Música clásica desde 1929

Editorial

Música descentralizada
Julio-Agosto 2017 - Núm. 909

Música descentralizada

El Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) ha presentado su temporada 2017/18, una temporada que mantiene el pulso innovador de las anteriores, consolidando un sello propio de hacer las cosas en la “música clásica oficial” en España. Los buenos propósitos de atraer un público diferente del habitual, de acercar a los más jóvenes a nuestro patrimonio musical, de apoyar la creación contemporánea y a sus intérpretes, de recuperar repertorios históricos injustamente olvidados, creemos que se van consiguiendo año tras año.

Por otro lado, las colaboraciones con distintas organizaciones e instituciones de toda España permiten a su cartelera una gran expansión nacional, además de una excelente optimización de recursos, tanto económicos como humanos; podríamos decir que la gestión del CNDM en estos aspectos es modélica. Gracias a ello, en la temporada 2017/18, el 61% de los conciertos tendrán lugar fuera de Madrid, haciendo honor a su definición como un ente público de vocación y servicio nacional. Meritorio también es la consolidación de los ciclos de Salamanca y Oviedo, así como las series de música que se ofrecen en ciudades periféricas como Badajoz, Alicante o Santiago de Compostela; se han popularizado los ciclos de música barroca, e incorporado el Jazz y el Flamenco a su programación, creando nuevos espacios para auténticas nuevas audiencias, sin olvidarnos de los matinales conciertos de órgano, dentro del singular concepto “Bach vermut”.

Está claro que cuando hay deseos de innovar y de aunar sinergias y recursos, también en la música, se pueden alcanzar excelentes objetivos. Solo es cuestión de tener las ideas claras, ganas de trabajar y de mostrar un poquito de carácter innovador, sin arrastrar viejos complejos del pasado ya olvidados. Los resultados de audiencias y presupuestos confirman que el camino que emprendió, no hace tanto tiempo, el CNDM ha sido acertado, trayendo nuevos aires, muy refrescantes, a nuestra anquilosada estructura cultural oficial. Buenos aires que también ya disfrutan otras organizaciones musicales del país, creándose activos modelos locales de gestión, en línea con los de los países más avanzados de nuestro entorno.

En el editorial del mes pasado alabábamos las colaboraciones entre el Teatro Real y el Gran Teatre del Liceu (Madrid y Barcelona trabajando juntos por la cultura). Ahora ponderamos el trabajo del CNDM por su calidad, efectividad y proyección nacional, preguntándonos, al mismo tiempo, por otras entidades musicales que, teniendo también vocación nacional, centran sus actividades mayoritariamente en su ciudad de residencia, con programaciones que distan de las necesidades de regeneración de audiencias, o de servicio para con el patrimonio musical del país y sus intérpretes.

También nos gustaría comentar las colaboraciones de entidades privadas, que esponsorizan gran número de actividades de la temporada musical 2017/18; colaboraciones que entendemos necesarias para una moderna gestión de la programación musical, pero que, en muchos casos, observamos cicatera y poco plural, ciñéndose al servicio de unos determinados grupos de poder, cultural o económico, y que nos recuerdan otros tiempos y otras maneras. Quizá sería conveniente explorar nuevos caminos, más imaginativos y participativos, para estas colaboraciones y apoyos privados a la música y la cultura, hasta que podamos disfrutar de una moderna Ley de Mecenazgo que, realmente, ayude al arte y la cultura de manera más plural, abriendo esta nueva vía a un mayor abanico de empresas y proyectos.

Nuestras felicitaciones y agradecimiento a las entidades y personas que han hecho posible las nuevas programaciones musicales para el curso 2017/18, programaciones realizadas en un momento político de grandes dificultades para el desarrollo cultural. Y, en todo caso, nuestro aplauso para los que, siendo fieles a sus estatutos, han conseguido mantenerse plurales y generosos para una mayoría nacional, dentro de un concepto globalizado de servicio a la música y a la cultura en nuestro país.

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