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Ópera a quemarropa

Ópera en formato sostenible, trasladable y accesible

Julio-Agosto 2024

La ópera se acerca a todos los públicos en “Ópera a quemarropa”, un nuevo festival dedicado a la ópera de cámara impulsado por la Comunidad de Madrid, con seis producciones, cinco de ellas estrenos absolutos más una reposición, que se presentan del 12 al 27 de julio en tres localidades de rico patrimonio cultural de la región: San Lorenzo de El Escorial, Aranjuez y Alcalá de Henares. Este primer Festival de Ópera de Cámara de la Comunidad de Madrid nace para promover y difundir este género, “que a menudo se percibe como reservado solo para unos pocos privilegiados”, según señalan sus directores artísticos Ricardo Campelo y Ruth González, de Teatro Xtremo, con los que hemos tenido este encuentro.

¿Cómo nace este proyecto de “Ópera a quemarropa”? ¿Y por qué este nombre tan sugestivo?

El proyecto nace después del estreno de la ópera de cámara Lazarillo, de David del Puerto, en el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro, Clásicos en Alcalá. Tras la función, el Director General de Industrias Culturales y Creativas, Gonzalo Cabrera, tenía claro que quería hacer algo contundente con este formato. Para él, la experiencia había sido íntima, profunda y muy potente. La ópera en su formato camerístico es sostenible y trasladable a otros municipios de la Comunidad de Madrid que no tienen grandes casas de ópera, lo que nos permitía llegar a nuevos públicos. Así fue como nos encargó a Ricardo y a mí (Teatro Xtremo) la concepción del festival y ahí arrancamos. Por otra parte, el nombre “Ópera a quemarropa” alude a la cercanía que nos brinda la ópera de cámara. En un gran teatro de ópera, entre la primera fila de patio de butacas y el primer cantante, entre foso y boca de escenario, puede haber un mínimo de 10 metros (o más). En su formato camerístico, el espectador estará disfrutando del cantante a poca distancia. Esto permite una experiencia completamente distinta. Este formato es como un disparo a quemarropa: directo, cercano e inesperado.

Seis producciones, cinco de ellas estrenos absolutos más una reposición, así como el interesante proyecto “La Plaza”, que reúne a ocho artistas que deben sumergirse en un proceso artístico de nueva creación. ¿Por qué, dentro de la programación, la representación de este proyecto representa el cierre del festival?

La Plaza como fin de fiesta nos parecía un cierre perfecto. Por ser un proyecto no ortodoxo, que rompe con el marco de las normas establecidas para la creación de obra operística... Es una celebración.

“La Plaza” prioriza la búsqueda sonora y escénica en una residencia de creación operística. ¿Cuánto tiempo ha durado la residencia? ¿Es compatible la exploración artística con la cristalización que implica tener fechas para un estreno?

La residencia ha durado dos semanas en el Centro Cultural Pilar Miró durante el mes de mayo y tendrá una semana más en julio antes de las funciones. En este caso sí es compatible la búsqueda con la muestra al público. No es un estreno de una obra terminada, es una muestra de un proceso. No se les ha pedido la cristalización del proceso en sí y llegarán al día 26 de julio con lo que tengan, lo exhibirán en un espacio público al aire libre y de forma gratuita, en un espacio no convencional, y disfrutaremos de ello con un concepto completamente diferente al de ver una ópera en un patio de butacas.

En “Ópera a quemarropa”, el espectador, que suele estar acostumbrado a propuestas escénicas y musicales cerradas, se encuentra con algo nuevo… ¿Qué aporta al público la recepción de esta exploración?

Esta exploración va destinada no solo al público, sino a los creadores. Muchos de ellos han vivido por primera vez este año un proceso de creación más propio de las artes plásticas y la creación escénica contemporánea, que de la lírica propiamente dicha. En ese sentido, esto ha sido enriquecedor para todos ellos. En cuanto al público, tendrá la posibilidad de una escucha abierta, al igual que la han tenido los creadores con su proceso. La muestra, pese a tener una hora de comienzo, podrá ser vista por cualquiera que pase por allí, parcialmente o en su totalidad. Y, asimismo, esperamos que de la primera a la segunda, o de la segunda a la tercera función, haya cambios y la pieza esté viva.

Si tuvieran que recomendar una, ¿con qué se quedarían? ¿Quizá Mahagonny, quizá Los siete pecados capitales o Il segreto di Susanna? Solo preguntamos…

No soy capaz de recomendarles solo una de las producciones, precisamente porque el abanico es amplio: de Wolf-Ferrari a David del Puerto, pasando por Kurt Weill, con temáticas diversas y distintos estilos. De hecho, la intención del festival es abarcar partituras de épocas diferentes y puestas en escena de distinto carácter. La idea no es solo la de brindar al público diversidad, sino la de darnos a nosotros la posibilidad de crear y rescatar patrimonio. Creo que es una oportunidad para todos.

por María Alonso & Gonzalo Pérez Chamorro

www.comunidad.madrid/cultura/oferta-cultural-ocio/festival-opera-camara-2024

Foto: El director general de Cultura e Industrias Creativas de la Comunidad de Madrid, Gonzalo Cabrera, junto a los directores de “Ópera a quemarropa”, Ruth González y Ricardo Campelo.
Crédito: © Pablo Lorente

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