El compositor holandés Jesse Passenier nos habla sobre su reciente disco Fight for Light junto a la orquesta ADDA Simfònica, dirigida por Josep Vicent, con Kari Ikonen (piano) y Vincent Houdijk (vibráfono y marimba), en el sello Navona Records (Parma Recordings), en el que explora los límites de la música clásica y el jazz, uniendo ambos géneros a través de la música sinfónica.
¿Cómo surge la idea de este disco?
Después de acudir a un concierto de Kari Ikonen en la feria JazzAhead en Bremen, en 2017. Cuando escuché tocar a Ikonen, pensé: “Quiero escribir un concierto para piano jazz y orquesta, y que lo estrene él”. Poco más de un año después, Morgan Santos, de A&R de Parma Recordings, me contactó porque le había llamado la atención mi primer álbum Lit Scenes, del sello Odradek Records; un proyecto de octeto, para el que contaba con el cuarteto de cuerda Dudok Quartet Amsterdam y cuatro músicos de jazz. Tras hablar con ella y ver lo especializado que era el equipo de Parma Recordings en la grabación de producciones orquestales, la idea de escribir el concierto para piano jazz y orquesta volvió a mi mente, y trabajé en ello para el proyecto Fight for Light.
Háblenos de Piano Concerto No. 1 “Levensdrift”…
“Levensdrift” es la única palabra holandesa en todo el álbum, porque era imposible traducirla correctamente. Significa algo así como “un impulso primario de vivir”. Y espero inspirar a la gente a soñar y a perseguir sus objetivos, a continuar esforzándose y nunca darse por vencidos. Esta manera de pensar me ha dado mucho a lo largo de mi vida, y ahora trato de compartirlo con todos a través de mi música. Este principio también es el significado central del título, Fight for Light (Lucha por la Luz). La palabra luz, como fuerza, calidez y lo que nos trae color. En cuanto a la forma, sigue la estructura de tres movimientos del concierto clásico tradicional para piano con orquesta. Trabajé mucho con el desarrollo continuo de pequeños motivos, y construí mis temas de una manera similar a como lo haría alguien como Ravel. Y en los aspectos formales más pequeños dentro de los movimientos, también me tomé libertades, pero al mismo tiempo utilicé algunas de mis formas clásicas favoritas para darles forma, como la Passacaglia con la que trabajé en el segundo movimiento. El tercer movimiento está probablemente más coloreado por el jazz. Suena algo así como un vals de jazz de swing rápido, aunque, de vez en cuando, tengo que decir que también estaban en mi mente lenguajes y colores como los de Poulenc. En la sección final del primer movimiento, y en general en la sección de percusión de la orquesta, usé bastantes ritmos que se pueden asociar con el jazz y la música latina. Sin embargo, lo más importante es que soy una persona que busca profundamente en la armonía, y a partir de ahí, mis temas evolucionan. En esas profundidades armónicas, todos los aspectos del lenguaje que encontré pueden relacionarse tanto con ejemplos clásicos como de jazz. Por un lado, mi idioma se puede entender desde la combinación de elementos procedentes del romanticismo tardío wagneriano con el impresionismo francés y compositores más difíciles de asociar a un solo estilo, como Stravinsky, Bartók y Hindemith y, por otro lado, desde la fusión de ciertos componentes de compositores de jazz, como Gil Evans, Bob Graettinger, Jens Winther, Thad Jones, Chick Corea, Keith Jarrett y Bill Evans. Mi objetivo es la periferia, donde se encuentran tanto la música clásica como el jazz, y en la forma de escribir uso pasajes muy escritos y, a veces, virtuosos, y la improvisación, tanto solista como de acompañamiento.
Vibraphone & Marimba Concerto No. 1 “Becoming the Colour” también está escrito para solista y orquesta. No hay muchos conciertos para vibráfono y orquesta en el ámbito sinfónico. ¿Cómo nace la idea de componer un concierto para vibráfono y marimba como solistas?.
Hay una razón simple por la que el vibráfono no se coloca a menudo frente a la orquesta, y tiene que ver con la delicadeza del instrumento. Eso me pareció un reto a nivel de orquestación. Además, tratándose de mis primeros conciertos para solista y orquesta, quería profundizar en la mecánica de los instrumentos, así que elegí trabajar con los que conocía bien: el piano y el vibráfono. Más tarde, en el proceso de escritura, decidí expandir los recursos sonoros con la marimba, también como instrumento solista. Quería instrumentos que fueran significativos tanto en el jazz como en la música clásica. El caso del piano era obvio. Y si hablamos del vibráfono y la marimba, ambos están muy presentes en la música clásica contemporánea y en el jazz. Además, quería que los solistas de ambos conciertos tuvieran roles armónicos, de acompañamiento y melódicos.
En este proyecto cuenta con ADDA Simfònica y su director titular Josep Vicent, ¿cómo brota esta colaboración? ¿Qué tal fue el trabajo con ellos? ¿Tiene pensado presentar el proyecto Fight for Light en vivo en España en un futuro?
Tuve la suerte de ponerme en contacto con el maestro Josep Vicent y presentarle la idea de Fight for Light. Y después de escuchar algunos de mis proyectos anteriores, tanto en el ámbito clásico como en jazz big band, aceptó mi propuesta. Ha sido una gran oportunidad que me ha permitido mostrar todo lo que realmente quería escribir. Y el trabajo con el maestro Josep Vicent y ADDA Simfònica fue una experiencia que va más allá de un sueño. ¡Qué dedicación y qué orquesta tan exquisita! Tanto el maestro Vicent como la orquesta aportan la profundidad de los matices clásicos y la precisión de la medida del tiempo relacionado con el jazz, los colores sutiles, así como la potencia y la franqueza que mi música demanda. Estamos trabajando para presentar el proyecto en España en un futuro próximo. No puedo decir nada concluyente todavía, pero lo que puedo prometer es que valdrá la pena asistir.
por Mario González
https://jessepassenier.com
www.navonarecords.com/catalog/nv6459
Foto: El compositor Jesse Passenier ha grabado Fight for Light junto a la orquesta ADDA Simfònica.