Al suroeste de Francia, en la costa agreste de Aquitania y a escasos kilómetros de la frontera con España, bajo la sombra de las verdes colinas de los Pirineos, tuvo lugar la première de un nuevo festival: Festival Ravel (22 de agosto - 10 de septiembre). Un espectáculo de sonidos y un torbellino de emociones musicales inspirados en Ravel y su universo, pero que también rindió homenaje a Igor Stravinsky y Camille Saint-Saëns con motivo del cincuentenario y del centenario de su muerte.
Grandes orquestas, coros, grupos de cámara, cantantes y solistas, se alternaron para ofrecer un arco musical que va desde el barroco hasta la actualidad en una decena de localidades del Pays Basque, desde Biarritz a Hendaya, pasando por supuesto, por Ciboure (cuna del compositor), Saint-Jean-de-Luz, Urrunge, Ascain, Saint-Pée-sur-Nivelle o Bayona.
Estreno mundial
La Orchestre de Paris dirigida por Gustavo Gimeno, la Ochestre des Champs Élysées y el Collegium Vocale Gent bajo la dirección de Philippe Herreweghe, Renaud Capuçon, Giovanni Antonini con Il Giardino Armonico, Sol Gabetta, Sophie Koch, Lea Desandre, Quatuor Modigliani, Jerusalem Quartet o las hermanas Katia y Marielle Labèque, entre otros, fueron los artistas internacionales invitados de esta primera edición, que se inauguró con la instalación sonora SKALA de Philippe Manoury en la Maison Louis XIV, y celebró el estreno mundial de Matrimonio de Luis XIV, un programa musical imaginado del llamado “Rey Sol”, en la iglesia de Saint-Jean-de-Luz, donde se casó el monarca francés.
Un festival que nace de la fusión de los dos grandes protagonistas culturales de la región, la asociación Musique en Côte Basque y la Academia Ravel, fundada 30 años después de su muerte y guardiana de su legado musical en Nouvelle Aquitaine; dos asociaciones hermanas e históricamente vinculadas que han unido sus fuerzas para coproducir bajo la presidencia de Jean-François Heisser (figura emblemática de la Academia Ravel) y el famoso pianista y ex alumno de la Academia, Bertrand Chamayou como director artístico, una única identidad: el Festival Ravel en la región de Nouvelle Aquitaine. Un festival que se ha propuesto como objetivo, convertirse en “el Gran Evento Internacional dedicado a Ravel”.
La pandemia del coronavirus impidió celebrar en el 2020 la primera edición del nuevo festival, que el pasado 22 de agosto celebró su journée d’ouverture, con la música de Ravel y Stravinsky y el primer concierto del Cuarteto Modigliani acompañado de los bailarines de la Ópera de París, recreando el espectáculo coreográfico estrenado en Burdeos el pasado mes de mayo para “el Cuarteto de Ravel”; Chamayou y Heisser, y la música de vals para dos pianos de Ravel, Hahn y Chabrier fueron los protagonistas del recital celebrado en el Ayuntamiento de Saint-Jean-de-Luz, recital que lamentablemente deslució el poderoso sonido del quiosco de Música situado cerca del Ayuntamiento.
La soirée d’ouverture gastronomique et musicale, con música electrónica experimental, armónica y rítmicamente compleja de los aclamados Bryce Dessner y David Chalmin y la actuación de las hermanas Labèque, entre los artistas invitados, cerró la ecléctica jornada inaugural.
Giovanni Antonini con Il Giardino Armonico, y Katia y Marielle Labèque, mágicamente cómplices con su virtuosismo al unísono, interpretaron de manera magistral y en total sintonía la música para pianoforte y orquesta de Mozart, en el magnífico y vibrante concierto que pudimos disfrutar en la iglesia de Saint-Pée-sur-Nivelle.
La calidad de las actuaciones musicales y los artistas invitados, y la entusiasta respuesta del público en esta primera edición del festival que honra a Maurice Ravel en su lugar de nacimiento, augura, sin duda, su gran futuro como el gran evento internacional dedicado a Ravel y su apuesta por convertirse en cita ineludible del calendario musical francés.
por Lorena Jiménez
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Foto: Jean-François Heisser y Bertrand Chamayou, en el Festival Ravel 2021.
Crédito: © Komcébo