Próximo a llegar al ecuador de la temporada 2014-15 surgen las ferias profesionales para la música clásica. En nuestro país se acaba de celebrar ExpoClásica que, entre los días 11 al 14 de diciembre, ha reunido en Madrid, en el magnífico marco del Cuartel del Conde-Duque, a numerosas entidades de los distintos sectores de la cultura musical de todo el país. El resto de las habituales ferias tienen vocación internacional y se han desplazado a los dos últimos meses de la temporada. En esta, ClassicalNext, que cubre no solo el campo discográfico sino también el de los agentes, artistas, editoriales, organismos oficiales (muy similar en cuanto a concepto a nuestra ExpoClásica) se anuncia para los días 20 al 23 de mayo en la ciudad Róterdam, en el Doelen International Congress Centre. Casi de seguido, entre el 27 y 28 del mismo mes, el grupo Naxos presenta su feria Music Market, donde se citarán la mayoría de los sellos discográficos independientes de todo el mundo. Inmediatamente después, entre el 5 y el 8 de junio vuelve una nueva edición de la más veterana de todas, la feria del disco Midem, que confirma su emplazamiento, como siempre, en la bella ciudad de Cannes (Francia) y en su magnífico Palais des Festivals. Será una primavera muy atareada para una industria llena de incertidumbres y retos.
La realización en España de una feria profesional dedicada en exclusiva a la música clásica es todo un compromiso. Reunir en un mismo foro a los diferentes elementos que componen esta gran familia no es tarea fácil. Intérpretes, compositores, gestores, programadores, agentes, editores, enseñantes, entidades oficiales, discográficas, medios de comunicación… componen un “collage” de personas e intereses que no siempre han trabajado y trabajan en la misma dirección, como así se ha ido demostrando a lo largo de las conferencias y mesas de trabajo organizadas en ExpoClásica, en esta su segunda edición.
El sector profesional de la música clásica en España es muy pequeño, si lo comparamos con otras áreas de la cultura, pero no tanto como algunos piensan. La red de teatros de ópera, salas de conciertos, orquestas estables, conservatorios y academias de música, universidades con aulas y “máster” de la especialidad, fabricantes y distribuidores de instrumentos, sellos discográficos, editores, festivales, programadores de conciertos, etc., aportan un importante valor de riqueza económica a la producción española, además de muchos puestos de trabajo. La idea de reunir en un foro como ExpoClásica a este sector de la cultura para compartir ideas y caminos ha sido siempre muy bien recibida por nuestra revista, y por ello felicitamos a sus organizadores, aunque en próximas ediciones habría que encontrar emplazamientos con mayor unidad de salas y aforos, un mejor apoyo promocional y publicitario y, sobre todo, facilitar la entrada libre, en alguno de sus días, a estudiantes y aficionados en general.
En las distintas conferencias y mesas de trabajo de ExpoClásica se ha incidido en la necesidad de buscar nuevas audiencias, así como de acercar la excelente realidad profesional de la música y los músicos en España a las nuevas generaciones. Se ha hablado de cómo programar más y mejor música para incrementar su consumo en nuestro país. Todos hemos estado de acuerdo en que ese es el camino, pero hemos tenido la sensación de que una realidad tan evidente, y de la que tanto se está hablando, no solo en este foro sino en todo el país, sigue estando de alguna manera alejada de los discursos reales protagonizados por las propias voces del foro. Apreciamos una cierta endogamia entre los profesionales del sector. Se habla mucho de las nuevas audiencias, de nuevas puestas en escena, de nuevas programaciones, pero se lo contamos a los de siempre, tanto a los profesionales como a los aficionados. Y se sigue haciendo lo de siempre. No se arriesga, aunque también es cierto que cuando alguien ha arriesgado el público le ha dado la espalda; la música necesita el apoyo social.
Por otro lado, también se ha destacado en ExpoClásica la falta de unión entre los distintos sectores de nuestro gremio. ¿Cómo es posible que sigamos teniendo en los productos musicales un IVA del 21 cuando el libro tiene el 4? La música no ha sido capaz de crear un lobby que defienda sus intereses de manera contundente ante la Administración. Tampoco de crear los necesarios estados favorables de opinión en la sociedad.
Profundizando más sobre todo lo comentado en esta feria, tanto en sus foros como entre los profesionales, siempre llegamos a una misma conclusión. Tenemos en el país un grave problema de educación musical que nace desde la escuela. Sin esa educación es muy difícil sembrar la semilla de afición y cultura musical en nuestros jóvenes y los no tan jóvenes. Los planes actuales del Ministerio de turno parece que no vayan a ayudar mucho. Sin afición y cultura musical es muy difícil, por no decir imposible, encontrar esas nuevas audiencias de las que tanto se habla.