El Suggia Piano Trio lanza su primer CD con obras del romanticismo alemán. El disco incluye el Trío en re menor Op. 63 de Schumann y el Trío en do mayor Op. 87 de Brahms. Como cierre al disco, el grupo nos brinda una genuina interpretación de Oblivion de Piazzolla. Los miembros de este joven trío vasco-navarro se han formado en prestigiosos centros musicales europeos (Londres, Rotterdam, Utrecht, Leipzig, Paris y Bruselas). Este disco comenzará a distribuirse en Elkar.
ENTREVISTA
Comenzasteis vuestra andadura como Trío con Piano en el año 2008, ¿cuál ha sido vuestra trayectoria hasta la actualidad?
Efectivamente, aunque ya veníamos tocando juntos en el seno del Suggia Ensemble, con destacadas apariciones en la Semana de Música de Bilbao, Festival de Otoño Musical Soriano, Festival Internacional de Segovia, Fundación D. Juan de Borbón, Teatro Filarmónica de Oviedo, Arriaga de Bilbao, el trío con piano, como tal, lo constituimos en el año 2008. Desde entonces, a un paso tranquilo, pero firme, no hemos parado, habiendo ofrecido conciertos en España, Francia y Alemania, resaltando la doble invitación para tocar en el Festival Musika-Musika de Bilbao, en sus ediciones 2010 y 2011, donde interpretamos la integral de los Tríos con piano de Mozart.
¿Cuál es el significado del nombre de vuestro grupo, el Suggia Piano Trio?
El nombre de nuestro trío se debe a la legendaria, y desafortunadamente poco conocida, figura de la cellista portuguesa Guillermina Suggia, con la que Casals vivió y trabajó en París de 1906 a 1912.
Leyendo vuestras biografías, veo que provenís de familias con tradición artística…
Así es, especialmente en el caso de las cuerdas. Diego es nieto de músicos, su abuelo fue profesor de cello en el Conservatorio Navarro de Música y Secretario del mismo durante muchos años, además de miembro de la Orquesta de la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia. Por su parte, Inés es descendiente de la saga de pintores de los Madrazo, quienes ocuparon un lugar preponderante en el panorama artístico europeo durante casi dos siglos, entablando estrechas relaciones con músicos de la talla de Rossini, Bellini, Massenet, Saint-Saëns, Granados, Albéniz, Sarasate, Chopin, Liszt, Rubinstein o Wagner, con quien trabajó el tío abuelo de Inés (Mariano Fortuny y Madrazo) en la realización de cúpulas para óperas en Bayreuth.
Recientemente habéis publicado vuestro primer CD como Trío con Piano, ¿nos podéis hablar sobre el mismo?
El Primer Trío Op. 63 de Schumann, compuesto en 1847-1848, es un homenaje al Primer Trío de Mendelssohn de 1839 en la misma tonalidad de re menor. Su discurso musical, en tono menor, da toda su dimensión expresiva al violín y al cello. Es la palabra de Florestan en este río incesante de música. El tercer movimiento nos recuerda a Eusebius, es un coral en constante suspensión, un lied meditativo, donde las voces del violín y el cello se encuentran íntimamente integradas en el color oscuro del piano. El último movimiento resuelve la trama musical bajo la indicación “con fuego” y en tonalidad mayor. Como una exultante victoria sobre la duda y la angustia existencial, y, así como en el Carnaval Op. 9, la cofradía de David vencía a los filisteos, aquí Schumann triunfa sobre sus propias incertidumbres y sobre el mundo conservador que le rodea. Con una pasión más controlada y mayor dominio técnico de la forma clásica que su mentor, observamos en la escritura del Trío en do mayor Op. 87 de Brahms toda la densidad de su música, proyectando una dimensión orquestal total al conjunto reducido de tres instrumentos.
¿Cómo compagináis, en vuestras carreras profesionales, las facetas pedagógica, sinfónica y camerística?
Nunca es fácil cuadrar agendas, especialmente en nuestra situación. Inés es asistente de solista de la Sinfónica de Navarra, y tanto Diego como Ainhoa son profesores, el primero en el Conservatorio “Pablo Sarasate” de Pamplona y la segunda en el Conservatorio Nacional de Música de Saint Michel sur Orge (París). Aún así, siempre estamos dispuestos a trabajar con estudiantes, tanto en masterclasses como en encuentros con jóvenes orquestas. Asimismo, no olvidamos nuestro compromiso con la música contemporánea. Ahora mismo estamos embarcados en el Trío Promise del compositor G. Genovese, dedicado al Suggia Piano Trio.
Tenéis una dilatada formación en el campo de la música de cámara, ¿por qué os decantasteis por la formación de trío con piano y qué diferencias observáis con otros ensembles?
A lo largo de nuestra formación musical hemos recibido consejos de célebres formaciones como el Borodin Quartet, el Bartok Quartet, Schoenberg Ensemble, Orpheus Quartet y, más recientemente, del Guarneri Trio de Praga, con quien hemos profundizado en el concepto de trío y del que hemos aprendido cuestiones relativas al balance, equilibrio entre partes y la relación entre los instrumentos. Realmente es en esta formación donde más cómodos nos sentimos para realizarnos como músicos y expresar nuestra visión de la música.
Más información: www.suggiapianotrio.com
Por: Gonzalo Pérez Chamorro
Foto: Los miembros del Suggia Piano Trio: Diego Arbizu, cello; Inés de Madrazo, violín y Ainhoa López de Dicastillo, piano.