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Josué Bonnín de Góngora

Suite y Ópera para el nuevo año

Enero 2020

Tras encontrarnos con el compositor y pianista Josué Bonnín de Góngora en la portada de abril de 2019 de RITMO, la pregunta era, “¿para cuándo estará esa gran obra pianística que está escribiendo?”. La respuesta, en esta entrevista…

¿Cuáles son sus próximos proyectos de cara a su obra, a su labor como compositor?

Como bien sabe, soy compositor que trabaja un poco en la sombra, estando donde hay que estar, más allá de sociedades pasajeras, de modas o de estéticas prefabricadas. En consecuencia, mi actitud es, como digo siempre, In silentio et spe, fortitudo mea: en el silencio y la fuerza está mi Esperanza. Así, en esta brillante y luminosa sombra estoy componiendo una Gran Ópera sinfónica en todos los sentidos y primas de fondo y forma algunas “esquirlas de luna”: pequeñas obras pianísticas (en la forma), intituladas Lejanías de Vélez, hijas espirituales de la Suite Benalmádena.

Maestro, viene haciendo referencia hace un tiempo a la Suite Benalmádena, obra poderosa… ¿Cuál es la vida de esta obra?

Pues es una obra pianística con fuerte sentido de Unidad, pero diversa en su contenido lírico. Diríase que en esa diversidad reposa su Unidad. Me explico: es una obra de carácter muy personal, donde su andalucismo es transverberado por el propio “yo” lírico del compositor. Aúna tanto descripciones “pictóricas”, tales como “La Calle Real”, “Plaza de las palmeras” o “El muro”, como sentimientos, intimidades líricas de su autor. No obstante, tiene un gran sentido orgánico y de Unidad merced al dinamismo tonal y al ritmo armónico, como se verá en el momento de su publicación.

¿En qué va a consistir la publicación y para cuándo está prevista?

Pues en estas cosas no provistas de maquinal tiempo es siempre difícil hablar con exactitud temporal. A menudo ocurre que en el Arte las cosas están cuando estén (“disculpe la tautología”, afirma el compositor mientras agita su pipa humeante); algo parecido a que, también en Arte se sabe lo que se busca cuando se encuentra. No obstante y dejando un margen razonable a la “impredictibilidad” (no en sentido cuántico) saldrá en prestigioso sello Naxos en el próximo año y medio, en los dedos de la excelente pianista Elena Esteban Muñoz. En esto de los tiempos editoriales... ya se sabe; si no, mire usted como aún estamos esperando a que salga la obra que compuse para Poeta en Nueva York de García Lorca por la editorial Akal…

En otras ocasiones nos ha hablado de Elena Esteban... pónganos al día…

Es para mí un honor poder trabajar con una persona de la talla personal y artística de Elena Esteban. Me ha grabado magníficamente otras dos Suites mías, resultando excelentes: Suite Formentor y la Suite Venanti y, ¿sabe el porqué de esta formidable elección?

Creía que las preguntas las hacía yo, pero dígame maestro…

Pues verá, más allá de que Esteban sea una magnífica ejecutante, es una excelente intérprete... Pues ha ahondado en la psicología y lirismo de cada obra, consultándome, meditando, fabricando sus propias respuestas a sus propias preguntas y siguiendo todas y cada una de mis indicaciones con precisión cartesiana; incluso, a veces, enseñándome a comprender mi propia obra. No olvide que entender forma parte del intelecto; la comprensión es el entendimiento alumbrado por la Luz del Espíritu... Pura física espiritual.

¿Es la Suite Benalmádena una obra contemporánea? ¿Se considera un compositor de vanguardia?

Preguntas muy comprometidas por el encasillar el tiempo. En cuanto a la primera, depende del concepto de tiempo. Lo que sí le puedo decir con garantías es que, aparte de la forma, está obra ha bebido del cáliz Sagrado de la inspiración y el sentimiento... los intervalos temporales lineales que se lo pongan otros. En cuanto a la forma, sencillamente, la he escrito como me ha parecido, es una obra que se pertenece a sí misma, sin deudas formales con los pasados siglos. En esta línea de pensamiento, creo que hay músicas escritas antes y después en el tiempo. Creo poco en la evolución no inclusiva en proceso de Creación Artística. Algo que sí ocurre en las ciencias, por ejemplo. En la extrapolación al terreno del Arte de conceptos y formas de la Ciencia se ha perdido gran parte del Espíritu y se ha ganado mucho en experimentación sonora sin soporte vital detrás. Para eso, prefiero la física teórica. Es su cauce. No el de la Música. En cuanto a la segunda pregunta, yo no evoluciono, escribo. Y esa evolución parte del interior, de mis “moradas” (extrapolando a la gran Teresa de Jesús) y de ahí, lo demás. Hay quien se conforma con reformas en la fachada, no es mi caso. De ahí que pelee, a muerte, cada compás, cada nota, cada armonía, es difícil: pero, ya sabe... In silentio et spe, fortitudo mea. Sólo espero que los demás me toleren, que no es sino que sólo a Dios le corresponde juzgar.

Interesantes y atrevidas reflexiones... Cambiando el tema: ¿en qué consisten esas Lejanías de Vélez de las que nos ha hablado?

Son “pequeñas esquirlas de Luna”, pequeñas pinceladas del sentimiento emanadas de la Suite Benalmádena, pero con vida lírica autónoma. Hasta ahora he compuesto cinco de ellas, extrañas tal vez, pero ajustándose a la expresión pianística que he concebido.

Muchas gracias por habernos atendido.

por Gonzalo Pérez Chamorro

Foto: Josué Bonnín de Góngora, que se ha inspirado en Benalmádena para su suite pianística.
Crédito: © Daniel Moscugat

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