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Eludir las aduanas

Ramón Paus, nuevo disco en Naxos

diciembre 2016

Como un Toru Takemitsu, la música del compositor castellonense Ramón Paus se presenta ante el oyente bajo nombres de sugerentes universos creativos, donde el color se plasma como una forma más de una música siempre muy hermosa, con una personalidad propia. En esta página, el maestro nos relata la génesis de las obras para su nuevo disco, grabado en el sello Naxos y editadas en Unión Musical.

Cuando el viola israelí Yuval Gotlibovich vino a casa para leer por primera vez Cobalto Azul, en tránsito (track 2), pieza para orquesta de cuerda y viola que iba a estrenar en 2013, le puse un vídeo del pianista Eduardo Fernández; Yuval se sintió cautivado por lo que estaba escuchando, y me manifestó su deseo de conocerle. No se me ocurrió un modo mejor que escribir una nueva obra para viola y piano. La pieza se llamó Madera Ocaso (track 1) y la estrenaron en septiembre de 2015. En esta obra intenté ser permeable a las enormes capacidades de ambos, generando un diálogo camerístico donde nadie ocupara un lugar mejor que el otro. Durante buena parte de Madera Ocaso se producen idas y venidas, escarceos entre viola y piano en los que se exploran distintas maneras de estar y sonar, bariolages de la viola sobre cuyos acantilados percuten los acordes pirómanos del piano, y ágiles y repetitivos arpegios del piano desde donde emergen melodías leves e incandescentes en la viola. Todo desemboca en un adagio final que permite entender algo de lo que aconteció en el camino de Madera Ocaso.

Cobalto Azul, en tránsito

En Cobalto Azul, en tránsito la viola adopta un claro papel de solista que interactúa con una orquesta de cuerdas, reivindicando su enorme agilidad y color. El monólogo inicial plantea preguntas más adelante asimiladas y reconducidas por la orquesta, que tiene una aparición delicada. En otros momentos la viola aborda líneas que asemejan las vertiginosas improvisaciones del jazz, para luego buscar momentos de sosiego y dejarse acunar por un mullido y estático acorde en las cuerdas. Finalmente la viola despliega todo su color y carga dramática en el Largo que conduce a la conclusión. En este pasaje intenté generar una melodía que se percibiera como ilimitada, pasando las aduanas de la modalidad y de la abstracción lírica sin prestar ningún tipo de declaración, como si dicha melodía viajara dentro de una valija diplomática. Quisiera haberlo conseguido aunque solo fuera fugazmente.

Elegía primera, la deriva

Edith Maretzki fue amiga y violín de la Orquesta del Gran Teatro del Liceo durante casi dos décadas. Murió prematuramente, y su viudo, el cineasta Gerardo Gormezano, me envió un escrito, Elegía primera, la deriva (track 3), que se sitúa en el momento en el que el dolor de la pérdida irreparable se manifiesta sin ambages.

Ante la enorme belleza del escrito, le propuse a Gerardo utilizar este texto como soporte de una obra musical dedicada in memoriam a Edith. Durante el proceso de composición hubo momentos muy dolorosos y vacilantes. Un fragmento de texto que dice concretamente “…no sé si despedirte o es ahora que has llegado…”, me tuvo muchos días contra las cuerdas, al enfrentarlo se me venía encima un aluvión de nostalgia.

Gerardo me sugirió que describiera en un bloc de notas mis reflexiones y zozobras a lo largo del proceso de composición de esta obra, un cuaderno de bitácora que describe el lento crecimiento de Elegía primera, la deriva. Estos son algunos de los apuntes tomados tras las jornadas de trabajo:

13-11-2013…

Las Campanas Tubulares me aportan lo atávico y la premonición, los acordes graves y pastosos del vibráfono me sirven para percutir y viajar hacia espacios más luminosos, la languidez del arpa en registro medio y grave me regala la delicadeza del ocaso… avanzo!

15-11-2013…

He pensado crear un falso andamio que me aporte una aparente seguridad; después, cuando la obra avance, quitaré dicho andamio. También he considerado tratar de un modo diferente en lo tímbrico cada área del escrito que yo considero distinta. Ahora me voy al piano y me dejo mecer por la música de las palabras, ellas van a ser la horma de un zapato que desconozco.

11-1-2014…

He necesitado este tiempo de reposo para no perder objetividad, la obra me estaba haciendo sufrir en exceso, necesitaba este silencio… Finalmente no va a haber contralto, ya que el texto es profundamente masculino, el coro de hombres con tenores y barítonos al modo de Listz finalmente se ha impuesto. La partitura está ahora incendiada por muchos lugares, debo encontrar si existen los modos de enlace, he descubierto como hacer un religare con una pequeña célula melódica para encaminarnos hacia el final.

Elegía primera, la deriva fue estrenada el 15 de noviembre de 2015 en el auditorio del CCCB de Barcelona; al día siguiente comenzaron las sesiones de grabación de este CD.

Ramón Paus: Obras para viola (Madera Ocaso. Cobalto azul, en tránsito, Elegía primera, la deriva). Yuval Gotlibovich, viola. Raquel Castro, violín. Eduardo Fernández, piano. ESMUC Coro. Orquesta de Cámara Catalana / Joan Pàmies.
Naxos, 8.573602 · 53’ · DDD 

Por Ramón Paus 

http://www.naxos.com/catalogue/item.asp?item_code=8.573602

http://www.ramonpaus.com/

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Foto: Compositor e intérprete, Ramón Paus y Eduardo Fernández, comienzan a dar vida a la música a través de las palabras.

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