La emergencia sanitaria provocada por el coronavirus ha colocado a gestores y programadores musicales en una encrucijada. Con un horizonte todavía lleno de interrogantes, no hay más salida que adaptarse a las nuevas circunstancias, mantener la calma y reinventarse. La batuta de Silvia Sanz Torre, directora del Grupo Concertante Talía y de sus formaciones orquestales y corales, entre ellas la Orquesta Metropolitana de Madrid y el Coro Talía, se mueve ahora a tempo presto con la puesta en marcha de nuevas iniciativas como las videoconferencias o las clases online.
¿Las crisis son el mejor momento para la creatividad y el aprendizaje?
Yo creo que los músicos y en general los artistas, gestores culturales y promotores, debemos estar de forma permanente en posición de crear e innovar, aunque es cierto que el trabajo diario, en mi caso, muchas veces dificulta sentarse a dar vueltas a las cosas, no hay que acomodarse. En el caso del Grupo Talía sí que los momentos de crisis han potenciado que nos pongamos otras gafas para ver el mundo y de las crisis pueden salir ideas a priori un tanto locas, pero que llevadas a la práctica han resultado ser originales y sostenibles en el tiempo.
La primera medida, con los centros musicales cerrados, fue poner en marcha clases o¿Cómo ha sido el proceso? ¿Se han adaptado profesores y alumnos?
El proceso fue casi inmediato. En solo cuatro días teníamos todo un entramado de clases virtuales para que los alumnos pudieran continuar con su formación musical. Incluso hemos ampliado la oferta con una nueva página web que ofrece material complementario y zonas exclusivas para alumnos donde compartir con sus profesores dudas y resolución de cuestiones técnicas. Algo distinto a lo que se estaba haciendo hasta el momento, pero tanto profesores como alumnos han respondido de forma positiva y se han adaptado de manera prácticamente inmediata.
Cuando llegue el momento de retomar las clases presenciales… ¿Continuarán los cursos online?
Es algo que nos estamos planteando, pues con las clases online se abre un mundo nuevo de posibilidades en las que se eliminan las distancias geográficas y se puede dar cobertura a alumnos de otras ciudades, incluso de otros países que no necesitarían trasladarse presencialmente al centro.
La segunda iniciativa y, también, casi inmediata, la creación de un ciclo de videoconferencias, Batuta en directo… ¿Qué nos puede contar de esta experiencia?
Enseñar a escuchar es algo que siempre ha estado rondado en mi cabeza y el momento era perfecto. Todos en casa buscando distintas actividades para pasar el tiempo y que nos permitían contactar con personas conocidas a las que no siempre hemos puesto cara (abonados y público) y otras que quisieran acercarse a nosotros, que nos conocieran en un clima de cercanía que normalmente no se crea en una gran sala. Además, después de mi exposición, siempre dejamos un tiempo para realizar preguntas, comentar o exponer las emociones de las obras por parte de los asistentes. A mí, en particular, también me ha servido para conocer de primera mano qué conocen y qué quieren conocer las personas no profesionales de nuestro mundo, para poner los pies en la tierra de nuevo y plantear nuevas formas de hacer las cosas.
Mientras y, como directora, ha mantenido la actividad de los coros y orquestas del Grupo Talía con la grabación de un vídeo con una canción original del compositor Alejandro Vivas, Unidos por un sueño, que ha tenido miles de visualizaciones. ¿Qué nos puede contar de esta experiencia?
Ha sido muy emocionante recibir los videos de más de 250 músicos entre adultos y niños de todas nuestras agrupaciones, comprobar la implicación de todos los que formamos parte de esta gran familia que es el Grupo Talía. La pieza de Alejandro Vivas es una preciosidad compuesta en los primeros días del confinamiento y que expresa a la perfección nuestro mayor deseo. Todos los que hemos participado estamos “unidos por un sueño”, el de volver a sonar juntos, mirarnos a los ojos y hacer música para nosotros y para los demás.
Una temporada inacabada, conciertos aplazados o suspendidos, coros y orquestas sin poder ensayar y un regreso a la normalidad sin fechas concretas… ¿Cómo se afronta este capítulo desde sus dos facetas, programadora y directora?
Con mucha incertidumbre, pues la realización de conciertos con público en directo me temo que será de las últimas actividades que se retomen. Para mí lo más importante es no dejar de hacer cosas. Evidentemente, juntarnos para realizar ensayos o tener a corto plazo un concierto es nuestro mayor deseo y algo ahora mismo no muy cercano, pero eso no debe impedir que vayamos organizando proyectos que, aunque tengan que modificar fechas, puedan mantener viva esa unión que es tan importante para hacer música juntos. En el Grupo Talía seguimos en contacto con los músicos, tanto adultos como niños de nuestras orquestas y coros, tenemos encuentros virtuales para tocar, para cantar, aunque sea de forma individual. Y por supuesto con nuestro público, que ha estado y que estará cuando volvamos y al que le debemos compañía en estos momentos.
El Grupo Talía ofrece su temporada de conciertos en el Auditorio Nacional de Música. Queda en el aire el último concierto de la temporada, Embrujo español. ¿Cuándo podremos escuchar este programa?
De momento, nuestro concierto Embrujo español se aplaza al 21 de noviembre de este mismo año. Esperemos que para esa fecha tanto el Auditorio Nacional como el resto de salas de conciertos permitan el acceso del público en su totalidad y la seguridad de los asistentes, tanto en el escenario como en el patio de butacas.
Muchos frentes abiertos y sectores gravemente afectados... ¿Qué va a pasar con la cultura, la música, y especialmente la música clásica?
Evidentemente, ahora mismo la sanidad es lo primero. Todos tenemos algún caso muy cercano que ha sufrido o está sufriendo las consecuencias del Covid. Pero esto no impide que se empiecen a generar propuestas y soluciones por parte de las administraciones para la vuelta a la normalidad de las actividades culturales. Ojalá se haga con el asesoramiento de profesionales de la cultura y ojalá la música no se quede como siempre a la cola.
¿Qué les diría a aquellos que piensan que la música no es indispensable?
Que prueben a estar un solo día sin escucharla y tenerla presente en sus vidas y comprenderán que es imposible: películas, anuncios de televisión, el canto de los pájaros, el sonido del mar, celebraciones, momentos íntimos; ¿quién no recuerda una música especial que nos transporta a otros países, a otras épocas o nos saca una sonrisa o una lágrima simplemente con el recuerdo de una melodía? La música no solo es importante, es imprescindible en nuestras vidas.
Los músicos están dando muestra de gran generosidad durante esta crisis ofreciendo y compartiendo su profesionalidad de forma gratuita y solidaria a través de las redes, e incluso desde los balcones. ¿Esta generosidad debería tener una respuesta de apoyo y reconocimiento?
Por supuesto, pero no solo por la generosidad y falta de egoísmo que se está demostrando en el mundo de la cultura. De la música no sólo vivimos los músicos profesionales (los violinistas, guitarristas, cantantes de jazz, directores y directoras de orquesta, etc.), sino que estamos hablando de un entramado de profesiones sin los cuales no podríamos subirnos a un escenario de una sala de conciertos o un teatro de ópera. La música y la cultura es un medio de vida para muchos y produce un valor económico del que se realimentan el turismo, la hostelería, la restauración de muchas ciudades. Apoyando y ayudando a la música apoyamos todo un entramado de empresas, pymes, autónomos que se benefician colateralmente de nuestra actividad.
¿Cómo se explica que, por una parte, se pongan en valor los beneficios de la música como aprendizaje, terapia, compañía, consuelo, entretenimiento… y, por otra, se la relegue cada día más de la educación y cuente con tan poco apoyo de las instituciones?
No me lo explico en absoluto. Es realmente increíble cuando están más que demostrados sus beneficios y sobre todo en la educación. Ojalá esta situación haga reflexionar a los responsables correspondientes y reconozcan de una vez por todas que es la asignatura troncal que debe estar presente en todas las etapas del desarrollo de bebés, niños, adolescentes y universitarios no como una enseñanza profesional, sino como el complemento perfecto que aporta disciplina, comunicación, compañerismo, sentimiento de equipo, organización, estructura mental, visión a largo plazo y responsabilidad.
por Blanca Gallego
www.silviasanz.com
https://grupotalia.org/es
Foto: La directora Silvia Sanz Torre, durante un ensayo en el Auditorio Nacional.
Crédito: © Juan Pérez-Fajardo