La pianista revisa, edita, publica e interpreta las obras de Antonio José Martínez Palacios (1902-1936), más conocido como Antonio José
Dadas las profundas raíces burgalesas de la pianista Raquel del Val, el popularmente conocido como Antonio José, es uno de los compositores habituales en sus repertorios de concierto. En 2003 inicia un estudio en profundidad de este autor, para más tarde, después de una intensa labor de documentación, análisis, revisión, edición e interpretación de sus obras, comenzar la presentación de obras, desconocidas para el gran público, tal es el caso de Tiempo de Tarantela, reestrenada el 30 de septiembre de 2011 en el Auditorio La Marina de Zamora, coincidiendo con el 75 aniversario de su fallecimiento; el estreno de su versión para canto y piano de ¡Ay, amante mío! el 5 de mayo de 2017 en el Auditorio Ciudad de León; y también la versión para piano solo de la vibrante Danza de bufones, que se estrena el 23 de junio de 2019 en el Ateneo de Valencia; previsto está también el estreno de la versión para trío clásico de cámara de la Suite ingenua.
Es tremendamente satisfactorio observar como un autor todavía desconocido para público y docentes, es acogido con calor fuera de nuestras fronteras, como ocurrió en Nueva York el 10 de abril de 2010 y, más recientemente, en el Concierto en St. James’s Piccadilly en Londres el 13 de febrero de 2017, donde el público ovacionó especialmente la interpretación de la Danza Burgalesa n. 3, también previamente revisada.
En la investigación de su variado repertorio y documentación, no pasa por alto la redacción de alguno de los contratos editoriales entre Antonio José y la Unión Musical Española, por ejemplo, los fechados en 1935, en los que “se satisface” al autor con un 15% del precio de “cada ejemplar sellado”, entendiéndose que se abona el importe de “seis ejemplares por cada siete sellados”; la cesión del derecho de edición de la obra en el extranjero tiene otro porcentaje que viene estipulado en el contrato.
Cantos populares
Curiosidades contractuales decimonónicas con ciertas condiciones “leoninas” aparte, volviendo a los tiempos actuales, además de la revisión y estrenos de las obras mencionadas, Antonio José es el creador de innumerables composiciones, muchas de ellas basadas en los cantos populares de su tierra, de una provincia tan variada como fructífera en folklore. Estas obras pertenecen a variados géneros dentro de la música clásica: sinfónicos, corales, música de cámara, canto y piano y, por supuesto, la música instrumental para piano.
La inmensa labor de Monte Heliconio Editores, tomando como base los valiosos manuscritos del autor, revisa con detalle obras corales originales como Cinco Coros Castellanos, Cuatro Canciones populares burgalesas, Romance de rosa fresca, Tres Cantigas de Alfonso X, Himno a Castilla y Ave María, así como las adaptaciones corales de otros autores como Quedito, Pasito (Ni amor se libra de amor, escena XI), que es un arreglo de Antonio José sobre el original de Juan Hidalgo; también están las adaptaciones corales de la Canción del Marinero de Schumann y del Andante de la Casación de Mozart.
Capítulo aparte son las obras de música de cámara y las de canto y piano, basadas en el rico patrimonio folklórico burgalés: El Picotín, para canto y piano; el Molinero, escrita para canto y piano y, posteriormente, para voz y orquesta; o la Balada escrita para violín, cello y arpa, basada en el popular tema del “Trepeletré” burgalés.
En cuanto a las obras para piano solo, destacar la graciosa Marcha para soldados de plomo, interpretada en Burgos el 26 de febrero de 2005 tras su revisión y edición musical, además del Poema de la juventud, la Sonata Gallega o el Himno a Castilla, también en edición facilitada para las manos jóvenes; mención requerida es la de la obra denominada Rondó, minuciosamente revisada y matizada antes de su interpretación en el concierto inaugural del Festival “Clásicos en la Demanda” en Vallejimeno (Burgos), el 15 de septiembre de 2018.
Danzas Burgalesas
Es imprescindible nombrar las maravillosas Danzas Burgalesas, interpretadas en numerosas ocasiones por Raquel del Val en público, trabajadas en el ámbito académico en su versión de piano solo y de dos pianos o cuatro manos.
Dentro de la música instrumental para solista, y fuera del ámbito pianístico, se edita también la preciosa Sonata para guitarra, que sin duda vuelve a mostrar un Antonio José preocupado por recorrer todo el espectro instrumental, y no solo el de los instrumentos sinfónicos.
Esta ardua labor de revisión viene acompañada de una minuciosa unificación de diseño, realizado en este caso por Monte Heliconio Editores, que estructura las publicaciones de Antonio José Martínez Palacios según las tipologías formales de sus obras y su estética instrumental y coral.
No se podría considerar completo este trabajo sin pasar al siguiente estadio: toda difusión editorial se complementa y engrandece si la partitura cobra vida en manos de los instrumentistas, verdaderos intermediarios entre el autor y el público y, sin duda, la labor concertista de Raquel del Val, que difunde desde hace años y seguirá difundiendo un patrimonio musical que gracias a ella empieza a ser conocido en todo el territorio nacional y en el extranjero.
Las partituras en formato digital de esta labor editorial están disponibles
en la web de la pianista Raquel del Val
www.raqueldelval.com
por Blanca Gallego