De regreso de Italia de interpretar con enorme éxito diversos roles rossinianos, el tenor Juan de Dios Mateos nos atiende con varios proyectos en mente, el más inmediato este mes de junio en el Festival de Úbeda.
Viene de interpretar dos grandes papeles rossinianos en Italia, el Príncipe Ramiro de La Cenerentola en el Teatro Lirico Verdi de Trieste y Lindoro de L’Italiana in Algeri en el Teatro Verdi de Salerno. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Ha sido estupenda en ambos teatros. La verdad es que me he sentido muy valorado en ambos sitios y estamos ya barajando futuros proyectos de volver a colaborar; en mi opinión, es la mejor manera de reconocer el resultado conseguido. De hecho, estos contratos me han abierto las puertas también al festival de Trapani, al que voy este verano a cantar también Cenerentola y a otros proyectos de los que aún no puedo hablar.
Ya puestos, quién mejor que usted para definir su voz…
Soy un tenor lírico-ligero, lo que me permite un abanico bastante amplio de repertorio, yendo desde el barroco al contemporáneo, aunque donde más cómodo me encuentro es sin duda en el belcanto agudo y en Mozart. Lo bueno de no ser ligero puro es que puedo afrontar, como ya he hecho en más de una ocasión, roles de más peso (siempre con cuidado), y que sumado al squillo y técnica que siempre sigo trabajando, me permite pasar bien la orquesta y enfrentarme con solvencia a salas grandes. Además, tengo formación como flautista, lo que me da también las herramientas para preparar los roles con bastante rapidez y eficacia.
Muchos le conocieron por su debut en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en octubre de 2023 con el estreno absoluto de El Caballero de Olmedo…
Fue un sueño hecho realidad. Debutar en ese icónico teatro y con un rol protagonista fue una experiencia que voy a atesorar siempre. El repertorio español me apasiona y, como ya he dicho en otras ocasiones, me encanta que esté cada vez más presente en mi agenda.
Parece Rossini desde donde gravita todo su repertorio, que alcanza roles “ligeros” tan exigentes como Ferrando en Così fan tutte, Don Ottavio en Don Giovanni o Nemorino en El elixir de amor…
Siempre digo que Rossini es un compositor tan exigente a nivel técnico, que hace que los demás roles me resulten, me atrevería a decir, cómodos. Fáciles no, porque hay muchos aspectos a explorar y siempre se puede exprimir más en un sentido o en otro. Me gusta pensar que Rossini me ha dado todas las cartas de la baraja técnica, y que ahora voy jugando la mano que más se adapta a cada repertorio e interpreto los diferentes roles con bastante solvencia.
¿Qué papel se encuentra trabajando en este momento que hasta entonces no ha cantado en vivo? ¿Algún día vendrá Tamino a su encuentro?
Siempre tengo en mi agenda de trabajo el rol de Ernesto de Don Pasquale, así como Tonio, de La Fille du Régiment. Son dos roles que me encantaría debutar próximamente y que aún no he tenido la oportunidad. Respecto a Tamino, es un rol que he estudiado ya en gran medida y que también me gustaría cantar. Además, me gustan mucho los idiomas, y el alemán es la quinta lengua que estoy estudiando, con lo que si se presentase la ocasión, sería estupendo para meterme aún más de cabeza y perfeccionarlo.
¿Tiene cita asignada en 2024-25 en algún escenario español?
Este mismo 6 de junio canto en el Festival de Úbeda un concierto junto a Antonio López de canciones, arias y romanzas y, más adelante, el 7 de julio, canto junto a la Orquesta Ciudad de Almería la Novena de Beethoven en mi ciudad. Estoy aún cerrando cosas por Andalucía para la próxima temporada y no puedo desvelarlas de momento, pero por desgracia nada en las temporadas de los teatros españoles. A este respecto, me siento bastante identificado con lo de “nadie es profeta en su tierra”. Parece que siempre hay que dar “un pelotazo” fuera para conseguir una oportunidad. En España, a pesar de que se hagan títulos que he cantado con éxito en teatros importantes reiteradas veces, como Barbero de Sevilla o Don Giovanni, por ejemplo, la inercia suele ser traer un nombre de fuera que “venda más”. Muchos de esos nombres extranjeros son compañeros con los que yo canto habitualmente fuera. Parece que cruzando la frontera sí estoy al nivel de esos repartos, pero no en mi país.
Eso pienso, Juan de Dios Mateos es más conocido casi fuera de España que en su propio país…
Puede ser… Me considero un artista que cumple con creces. Para mí no hay mejor aval que el de ser reinvitado continuamente. Desde que salí del Ópera Estudio de la Opera Nacional de París, he pasado por teatros como la Deutsche Oper Berlin en cuatro ocasiones, la Ópera de Sídney en tres, dos en Santiago de Chile, Melbourne, Bari, Oslo… Ahora Trieste y Salerno y siempre con muy buen feedback por parte de los teatros y público, como también se vio en el Teatro de la Zarzuela. La temporada que viene, por ejemplo, debuto en la ópera de Shanghai gracias al éxito que tuvo mi última actuación en Australia con Don Giovanni. Ahora deseo seguir creciendo y conseguir más producciones en España. Aunque continuaré trabajando en teatros de todo el mundo, me gustaría actuar más en casa y que los teatros contaran conmigo con mayor asiduidad. Espero que el buen trabajo y el tiempo acaben abriendo esas puertas que tanto deseo y poder compartir mi trabajo con mi gente y mi país. Yo sí quiero ser profeta en mi tierra.
por Lucas Quirós
https://juandediosmateos.com
Foto: Juan de Dios Mateos, uno de los tenores lírico-ligeros con mayor proyección y presencia del momento.
Crédito: © Jesús Gomba