En la capital del voivodato de Silesia, celebró su tercera edición el pasado mes de mayo, el joven festival Katowice Kultura Natura Festival “Ziemia” (del 12 al 21 de mayo de 2017). Katowice, la ciudad que surgió del carbón y el acero en la histórica región de la Alta Silesia, ha dejado atrás su imagen de ciudad industrial y minera, y quiere reinventarse en una moderna metrópoli europea. Fomentar las industrias culturales y creativas como palancas para la renovación y sostenibilidad de la ciudad, es el objetivo de la nueva Katowice. En los terrenos donde hace poco más de una década se levantaba la antigua mina de “Katowice”, se ha construido la nueva sede de la Orquesta Sinfónica Nacional de la Radio Polaca (NOSPR), como símbolo de la metamorfosis de esta ciudad, situada al suroeste de Polonia, que recibió el título UNESCO City of Music del año 2015.
En octubre de 2014, Krystian Zimerman y la NOSPR inauguraban el monumental edificio de ladrillo rojo, diseñado por Tomasz Konior, y su espectacular sala de conciertos con 1800 asientos, dispuestos en cuatro niveles de onduladas y rugosas paredes en hormigón negro, imitando al carbón, y diseñada para satisfacer las más altas exigencias acústicas por la famosa compañía japonesa Nagata Acoustics. La primera edición del festival, creado por la Asociación Katowice Kultura Natura y la NOSPR, se celebró en mayo de 2015.
Bajo la batuta de Alexander Liebreich, director artístico del festival y director titular de la NOSPR, con Anna Szostak al frente de la Camerata Silesia y Petras Bingelis al frente de The Kaunas State Choir, dos obras de Arnold Schönberg, Die Jakobsleiter y la obra para coro a cappella Friede auf Erden, la Sinfonía n. 39 de Haydn y la cantata Demeter de Karol Szymanowsky, se inauguró el pasado 12 de mayo la III Edición del Katowice Kultura Natura Festival, que este año tuvo como lema “Ziemia” (Tierra).
Diez intensos días de buena música con artistas de renombre internacional y un excelente programa, cuidadosamente elegido, que combina de forma inteligente música de diferentes épocas. En la sala koncertowa se pudo disfrutar de la música de Haendel, Vivaldi y Bach con al contratenor Bejun Mehta y la AKAMUS (Akademie für Alte Musik Berlin). Pero, también, de la música que Béla Bartók escribió para los ballets El mandarín maravillo y El príncipe de madera, con la orquesta invitada de este año: Orquesta del Festival de Budapest y su director musical Iván Fischer.
Alexander Liebreich
Al igual que en ediciones anteriores, además, hubo ocasión de escuchar buena música de cámara con el Artemis Quartett. El habitual recital pianístico estuvo a cargo del pianista británico Paul Lewis. Como en las dos primeras ediciones, el Festival incluyó dos conciertos de abono de la NOSPR, bajo la batuta de Alexander Liebreich (el 12 y el 18 de mayo). Este último concierto contó con el barítono Michael Nagy y la soprano Johanna Winkel como invitados, que ofrecieron una magistral interpretación de la Sinfonía lírica de Zemlinsky. El 19 de mayo estuvo dedicado a la Música Antigua con la maravillosa y excepcional actuación de Graindelavoix, el increíble conjunto vocal de Amberes fundado por el artista interdisciplinario, antropólogo y etnomusicólogo, Björn Schmelzer, que con su impecable afinación y cuidadísimo sonido, levantó al público de sus butacas. Pioneros en un audaz y novedoso enfoque de la Música Antigua, su programa incluyó Las Lamentaciones del Antiguo Testamento de dos compositores del Renacimiento, Carolus Luython y Pedro Ruimonte.
El 20 de mayo, la New Music Orchestra y su director Szymon Bywalec, estrenaron Wyliczanka na 3 głosy i 9 instrumentów, de P. Mykietyn, una obra encargo del festival inspirada en el texto de una rima infantil del periodo de entreguerras, en el que las voces actúan como eco del conjunto instrumental. El festival se clausuró, como siempre, con un concierto de jazz, en esta ocasión, a cargo del trompetista italiano Enrico Rava y la pianista Geri Allen. Como evento paralelo al festival, es necesario destacar Mother Lode I-III, la asombrosa instalación sonora de la cantante y compositora Agata Zubel, interpretada en directo por músicos de la New Music Orchestra, que utiliza el espacio acústico del Museo de Silesia y un espectacular juego de espejos, para recrear nuevos sonidos, inspirados en los sonidos de la antigua mina de carbón.
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por Lorena Jiménez
Foto: La asombrosa instalación sonora en el Katowice Kultura Natura Festival, que utiliza el espacio acústico del Museo de Silesia y un espectacular juego de espejos.
Acred: © Bartek Barczyk