Se necesitaría pasar un pequeño periodo de tiempo del verano, dentro del Conservatorio de la Suiza Italiana, para entender la esencia, la atmósfera que se vive entre corredores, entre una clase de viola y una de canto. Se necesitaría sumergirse un poco para entender que Ticino Musica, el festival dirigido por Gabor Meszaros y cercano a su 21 edición, es principalmente dinamismo y movimiento. Y cuando éste se mueve no se detiene, va siempre a alguna parte.
Para algunos, como Vito Zuraj, el reconocido y célebre compositor esloveno, Ticino Musica representó la primera salida a otro territorio fuera de su país; una experiencia muy importante, presagio de encuentros y de un crecimiento personal en el que los resultados son evidentes. De hecho, desde el 2007, Zuraj es profesor de instrumentación y acústica, orquestación para compositores, notación de la música contemporánea y canto gregoriano en la Musikhochschule de Karlsruhe.
Asimismo, desde 2016 es profesor de composición y teoría de la música en la Academia de Música de Lubljana, justamente como lo fue Michael Jarret, en aquel entonces, cuando lo conoció Zuraj en las clases magistrales de Ticino Musica.
“Tengo un recuerdo muy agradable de aquella experiencia en las clases magistrales de Ticino Musica -cuenta el compositor-, que constituye definitivamente la primera clase magistral que había realizado en mi formación y representó para mí el primer contacto con el mundo musical afuera de Eslovenia. Conocer la cultura y los compositores lejos de mi país natal y de formación ha sido descubrir un mundo nuevo y ha constituido un evento esencial para mí: desde aquel momento inicié a construir mi lenguaje musical”.
Después de aquella experiencia inicial, en 2001 Zuraj volvió a Ticino Musica en dos ocasiones más (2002-2003), trabajando siempre con nuevos músicos, con los cuales ha mantenido el contacto. Hay una actividad febril en Ticino Musica, pero también una calma sorprendente. “El contexto entero es muy inspirador para los compositores y, además -explica Zuraj-, hay mucho tiempo para trabajar y, es más, existe la posibilidad de hacerlo con más maestros”.
Ticino Musica es principalmente un lugar de encuentros. Lo explica, por ejemplo, la pianista Gloria Campaner, para la cual el festival ha significado un evento crucial en verano:
“Ticino Musica ha representado para mí el encuentro musical de verano más importante y formativo de mi adolescencia; inicié ir al campus durante los primeros años del Liceo. Viviendo en una pequeña ciudad turística del litoral adriático, mis veranos de antes eran siempre alejados de la música y de los estímulos provenientes de su mundo. Haber tenido la oportunidad de sumergirme en un contexto así de hermoso, auténtico, creativo, al contacto con mi maestro, mis colegas y mis amigos, y otros grandes músicos influenciaron inmensamente mi amor por la música y mi intención de hacer de ella no solo mi profesión, sino también mi razón primordial de vida. También las experiencias de música de cámara durante Ticino Musica fueron muy importantes, permitiéndome que creciera en mí cada vez más la curiosidad de compartir música con otros artistas”.
Trabajar con los demás, unir las fuerzas para mejorar: éste es el secreto de las clases magistrales de Ticino Musica, que se convierten en una verdadera y genuina escuela no solo de música sino también de vida. “Los encuentros durante el verano en Ticino Musica han sido también de gran importancia, porque formé amistades que permanecen vivas en mi corazón y que nunca he olvidado”, comenta la pianista, agregando que en varias ocasiones estas relaciones han evolucionado en bellas colaboraciones musicales, como con el violonchelista Johannes Moser, que conoció por primera vez en Ticino Musica hace 14 años.
También Julian Bliss, uno de los más cotizados clarinetistas del mundo, agradece de su experiencia en Ticino Musica la posibilidad de establecer contactos, relaciones sólidas, haciendo énfasis de cuánto aprendió en la clase magistral: los conciertos, que son tantos, llenan el cartel de eventos de la Suiza Italiana de bellos encuentros en ciudades como Lugano, Bellinzona y Locarno, y también en los pueblitos y lugares más apartados.
En Ticino Musica Bliss incluso tocó por primera vez el Trío Kegelstatt de Mozart. Aún hoy, con un gran recorrido profesional y reconocimiento, el clarinetista aconsejaría a un joven músico inscribirse en una de estas clases magistrales. ¿Por qué? “Se aprende, se aprende continuamente. Se aprende también escuchando hablar a un músico, que cuenta como toca una determinada pieza y cuáles son sus secretos”.
“En la actualidad, con los medios que tenemos a disposición como Youtube y las redes sociales, muy valiosas para las jóvenes generaciones de músicos, realizar una clase magistral es todavía enriquecedora, diría además que es una cosa completamente diversa”. Lo destaca también Ries Schellekens, un virtuoso de la tuba. “Las clases con Rex Martin fueron inolvidables. Escucharlo hablar de su acercamiento al instrumento me ha abierto los ojos; una clase que todavía hoy me sirve, tanto para tocar como para enseñar”. Según el tubista, un joven para abrirse paso necesita ambición, perseverancia y modestia: tres cualidades que se encaminan con la filosofía de Ticino Musica.
El Festival ofrece la oportunidad también a los jóvenes ticineses de estudiar música en casa, en Ticino. “Para mí la experiencia de Ticino Musica representa la oportunidad de estudiar música en el lugar donde he crecido (cuenta Daria Zappa, de Minusio, que para profundizar el conocimiento de su instrumento, el violín, emigró a Alemania). Trabajar con Franco Gulli ha sido importante: era ya viejo, tenía más de 70, pero tocaba muy bien”. Las clases magistrales duran dos semanas, sin embargo son muy intensas.
“A veces se aprende más así, trabajando en grupo todos los días y escuchando las clases individuales, que durante un año entero de cursos -agrega Schellenkens-, especialmente cuando aprendes una nueva forma, como me sucedió con Rex Martin, una semana no es suficiente. Sirve más tiempo, porque la nueva información necesita de tiempo para cimentarse bien y de ponerse en práctica. En mi caso, gracias al nuevo enfoque que aprendí en Ticino Musica, di un paso adelante evidente y logré vencer una audición para uno de los diez puestos de tubista de una orquesta sinfónica de Holanda”.
Historias de éxito, pero también de amistad, encuentros y pasión: un amor por este arte que Ticino Musica busca cultivar y hacer florecer verano tras verano.
Por Lucas Quirós
Ticino Musica
Lugano (Suiza), del 16 al 29 de julio de 2017
Clases magistrales - Mastercalss
http://www.ticinomusica.com/
Foto: Opera Studio “Silvio Varviso”, parte integrante del programa de Ticino Musica.