Música clásica desde 1929

Editorial

Competitividad, dinamización y digitalización
Marzo 2022 - Núm. 959

Competitividad, dinamización y digitalización

Los conceptos de moda para el desarrollo de la actividad musical son: competitividad, dinamización y digitalización. A ellos deberíamos sumar la sostenibilidad y la promoción entre las nuevas generaciones.

El Gobierno de España aprobó, en la primavera del pasado año, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española, plan que ponía especial énfasis en la recuperación del sector cultural del país tras el parón motivado por la pandemia. En este plan se destacaba el componente 24 para la “Revalorización de la industria cultural”, que está orientado a fortalecer la cadena de valor de las industrias culturales españolas, promoviendo los tres ejes estratégicos ya mencionados: competitividad, dinamización y digitalización de los grandes servicios culturales, todo ello con el respaldo económico de los fondos europeos.

En el marco del primer eje, la competitividad de las industrias culturales, se han planificado diversas inversiones y ayudas dirigidas a la modernización y apoyo a las estructuras de gestión artística de las artes escénicas y de la música, como ya comentamos en el editorial del pasado mes de febrero.

Para el desarrollo del segundo eje, la dinamización de la vida cultural, los artistas precisan apoyarse en estructuras firmes de muy diversa naturaleza, tanto de carácter público como privado, empresariales o asociativas; por lo que la creación y existencia de dichas estructuras es fundamental para el desarrollo de las distintas actividades.

El tercer eje profundiza en la digitalización de nuestra sociedad cultural, tanto en sus procesos de creación como en su operativa comercial, dotando a los gestores y entidades creadoras de nuevos sistemas y herramientas digitales para su mejor funcionamiento, en una lógica de profesionalización, permitiendo con ello una modernidad y sostenibilidad acorde con los tiempos actuales.

Cuando hablamos de sostenibilidad nos referimos, por definición, a la satisfacción de las necesidades actuales, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras, de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social. En dicha línea de acción se están moviendo la mayoría de nuestros gestores e instituciones musicales, aunque ello les suponga un cambio de modelo de negocio, pues ese es el futuro. Un ejemplo concreto a anotar sería el proyecto "Uno a uno" del Teatro Real, que en colaboración con Mastercard, apoyan cuatro causas vinculadas a la ópera y al medio ambiente en la línea de la sostenibilidad: Teatro Real Accesible, Programa Social, Talento Joven y Priceless Planet Coalition.

Los planes de futuro de cara al desarrollo global de la cultura musical han de contemplar, como no puede ser de otra manera, a la juventud, a las nuevas generaciones. Los gestores e instituciones creadoras de la vida musical española están en una búsqueda constante de nuevas audiencias dentro de los jóvenes. Algunos opinan que quizás se están dando palos de ciego, pues se confunde la popularización del hecho musical con la banalización del mismo, creando falsos aficionados, con poca fidelidad y pasión musical, más propensos al hecho social que a la música.

La incorporación de los jóvenes a las nuevas audiencias pasa, necesariamente, por una reforma educativa en la que la música, bajo el concepto de disfrute musical, vuelva a entrar en las aulas, lo que nos llevará algún tiempo. En este contexto también se necesitan buenos programadores que, de forma inteligente y paulatina, ayuden al posible nuevo aficionado en su conocimiento y disfrute.

La vida musical española está creciendo, está de moda, tiene futuro y dispone de un gran número de nuevos elementos e iniciativas que apuestan por ello, esperemos no perder en esta ocasión el tren del futuro.

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