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Guillermo Turina

El chelista entre París y Barcelona

Mayo 2020

El violonchelista Guillermo Turina (Madrid, 1986) nos presenta su nuevo CD publicado en el sello Cobra Records, The Paris Sonatas, dedicado a los hermanos Duport, disco que ha grabado junto a Manuel Minguillón. Desde su confinamiento en Sant Celoni (Barcelona) junto a su familia, Guillermo Turina nos habla de su carrera, de este nuevo disco y de su actitud ante la complicada situación que atraviesa la sociedad en estos tiempos de Covid19. 

Su relación con el chelo comenzó cuando tenía 3 años. En todo este tiempo, ¿nunca le ha sido infiel?

Pues que yo recuerde, no… De hecho, no me dé a tocar otro instrumento porque prácticamente no sabría ni hacerlo sonar. Aunque hubo unos años en el colegio en que tonteé con la flauta de pico en la asignatura de música... Pero fue un desliz, ¡lo prometo! Me he mantenido fiel al violonchelo desde siempre. Apenas tengo recuerdos de mi infancia sin el violonchelo.

Numerosos colegas suyos de instrumento alternan con relativa facilidad el repertorio antiguo con el romántico y contemporáneo. Sin embargo, desde hace tiempo, usted parece totalmente volcado en la música antigua…

Pues en realidad es algo que fue sucediendo naturalmente. Al principio compaginaba todas las épocas porque empecé a estudiar el violonchelo barroco mientras terminaba los estudios superiores de violonchelo moderno. Digamos que poco a poco el propio peso del repertorio me fue atrapando. Por otro lado, la música que abarco, tanto en mis recitales como en los diferentes grupos en los que tengo la inmensa fortuna de tocar, lleva desde mediados del siglo XVII hasta principios del XIX. ¡Unos 150 años de música dan para mucho! Soy feliz navegando entre tres siglos.

Frecuenta (en solitario, y en grupo) repertorios antiguos poco habituales. ¿Se encargas de realizar la tarea musicológica de investigación, recuperación y, en su caso, edición de las fuentes originales?

En muchas ocasiones sí, sobre todo cuando puedo elegir el repertorio. En octubre de 2019 por fin defendí mi tesis doctoral sobre la historia del violonchelo en España en el siglo XVIII y casi tres cuartas partes del trabajo fueron mis propias ediciones de repertorio, inédito en su inmensa mayoría, escrito por violonchelistas que vivieron en nuestro país. Pero nunca pensé en la tesis como algo puramente académico. No puedo disociar el campo de la investigación y el de la interpretación. Poco a poco voy introduciendo la música que he ido recuperando en los programas de concierto. Hay páginas maravillosas para el violonchelo todavía por descubrir.

Su último disco ha salido al mercado justo antes del confinamiento y estaba previsto que se presentase a finales de marzo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Está dedicado a los hermanos Duport. ¿Quiénes eran? ¿Por qué merece la pena dedicarles un CD?

Porque su labor fue indispensable para que el violonchelo sea como es hoy en día. Fueron los herederos de una generación en Francia que por primera vez habían dejado la viola de gamba a un lado para empezar a tocar aquel instrumento “nuevo”. Y no sólo lo tocaban, es que llegaron a ser probablemente los más avanzados de su época. Tanto es así que a finales del siglo XVIII influyeron muchísimo en la manera en que autores como Haydn y Mozart se enfrentaron al instrumento. Beethoven escribió sus Sonatas Op. 5 para violonchelo y piano, ¡para tocarlas con ellos! Son palabras mayores. Sorprendentemente no hay mucha discografía en torno a su música, aunque sí hay algunas sonatas y conciertos grabados por grandísimos violonchelistas. Nuestro disco The Paris Sonatas recoge algunas de las obras que escribieron en su juventud y que nunca se habían grabado. Además, la combinación de violonchelo y cuerda pulsada es fantástica y trata de recuperar el sonido de los primeros conciertos de Jean-Pierre Duport, el mayor de los dos hermanos, que en sus primeras apariciones públicas siempre tocaba su música junto a Joseph Kohaut, un laudista de Bohemia que también vivía en París. A principios del año pasado, Christophe Coin me invitó a dar una conferencia en el Conservatorio Superior de París sobre la vida de los hermanos Duport en un homenaje al 200 aniversario de su fallecimiento. Para mi sorpresa, muchos de los ponentes citaban el estudio que yo había publicado en 2016 en el libro La música en torno a los hermanos Duport en la editorial Arpegio. Quizás ese fue el detonante definitivo para atreverme a afrontar un repertorio como este. Cobra Records se interesó en el proyecto y tuvimos la suerte de grabar con su fantástico productor, Tom Peeters. Un auténtico lujo. El equipazo ideal para este disco.

En esta ocasión, su compañero de aventura discográfica es Manuel Minguillón… ¿Hacen buena pareja?

¡Sí! Es que digan lo que digan, todo suma a la hora de ponerte a tocar con alguien. Y Manuel y yo ya casi somos familia. Hemos vivido muchas cosas, dentro y fuera de los escenarios. Me encanta tocar con él, disfrutamos muchísimo. Pero es que también me encanta que charlemos tomando una cerveza. Y este proyecto ha sido muy especial para los dos, con “momentazos” musicales espectaculares. Ojalá cuando toda la situación mejore podamos volver a hacer muchos conciertos juntos. ¡Le echo de menos! Sólo hay una cosita en su contra… Es del Atlético de Madrid. Supongo que nadie es perfecto…

El público de la música clásica está muy acostumbrado a escuchar las piezas de “repertorio” una y otra vez, se sienten cómodos con la música que conocen. ¿Cómo reaccionan cuando les ofrece estas músicas infrecuentes y olvidadas, aunque de gran calidad?

Sorprendentemente bien. Cuando la música es buena, claro. Hay música que no ha trascendido sencillamente porque no tenía que trascender. Como ha pasado seguramente en todas las disciplinas artísticas y seguirá pasando con la música de hoy en día. Pero la recuperación de repertorio creo que está bastante de moda y además rescatar nuestro legado es un deber para quienes nos dedicamos a la musicología y la interpretación. Cada vez veo más festivales interesados en programar “antiguas novedades” y creo que es un valor que hay que tener en cuenta. Me parece una experiencia muy interesante que una partitura que puede llevar sin sonar casi 250 años vuelva a interpretarse. Aunque creo que habría que intentar encontrar un equilibrio y no pasarnos de frenada. Hay mucha música muy buena por recuperar, pero no perdamos de vista la música tan fantástica que ya forma parte del repertorio habitual. Me encanta tocar a Francesco Supriani, Pau Vidal o a los Duport, pero ¡es que adoro tocar a Haendel, a Vivaldi y a Mozart! Si a los grupos jóvenes sólo se les da la oportunidad de acercarse a ciertas plataformas culturales a través de la recuperación patrimonial, nos perdemos muchas cosas. La oportunidad de oír nuevas versiones de autores conocidos también es tremendamente enriquecedora, tanto para nosotros como para el público.

Debemos hablar de los duros tiempos que vivimos. Comentábamos antes que iban a presentar el CD en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando a finales de marzo. Esta presentación se habrá cancelado, me imagino, así como sus demás compromisos artísticos para los próximos meses, ¿verdad?

Pues la última vez que las conté ya llevaba más de 25 cancelaciones. Y parece que vendrán muchas más. Y que coincida justo con un período de presentación de un producto como un disco da mucha rabia. El mundo discográfico tampoco vivía su mejor momento antes de toda esta crisis. Grabar es un esfuerzo enorme, una inversión arriesgada. Es una de las pocas maneras que tenemos los músicos de legar nuestro trabajo. No sólo íbamos a presentar el disco en la Real Academia, el pasado 23 de abril también teníamos programado un concierto con la música de The Paris Sonatas en la biblioteca de Estocolmo, donde se conservan algunos de los manuscritos de los hermanos Duport. Una verdadera pena. Pero he de decir que, en el 90% de las cancelaciones que he sufrido, los organizadores se han comprometido a encontrar fechas en el futuro para recuperar esos conciertos. Y eso apacigua un poco los ánimos, la verdad. Me parece normal que, con la situación que estamos viviendo, seamos cautos.

¿Qué cree que sucederá cuando salgamos de nuestras casas y recuperemos nuestras vidas? Sobre todo, en la comunidad musical, que forma parte de este sector cultural tan maltratado en estas fechas desde el Gobierno…

Para hablar de maltrato creo que primero hay que esperar. Yo estoy convencido de que va a haber ayudas y que no van a dejar de lado a un sector tan importante como el nuestro. Creo que el mundo de la cultura se ha movido bastante bien y tenemos la suerte de que este gobierno escucha y rectifica. No podíamos decir eso mismo hace unos años cuando nos clavaron el 21% de IVA y se enrocaron, para después añadir la propuesta de bajar ese impuesto en su programa electoral de las siguientes elecciones. Todos tenemos prisa en solucionar lo que está sucediendo, pero es que nadie sabe ni cómo va a acabar esto, ni cuándo. En un país donde una de las cosas más importantes para los ayuntamientos y los ciudadanos son sus fiestas, ya se han cancelado Las Fallas, la Semana Santa o San Fermín, por ejemplo. Con todo lo que ello supone para muchísimos sectores. Había que pararlo todo y se ha hecho. ¡Han parado hasta el fútbol! ¿Cómo no íbamos a parar los conciertos y los festivales? Me parece imposible que todo esto no condicione nuestro futuro, pero no podemos predecir nada. De la misma manera que yo hace dos meses estaba organizando mi calendario de conciertos desde Estocolmo hasta Buenos Aires para este 2020, y eran impensables el confinamiento y la pandemia. Ahora, poquito a poco, veamos cómo reconstruir una sociedad tan mermada. Vienen momentos muy malos, pero quiero ser optimista, aunque reconozco que hay días en que me cuesta mucho. Esta crisis nos ha igualado, no diré que a todos, pero a la mayoría. Y nos ha regalado cosas muy buenas. Las familias más unidas que nunca, por fin aplaudimos más a los sanitarios y a los médicos que a los futbolistas, he visto más películas en un mes que en los últimos diez años, he cocinado muchísimas cosas nuevas y, fíjese, quizás en términos de contaminación esto es lo mejor que le podía pasar a nuestro planeta. ¡Castigados en casa sin salir, que habéis sido malos con La Tierra!

por Blanca Gutiérrez Cardona

www.guillermoturina.com

Foto: Guillermo Turina acaba de publicar el CD The Paris Sonatas, dedicado a los hermanos Duport, disco que ha grabado junto a Manuel Minguillón.
Crédito: © May Zircus

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