La clavecinista hispano-uruguaya, que recorre en su arte la creación completa mundial para el instrumento, desde el barroco a nuestros días, nos habla de su reciente grabación de las obras de Sergio Cervetti, Las Indias Olvidadas y Candombe, ambas dedicadas a la intérprete.
¿Cómo se gestó este disco?
Este CD es consecuencia directa del interés de la JONDE hacia la música Iberoamericana, como parte del proyecto de intercambios realizados a través del Programa Iberorquestas Juveniles de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). El programa también favorece el conocimiento del repertorio de cada país y la posibilidad de trabajar directamente con los compositores. Hace tres años grabaron en México la integral de los Danzones de Arturo Márquez con una orquesta integrada por jóvenes de toda Iberoamérica, España incluida. Este CD monográfico de Sergio Cervetti siguió el mismo camino, pero participando únicamente solistas y músicos españoles, contando, para una de las obras, con el maestro colombiano Alejandro Posada. Quiero resaltar la magnífica experiencia que fue trabajar con la JONDE. Yo ya había estrenado el Concierto Las Indias Olvidadas en el Festival de Alicante de 1992, con un grupo instrumental de la Orquesta Nacional bajo la dirección de José Luis Temes; fue una velada memorable. Los jóvenes de la JONDE, verdaderos profesionales, hicieron una exquisita labor en la interpretación del Concierto en el Festival de Alicante de 2011, en el Auditorio Nacional y en esta grabación. Deseo agradecer a José Luis Turina, excelente director artístico de la JONDE, el haber gestado este proyecto, al director Jordi Bernácer por su eficaz dirección y a los jóvenes músicos por su estupenda labor.
La creación para clave actual se enriquece con estas obras de Cervetti, que están dirigidas en su pensamiento hacia usted. ¿Se siente como la modelo ante la mirada del pintor?
No sé si como una modelo, él a veces me llama su musa, sí como una profesional con una responsabilidad tremenda para interpretar fielmente lo que el compositor escribe y transmitir todo lo que desea expresar. Nuestra relación y amistad le han motivado a escribir para el clave no solo estas dos obras, sino otras cinco más, todas ellas de gran belleza e interés compositivo para el instrumento, del que ha sabido captar su peculiaridad; no es un piano.
¿Cómo podría definir estas dos obras, “Las Indias Olvidadas” y “Candombe”, qué aportan a la literatura para el clave contemporáneo?
En la partitura del Concierto, Cervetti no hace distinciones entre materiales de origen folclórico, de la tradición europea y de las corrientes minimalistas. Para mí eso es un gesto de gran valentía en un compositor. Es la obra más difícil que he tocado, un verdadero reto por los problemas de ritmo, de velocidades, de densas armonías y de violentos contrastes. Fue un trabajo minucioso para dominar y adentrarme en ese mundo tan complejo, transmitiendo en su justa medida toda esa libertad de procedimientos y la maravillosa exuberancia de la invención melódica, así como el dificilísimo y delicado entramado de la escritura clavecinística. Estamos ante una obra importantísima para el repertorio del instrumento que le plantea al intérprete retos muy interesantes. En el Candombe imita el juego rítmico y obsesivo de los tamboriles, dotándole de una vitalidad que el clavecinista debe saber transmitir.
El oyente asocia el sonido del clave directamente a un periodo concreto de la música, que acabaría en el siglo XVIII. ¿Se considera usted como una representante elegida en la reconquista de repertorios?
Desde que Falla compuso dos obras maestras, El Retablo y su Concerto, demostrando que el instrumento era capaz de dar vida a la música contemporánea en todo su esplendor, un clavecinista actual no debe ignorar todo el rico repertorio que nos ofrecen los compositores actuales. Yo no sé si soy un referente en este aspecto, sé que con el mismo amor interpreto Bach, Rameau o Cervetti, Ligeti y tantos otros. Sé que he estrenado más de sesenta obras de compositores actuales y que lo seguiré haciendo, sin por eso dejar de recrearme con toda la música barroca. Para mí todo es MÚSICA y eso es maravilloso.
Por: Gonzalo Pérez Chamorro
www.mariateresachenlo.com
Foto: María Teresa Chenlo, con Jordi Bernácer y el compositor Sergio Cervetti, en el concierto del Auditorio Nacional.