Del contratenor sevillano Gabriel Díaz, la crítica destaca la calidez y belleza de su timbre y su exquisita sensibilidad para la expresión. Antes de adentrarse en un verano repleto de variados compromisos, hace un alto en el camino para hablarnos de sus próximos proyectos profesionales.
Decía recientemente Bejun Mehta que los contratenores son “más que una moda”. ¿Está de acuerdo con él o cree que todavía se explota esa imagen de exotismo a la que se los venía asociando?
Yo empecé a interesarme por la voz de contratenor mucho antes de que estuviesen de moda, así que en mi caso puedo afirmar que es un interés sincero. De cualquier modo, es cierto que en los últimos tiempos muchos colegas han trabajado para visibilizar a los contratenores a ojos del gran público de la música clásica, y yo mismo llevo años intentando aportar mi granito de arena en este sentido. Los frutos de todo ese trabajo son evidentes. Antes, muchos teatros de ópera solían contratar a mezzosopranos para interpretar los roles originalmente concebidos para castrati. Hoy en día lo más habitual es que los contratenores afronten esos papeles con absoluta solvencia, por no hablar de su presencia en recitales e incluso en ciclos sinfónicos. No sé si todo esto es fruto de una moda, pero si es así, bienvenida sea.
Si uno echa una ojeada a su calendario, además de la cantidad de compromisos que tiene esta temporada, sorprende también la variedad...
La verdad es que me gusta hacer cosas distintas. En las últimas semanas, por ejemplo, he ofrecido varios recitales en México y Las Palmas de Gran Canaria acompañado de clave o laúd, un formato más íntimo que me encanta, y ahora vengo de interpretar un programa de arias de Haendel con una orquesta en el Festival Fêtes Baroques de Burdeos, en Francia. Pero también colaboro habitualmente con ensembles españoles y europeos, como solista con orquesta, en producciones de ópera... Siempre me he sentido más afín a cantantes que eran capaces de desenvolverse en muchos repertorios distintos y me encantaría que el público me identificase como uno de ellos.
Francia, Portugal, Italia, Polonia, España... ¡Tiene por delante un verano ajetreado! ¿Algo que destacar especialmente?
Tendré varios conciertos este verano con dos de los mejores conjuntos de música antigua que existen ahora mismo: Vox Luminis y la Capella Reial de Catalunya que dirige Jordi Savall, con los que estaré en Francia e Italia, además de visitar algunos de los más importantes festivales de verano, como los de Granada y Salzburgo. Será además con repertorios que para mí son casi un fetiche, como Monteverdi o el Stabat Mater de Scarlatti.
Con Savall interpretó también la pasada temporada el Mesías de Haendel en el Palau de la Música. ¿Cómo se siente en este tipo de repertorio solista?
Me encanta el oratorio, y El Mesías de Haendel constituye uno de los grandes hitos de este repertorio. Lo he interpretado muchas veces, pero sin duda la experiencia de cantarlo con Jordi Savall y Le Concert des Nations fue muy especial, máxime en una sala como el Palau de la Música Catalana de Barcelona, todo un templo de la música clásica dentro y fuera de nuestras fronteras.
En el terreno operístico, ha interpretado Andronico en el Tamerlano de Haendel con Les Ambassadeurs y Alexis Kossenko en Poznan; Galatea en Aci, Galatea e Polifemo, con la Orquesta Barroca de Sevilla y Andreas Spering, e Ircano en Semiramide Riconosciuta de Leonardo Vinci con Marco Vitale y la Opera de Cámara de Varsovia, entre otros. ¿Hay algún papel por el que sienta especial debilidad?
Todos ellos han sido muy interesantes, pero si tengo que escoger, diría que cualquiera de los que Haendel escribió para Senesino: Giulio Cesare, Orlando... Senesino era un castrato alto, a diferencia de otros que manejaban una tesitura más similar a la de una soprano. Tenía un timbre carnoso y muy varonil. Después de haber cantado alguno de sus roles, me atrevería a decir que debía de tener una tesitura parecida a la mía y posiblemente el color de su voz también era similar; quizá es por ello que me siento especialmente cómodo en esos papeles.
¿Qué nos puede contar de la próxima temporada?
Tengo muchos proyectos interesantes a la vista. En 2019/20 volveré a México, un país que me encanta, a ofrecer un par de recitales en el Festival Barroquísimo. También cantaré el Stabat Mater de Pergolesi, una obra fundamental dentro del repertorio de contratenor, con la Filarmónica de Lodz en Polonia. Y ya para la temporada siguiente visitaré el Carnegie Hall de Nueva York, donde haremos las Vísperas y el Orfeo de Monteverdi con Savall.
¿Algún proyecto al que le tenga ganas?
Me gustaría mucho poder grabar la integral de las Cantatas para alto y continuo de Haendel; es un proyecto que me ronda el pensamiento desde hace años. Y por supuesto me encantaría, después de haber participado en producciones de ópera en Polonia, Austria y Gales, tener la oportunidad de hacer alguna ópera barroca aquí en España.
ww.gabrieldiaz-countertenor.com
por Lucas Quirós