Siglos después de su nacimiento literario, la voz de Scheherezade aún susurra al suroeste de Omán entre las ruinas de Ubar, la legendaria ciudad perdida de “Las mil y una noches”. El propio nombre del país, atrapado entre las montañas de piedra de Al Hajar y acariciado por las tranquilas aguas del golfo de Omán y el mar Arábigo, evoca el embrujo y los misterios de Oriente. Omán, el territorio que los geógrafos romanos bautizaron como Arabia Felix, es tierra de sultanes, árida tierra donde crece el árbol del incienso, esa resina del olíbano, envuelta en un sinfín de leyendas, que durante siglos fue más valorado que el oro.
Del sur de Omán partían las caravanas de camellos que portaban hasta Egipto, la Roma Imperial y las urbes mediterráneas, las preciadas resinas sagradas que servían para aplacar a los dioses, embalsamar a los muertos y curar enfermedades. Según la leyenda, en Omán cargaron los Reyes Magos de Oriente sus camellos con dones preciosos de incienso y mirra para llevarlos hasta el portal de Belén como obsequio al recién nacido Niño Jesús. Cuentan que el sur del país, cerca de Salalah, acoge las ruinas del palacio en el que vivió la mítica reina de Saba. Dicen que los marineros del Sur, descendientes de navegantes e intrépidos mercaderes, que recorrieron en sus modestos dhows las costas del Océano Índico comerciando desde el Mar Rojo hasta China, son hijos del legendario Simbad el Marino, que allí inició sus épicos viajes.
Muscat, ciudad de ensueño
Bañada por la particular luz de Arabia y las increíbles aguas azules del océano Índico, Muscat, sede del palacio del Sultán y capital del Estado, es todavía hoy en día una ciudad de ensueño que desprende aroma a mar y a especies. En la pequeña metrópoli omaní, una de las ciudades más antiguas de Oriente Medio, no hay lujosas extravagancias, ni los rascacielos más imponentes dominan el horizonte como en la vecina Dubái. En Muscat, aún puedes perderte en el laberinto de aromas, colores y sensaciones del Suq de Mutrah o pasear entre palmeras por el exclusivo barrio residencial Shatti Al-Qurm, donde se encuentra la Royal Opera House Muscat (ROHM), mucho más que un teatro de ópera.
Por decisión expresa del actual sultán Qaboos bin Said al Said, gran amante de la música clásica y creador de la ROHM, su filosofía de programación se basa en la música como dialogo global e intercambio cultural en interés de la paz y armonía mundiales; los conciertos sinfónicos, los conciertos de cámara, las músicas del mundo o la danza y el ballet, también están presentes entre los ochenta espectáculos al año que programa el coliseo omaní, atalaya cultural de Oriente Medio. La atmósfera mágica y exótica de Omán envuelve este teatro de ópera, único en la Península Arábiga, cuyo exterior al estilo de un moderno palacio omaní de inmaculado mármol blanco, rodeado de jardines, es una obra de arte en sí mismo.
Kaufmann en Muscat
El teatro de ópera de estilo italiano con la mejor acústica del mundo, inaugurado en octubre del 2011 con la ópera Turandot de Puccini, cumplió esta temporada su primer lustro coincidiendo, además, con los 45 años de reinado del popular sultán Qaboos y los 30 años de la creación de la Royal Oman Symphony Orchestra. Y para celebrar el inicio de temporada de este quinto aniversario, su nuevo director artístico, el italiano Umberto Fanni, eligió al tenor de moda, el alemán Jonas Kaufmann, que se suma así a la larga lista de destacados artistas internacionales que han desfilado por el escenario de la Royal Opera House de Muscat.
Bajo la batuta de su compatriota Jochen Rieder y acompañado por la Czech National Symphony Orchestra, el aclamado tenor alemán hizo su debut en la Royal Opera House de Muscat con un recital, intercalado de bellos preludios orquestales y oberturas, que incluyó las más famosas arias de Verdi, Puccini, Mascagni, Leoncavallo, Bizet y Massenet (leer los subtítulos de tan famosas arias en árabe, a través de la pantalla táctil de los asientos, resulta de lo más exótico). Tras finalizar con la famosa aria de Turandot “Nessun Dorma”, un entusiasmado Kaufmann despidió al público con cuatro propinas que los asistentes agradecieron con grandes aplausos.
Al día siguiente, tuvo lugar el Concierto Aniversario de la Orquesta Sinfónica Real de Omán, la primera orquesta sinfónica de estilo occidental, compuesta en su totalidad por músicos omaníes, que este año cumple treinta años. El milanés Nicola Paszkowski fue el encargado de dirigir a la orquesta en un programa especial aniversario dedicado a Omán, que incluyó obras de Aziz Al Shawan, Youssuf Shawki, Shirvani Chalaev, Lalo Shifrin y Hamdan al Shaeky. Un público mayoritariamente local, de hombres ataviados con sus impecables dishdashas y turbante muzzar, y mujeres con hijab, abayas y bolsos de firma, ovacionó a su orquesta en esta mágica velada de música omaní, en el fascinante entorno de la Royal Opera House de Muscat.
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Lorena Jiménez
Foto: Concierto Aniversario por la Orquesta Sinfónica Real de Omán, compuesta en su totalidad por músicos omaníes, que este año cumple treinta años.
Acred: © Royal Opera House Muscat / Khalid Al Busaidi