A su corta edad de 30 años, Félix Ardanaz, pianista y director de orquesta, ya ha actuado en algunas de las salas más legendarias, como Carnegie Hall, Filarmónica de Berlín y Musikverein, y ha dirigido importantes orquestas como la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española, Orquesta Sinfónica de San Petersburgo, Orquesta y coro del Teatro Mariinsky, Orquesta del Festival de Aspen, North Czech Philharmonic, Filarmónica de Málaga, Sinfónica de Bilbao, Asturias, Extremadura, Murcia, etc. Además, ha trabajado como director asistente en teatros de ópera como el Metropolitan Opera House de Nueva York, la Royal Opera House de Londres y la Opera di Roma. En esta entrevista, Félix Ardanaz nos habla de su último proyecto discográfico para el sello Orpheus Classical, “París 1900”, así como de su doble carrera como director de orquesta y pianista. Como es habitual, Félix Ardanaz despliega su talento multifacético y nos habla de sus proyectos más recientes.
Acaba de grabar “París 1900”, el que es ya su sexto CD en el mercado. ¿Por qué eligió la temática parisina?
París es una ciudad muy importante para mí. En ella resido en la actualidad, y aquí he realizado una parte importante de mis estudios. Siento una atracción especial por la cultura francesa, y en concreto con el estilo impresionista. Mi anterior CD estaba igualmente dedicado a una ciudad (Viena), y por ello tuve la idea de incluir en un CD obras de compositores que vivieron en París a principios del siglo XX, cuando era la capital cultural del mundo. Este nuevo CD contiene obras pianísticas clave de Debussy, Ravel, Satie, Falla y Albéniz. He querido incluir obras de Falla y Albéniz para poner de manifiesto la interacción entre el pianismo español y el francés en esa época, ya que eran casi dos caras de la misma moneda hace un siglo, al igual que sucedía en el ámbito pictórico.
El CD incluye Gaspard de la Nuit de Ravel, una obra titánica que muy pocos pianistas españoles han grabado. ¿Qué puede contarnos de ella?
Gaspard de la Nuit es una obra que me ha acompañado a lo largo de muchos años, y que he ido haciendo mía con el tiempo. Descubrir la interpretación de Martha Argerich cuando era un niño me marcó para siempre. Creo que Gaspard de la Nuit es posiblemente el zénit del pianismo del siglo XX. Es una obra de una gran complejidad técnica y conceptual, ya que está vinculada a la música programática (al basarse en tres poemas de Aloysius Bertrand) y al movimiento simbolista. Un pianista puede pasarse toda la vida aprendiendo cosas nuevas con Gaspard de la Nuit, es un universo que no tiene fin.
En los últimos meses y años le hemos visto afianzar su carrera como director de orquesta, dirigiendo a importantes orquestas nacionales e internacionales. ¿Qué le aporta la dirección?
Dirigir me apasiona. Adoro el piano, pero siempre me pareció que la vida del pianista es demasiado solitaria. La dirección de orquesta tiene una parte mucho más social, más empática. A diferencia de un pianista solista, un director está continuamente proponiendo ideas, pero también recibiéndolas. Es un feedback emocional fantástico y muy enriquecedor en lo musical y en lo humano. Además, considero que el repertorio sinfónico y el operístico es inmenso y, probablemente, el más hermoso de toda la literatura musical.
Ha dado igualmente importantes pasos en el mundo de la ópera, dirigiendo Carmen en la Filarmónica de San Petersburgo con músicos del Teatro Mariinsky, y trabajando como director asistente en Metropolitan Opera House, Royal Opera House y Opera di Roma, entre otros teatros. ¿Qué le aporta la ópera?
Me fascina el género operístico. Creo que, en realidad, el canto es el principio de todo y la base de cualquier disciplina interpretativa. Lo que cualquier intérprete intenta cuando toca su instrumento es emular a la voz humana. Además, creo que Wagner tenía razón cuando afirmaba que la ópera es la obra de arte total (Gesamkunswerke en alemán). No puedo imaginar una manifestación artística en la que confluyan más disciplinas. Además, el trabajo conjunto en una producción operística entre el director musical y el director de escena es fascinante. Ello hace que una ópera tan célebre como La traviata podamos contemplarla en un sinfín de producciones muy diferentes, que producen un impacto emocional absolutamente diferente.
¿Cómo contempla el futuro de las orquestas sinfónicas y de teatros de ópera en tiempos del Covid-19?
Sin duda, esto ha sido un shock para el mundo de la música. Naturalmente habrá una temporada de cierta incertidumbre para el sector, pero estoy seguro de que será pasajera. Lo que considero fundamental es que los gobiernos europeos se involucren al máximo para sostener las artes escénicas en su conjunto, en este momento en el que su futuro está en juego. En momentos de crisis como el que estamos viviendo, la cultura y la música se revelan más fundamentales que nunca.
por Lucas Quirós
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Foto: “Adoro el piano, pero siempre me pareció que la vida del pianista es demasiado solitaria; la dirección de orquesta tiene una parte mucho más social, más empática”, declara Félix Ardanaz.
Crédito: © Orpheus