Sentamos a la “mesa” online a los dos principales responsables de la Orquesta Barroca de Sevilla (OBS), en esta y la página siguiente, Ventura Rico y Pedro Gandía Martín, que nos responden a las mismas preguntas de cara al futuro de la OBS y su actividad actual.
¿En qué momento artístico y vital cumple la Orquesta Barroca de Sevilla su 25 aniversario?
Llega en el mejor momento de su historia. De no haber sido por la crisis sanitaria, estábamos desarrollando la mejor programación que hemos tenido nunca, con dos óperas (Agrippina, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla; y Aquiles en Esciros, en el Teatro Real de Madrid) y unos conciertos fantásticos de temporada. Además, con varios discos a punto de ver la luz. Hay que ver esta situación como una pequeña ventaja, porque nuestro buen momento actual nos ayudará a superar esto algo mejor.
¿Los éxitos y, en fin, los acontecimientos han sucedido más rápidos o más lentos de lo que imaginaron cuando la orquesta nació?
Depende de cómo se mire. Si se es optimista diremos que en 25 años hemos creado una programación de calidad y hemos hecho un gran trabajo musicológico y de repertorio. Además, hemos espoleado el nacimiento de una generación de músicos locales de gran calidad, algo que no existía hace un cuarto de siglo. Pero objetivamente las cosas van lentas, yo empecé con 31 años, prácticamente la OBS representa el curso de mi vida profesional. En otros países todo hubiera ido más rápido. Porque para que algo avance tienen que avanzar muchas cosas en paralelo. En España todo es muy desigual y seguimos necesitando buenos circuitos de conciertos, una educación musical muy superior a la que se imparte, trabajos musicológicos de calidad... El esfuerzo que hemos hecho en Sevilla ha sido titánico, porque nosotros solos hemos tirado de muchos vagones.
¿Cuáles han sido los hitos de la OBS en su trayectoria?
Representar la ópera Julio César en el Teatro de la Maestranza fue un acontecimiento fundamental para nuestra historia. O La Resurrección, de Haendel, que hicimos con Onofri también en el Maestranza. Haber grabado el disco dedicado a Carl Philipp Emanuel Bach con Christophe Coin fue otra ocasión histórica. Desde luego, también El Mesías que hicimos en Francia, porque supuso salir del ámbito local y regional y consagrarnos en una de las capitales mundiales de la música.
Pensando a futuro, cosa extraordinariamente difícil en estos momentos, ¿qué metas se plantean de cara al 50 aniversario?
Si yo tuviera un cierto poder económico, como por ejemplo el de la cuarta parte de una orquesta sinfónica, mi proyecto ideal sería una programación de calidad coordinada con otras ciudades. A mí siempre me ha preocupado el aspecto laboral, porque es clave para que funcione el artístico. Quisiera construir un circuito en torno a grandes producciones, porque eso las abarata y da más trabajo a los músicos. Dar seguridad económica a nuestros intérpretes y, a la vez, libertad para que hagan otros proyectos sería algo esencial. También querría retomar el proyecto de recuperación del patrimonio musical, Atalaya, que durante años estuvimos realizando. Y luego la formación, crear una escuela.
¿Qué escenarios barajan para volver a la normalidad, o a una cierta normalidad?
Hemos intentado congelar todos los gastos de la orquesta y confiamos en recuperar algunos de los conciertos previstos en el último tramo del año. Nuestro plan es aguantar lo máximo posible y estudiar todas las soluciones que se presenten... Si nos fuéramos en blanco hasta 2021, la cosa adquiriría entonces una peor cara.
¿Cuáles son las más optimistas y las más pesimistas opciones que podrían darse?
Trabajamos con el supuesto de que las instituciones culturales sigan contando con los presupuestos que tenían. Pero no dejamos de dar vueltas a posibilidades que ya veremos si se sustanciarán o no. Una de ellas pasaría, por ejemplo, por hacer conciertos 2 o 3 veces en un solo día, con unas 40 personas en cada pase. Esto conllevaría lógicamente interpretar otro tipo de programas más breves y con músicos que se puedan adaptar. Pero de darse el caso buscaremos las soluciones que sean necesarias para que no nos carguemos este oficio, todo menos tirar la toalla.
¿Y sobre las nuevas grabaciones?
En nada verá la luz un disco en el sello IBS con el violonchelista Asier Polo centrado en Conciertos de Vivaldi, Boccherini y Haydn. También lanzaremos Astro Nuevo, con obras del compositor Pedro Rabassa, maestro de capilla de la Catedral de Sevilla. Julia Doyle, Carlos Mena y Enrico Onofri intervienen en él. Otro disco contendrá el Stabat Mater de Pergolesi en la versión de Juan Francés de Iribarren conservada en la Catedral de Málaga, con María Espada y Carlos Mena. Todos ellos saldrán en el sello Passacaille.
por Blanca Gallego
www.orquestabarrocadesevilla.com
Foto: Pedro Gandía Martín y Ventura Rico, que nos responden a las mismas preguntas en esta y en la siguiente página.
Crédito: Nuria González