No hay nada más concreto y palpable, para visualizar las tendencias en política cultural de un Gobierno, que el análisis de sus propuestas económicas para un nuevo ejercicio. El Ministerio de Cultura y Deporte nos hizo llegar una nota de prensa con los datos más destacados de su proyecto presupuestario para 2019, nota que ha quedado sin efecto práctico tras la caída del actual Gobierno, pero que nos permite analizar las líneas maestras de sus tendencias en inversión cultural, especialmente para la música, de cara a la próxima cita electoral del mes de abril.
En la nota de prensa se indicaba un incremento global del 10% respecto a 2019, hasta alcanzar 953 millones de euros, anotando expresamente que el fomento del cine, la lectura y las exposiciones y museos, serían algunas de las políticas que se verían fuertemente respaldadas económicamente por el Ministerio de Cultura y Deporte, sin mención expresa al sector musical.
Un dato a destacar sería las nuevas ayudas en la compra de libros para las bibliotecas públicas con 3,5 millones de euros. Esta partida había desaparecido con el Gobierno anterior, con lo que se pretendía actualizar la oferta literaria que se pone a disposición del público en las bibliotecas. Quizá, esta iniciativa presupuestaria entendemos que podría haber abierto nuevamente la puerta a la recuperación de las suscripciones a las revistas culturales para las bibliotecas, canceladas hace años, bajo la excusa de incompatibilidades con las competencias de las administraciones autonómicas.
Los videojuegos, la oferta legal de contenidos culturales en Internet, la promoción, modernización y adaptación tecnológica de las industrias culturales y creativas, también eran señalados en la citada nota de prensa, con partidas de 2,5 millones de euros para los primeros y de 4,9 millones para lo demás (3 millones más que el del año anterior).
Para la Música y la Danza, se anotaban 102 millones de euros, que se destinarían a financiar tanto la actividad de las unidades de creación artística del Estado, dependientes del INAEM (Orquesta y Coro Nacionales de España, Teatro de la Zarzuela, Compañía Nacional de Danza, Ballet Nacional, etc.), como la iniciativa promovida por el sector privado, a través de diversas ayudas. Además se incluían partidas para apoyar, con la aportación del Estado, a instituciones culturales de referencia, como el Gran Teatre del Liceu, cuya dotación aumentaba un 2,5% la aportación del Estado hasta situarla en 10,4 millones de euros, o el Teatro Real, que mantenía la aportación de 9,9 millones de euros.
Se incrementaba un 34% la ayuda directa al Teatro de la Maestranza, hasta los 2,2 millones de euros. El Palau de Les Arts de Valencia veía respaldada la decisión del Ministerio de entrar en su patronato con una aportación de 1 millón de euros (frente a los 600.000 € del año anterior) y el Festival Internacional de Música y Danza de Granada elevaba su dotación un 11,2%, hasta los 550.000 €.
Asimismo, se proponía la subida de las aportaciones a los programas líricos, incrementando las contribuciones para la temporada a la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (hasta 620.000 €), la Asociación de Amigos Canarios de la Ópera de Las Palmas (250.000 €), la Fundación del Festival de la Ópera de Oviedo (410.000 €) y la Asociación de Amigos de la Ópera de A Coruña (120.000 €).
La no aprobación de estos presupuestos del Gobierno, con la convocatoria de elecciones generales para abril, nos lleva a la congelación de las nuevas partidas e incrementos anotados para 2019, dando continuidad tácita a los presupuestos de 2018; sin olvidar destacadas reformas legales pendientes, que afectan al sector, como la compatibilidad de la pensión de jubilación con el cobro de los derechos de autor.
En todo caso, sirvan estos apuntes de las cuentas que pudieron ser para que nuestros lectores puedan evaluar las propuestas en política musical del Gobierno saliente, junto con las que formulen los demás partidos en la campaña electoral ya iniciada.