Música clásica desde 1929

Editorial

Turbulencias
Julio-Agosto 2015 - Núm. 887

Turbulencias

El mundo discográfico clásico ha concentrado sus ferias internacionales en el tramo final de la pasada primavera. Abrió con Classical:NEXT en Rotterdam, entre los días 20 y 23 de mayo, le siguió Music Market en Munich, del 26 al 28 del mismo mes y el cierre fue en Cannes con el tradicional y muy reformado Midem. Estas tres ferias reúnen a todo el sector de la edición y producción fonográfica y audiovisual del mundo. Sirven como punto de encuentro entre creadores, distribuidores, organismos oficiales de la cultura, gestores, patrocinadores y medios de comunicación. Pero siempre desde una visión comercial, pues, la cultura en general y la música en particular precisan de cauces mercantiles tanto para su creación como para su puesta a disposición del público.

Cada una de estas tres ferias internacionales ha marcado sus diferencias. Classical:NEXT quiere llegar al más amplio espectro posible de la vida musical clásica. Convoca a los compositores, a los músicos, a los teatros, festivales, agentes... y también a las empresas discográficas. Ha promovido interesantes conferencias, coloquios y conciertos; intenta ser la gran feria de la música clásica internacional. Por el contrario, Music Market, promovida por el grupo internacional de distribución Naxos, se centra exclusivamente en la distribución discográfica y audiovisual de sellos independientes, poniendo en contacto a los catálogos especializados con los distribuidores, también especializados, de cada país. Se complementa esta feria con exposiciones divulgativas de los sellos y de los comerciantes. El Midem, por su parte, podíamos decir que se ha refundado totalmente, pues su oferta como feria de la música se ha vuelto completamente multimedia, con contenidos de una auténtica escuela de negocios para el sector, sin ninguna especialización concreta, ya que cubre toda la música (pop, rock, jazz, nuevas músicas...), notándose ya una gran ausencia de los sellos clásicos.

La gran ventaja de estas ferias para un medio de comunicación es la posibilidad, en muy pocos días, de recoger muchísima información del sector. En RITMO hemos analizado un gran volumen de documentación de estos eventos, hemos hablado con los grandes nombres del comercio discográfico internacional, con los propietarios de sellos independientes clásicos; hemos cambiado impresiones con colegas de prensa, así como con los organizadores de las ferias y, como primera impresión, queremos trasmitir a nuestros lectores la continuidad de grandes turbulencias dentro del sector fonográfico internacional. Una situación que quizá arroje próximamente nuevas sorpresas al mercado, que, en la venta física (discos CD-DVD), sigue reduciéndose hasta niveles nunca conocidos y que, en la venta digital, mantiene sus esperanzas pero sin recorrido económico a corto plazo.

En cuanto a novedades discográficas para la temporada 2015/16 parece ser que los sellos independientes siguen manteniendo el pulso, con interesantes nuevas propuestas, tanto de artistas como de repertorios. Estos sellos, en donde el propietario es el productor, creador, técnico, diseñador y vendedor, mantienen sus recortes en gastos generales para poder seguir lanzando novedades. Ya hay catálogos destacados en donde el dueño es el único empleado. Las pocas multinacionales que siguen en escena reducen enormemente sus inversiones en nuevos proyectos y, parece ser, quieren mantenerse en el mercado explotando, una y otra vez, su fondo de catálogo. El mundo del DVD también está en su particular “travesía del desierto” para sus ventas físicas, pero con el apoyo de sus distribuciones a TV parece que sobrevive, por el momento.

La reducción de tiendas especializadas en discos de música clásica en todo el mundo es dramática. En países de amplia tradición vendedora como EE.UU., Reino Unido, Alemania o  Francia, el número de tiendas se cuenta ya solo por decenas, y sigue en caída libre. La venta residual está refugiándose en los servicios de venta por correo. La distribución mayorista se concentra en grandes almacenes continentales, pues, de lo contrario, la comercialización sería inviable económicamente. Cada vez hay menos agentes en el mercado de la venta física de discos de música clásica. Todo se está concentrando y sin garantías de futuro. El modelo está desapareciendo. La venta residual seguirá algún tiempo, vuelve la anécdota coleccionista del disco en LP, pero, siendo sinceros, estamos viviendo el fin de un producto y de una época para el consumo de música grabada.

Las plataformas de distribución digital, tanto de audio como de vídeo, mantienen todas sus apuestas por el futuro y siguen creciendo. Ya es habitual comentarios de aficionados en España que prefieren abonarse a tal plataforma de música clásica en TV y ver decenas de óperas y conciertos gratis a la carta, suscribirse a servicios de streaming por menos de 10 euros al mes con todo, con absolutamente todo, u obtener servicios de audición y visionado gratis en distintos canales ofertados desde Internet...

El consumo de música clásica grabada está cambiando, ha cambiado, radicalmente en España y en el resto del mundo. Cuanto antes entendamos y asumamos esto, antes afrontaremos los cambios necesarios del sector y dejaremos de sentir las actuales turbulencias comerciales, pasando a un nuevo ciclo de crecimiento sostenido, que dará nueva estabilidad a todo el sector.

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Julio-Agosto 2011 - Núm. 843
Política, políticos y música
Junio 2011 - Núm. 842
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Mayo 2011 - Núm. 841
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