El Trío Syrah es una formación no habitual en el panorama camerístico español, que comenzó su andadura en 2010. Sus integrantes son Antonio Lapaz Lombardo, clarinete; Mayte García Atienza, violoncello y Enrique Lapaz Lombardo, piano. El Trío Syrah ha sabido aunar tradición y modernidad en su primer disco, De TRES en TRES, presentado con gran éxito de crítica y público, en el que interpretan las Estaciones Porteñas de Astor Piazzolla, el Trío en la menor Op. 114 de Johannes Brahms y 4 piezas de las 8 Piezas Op. 83 de Max Bruch. La portada del disco en sí es ya una deliciosa sugerencia, una bella imagen del Arrecife de las Sirenas del Cabo de Gata*.
¿De dónde proviene el nombre del trío?
El nombre de Trío Syrah viene de nuestro origen común, Requena (Valencia), donde comenzamos a tocar juntos mucho antes de que naciera esta agrupación como tal. Es una ciudad con gran tradición vinícola. La variedad de uva Syrah, que da nombre al Trío, no es oriunda de nuestra región, pero da caldos amables, sabrosos y a la vez robustos y estructurados. Son vinos que uno no se cansa de beber y eso es precisamente lo que nos gustaría que el público sienta cuando nos escuche, que siempre quiera más.
¿Emborracharse de placer musical?
Sí, una cosa parecida a esta…
¿Y el título del disco?
De TRES en TRES viene, como escribe Esteban Hernández Castelló en las excelentes notas del cuaderno interior, de la contraposición entre nuestros tres instrumentos y la heterodoxa y poca convencional selección de estos tres compositores. No es frecuente, y somos totalmente conscientes, aunar en un mismo trabajo a músicos como Piazzolla, Brahms y Bruch. De estos ingredientes creemos que sale un disco realmente interesante, que esperamos no deje indiferente a nadie.
Hablemos un poco del disco…
La gran innovación del disco es, quizá, la inclusión de las Estaciones Porteñas de Piazzolla.
Especialmente junto a la música de Brahms y Bruch… ¿Qué creéis que aporta dicha obra al repertorio de vuestra formación?
Esta obra, no siendo original para nuestra formación, alcanza en nuestra opinión un toque de madurez interesante por el cambio del violín (original en la versión de trío) al clarinete. Como toda la música de Piazzolla, tiene ese punto de pasión y frescura tan atractivo y tan necesario siempre, y que creemos que funciona como estupendo contrapunto a la soberbia armadura brahmsiana y a la calidez romántica de las Piezas de Bruch.
¿Y Brahms? ¿Qué aportáis desde el Trío Syrah a la abundante discografía de esta absoluta obra maestra?
En primer lugar, nuestra razón de ser como trío surge de la pasión que los tres profesamos a esta obra. Nuestro proyecto surgió de las ganas que teníamos de tocarla juntos. Es una obra, como bien ha dicho, maestra y verdadera piedra de toque para esta formación, que por lo demás no posee un repertorio muy amplio. Hemos tratado de imprimirle pasión, sensatez, buen gusto, y sobre todo respeto, mucho respeto al compositor.
Puedo dar fe de vuestra interpretación, es realmente buena. Y que nos dicen respecto a las Piezas Op. 83 de Bruch que cierran el disco....
Hemos seleccionado estas 4 piezas de las 8 que componen la bella Op. 83, porque representan muy bien el exquisito trabajo compositivo de Bruch. Funcionan muy bien como, digámoslo así, “pequeña suite”, y las cuatro son un verdadero caramelo con el que pretendemos dejar un buen sabor de boca a todo aquel que escuche el disco. Nosotros, al ser un trío con clarinete, aportamos una sonoridad más otoñal a estas obras, algunas de ellas escritas originariamente para viola en lugar del cello. Por ello, en Bruch, cómodamente arreglado para cello en lugar de la viola, algo usual por muchas formaciones de cámara, la sonoridad se torna más oscura y crepuscular.
Foto: Los integrantes del Trío Syrah.
Gonzalo Pérez Chamorro