino el elegir piezas favoritas del público, como lo son estos Conciertos, que tantas veces ha sido llevados al disco. Para esta grabación, los intérpretes emplearon dos clavicémbalos, copias de dos ejemplares franceses construidos respectivamente por Pierre Donzelague y Pascal Taskin. Los solistas saben recrear el elegante, tierno y ligero carácter de estas deliciosas obras con una técnica impecable, en una versión que aúna la amenidad con el buen gusto.

Agustín Álvarez, en su siguiente registro para Brilliant, ha ido un paso más allá, adentrándose en terrenos inexplorados y grabando con innegable acierto la integral de los dos Libros de piezas para clavicémbalo de Nicolas Antoine Lebègue (1631-1702). La “escuela francesa del clavicémbalo”, la biografía de cuyos miembros desde Jacques Champion de Chambonnières (1601-1672) hasta Claude Benigne Balbastre (1724-1799) cubre la totalidad de los siglos XVII y XVIII, es comparable a una galaxia con estrellas de mayor o menor magnitud. Hasta ahora una de sus figuras menos conocidas, por lo menos a nivel discográfico, ha sido precisamente Lebègue, quien por la fecha de su nacimiento está situado a medio camino entre el ya mencionado Chambonnières y François Couperin (1668-1733). Las piezas para clavicémbalo contenidas en esos dos libros, publicados en 1677 y 1687, respectivamente, se distribuyen en once Suites de inconfundible estilo francés, si bien presentan la característica arcaica de llevar todavía denominaciones genéricas, como allemande, courante, sarabande, gavotte, etc., en lugar de los títulos evocadores que serían característicos del Grande de los Couperin y de sus continuadores.

Esperemos que la colaboración de Agustín Álvarez con el sello Brilliant continúe y se amplíe en los próximos años.

por Salustio Alvarado

 

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