Recientemente nombrado intendente y director artístico del Palau de les Arts de Valencia, como le gusta recordar continuamente, “desempeño doble función artística y de gestión”, Davide Livermore asume un Teatro de primera fila mundial, que en 2015 cumple se décimo aniversario, con un pasado muy reciente y también conflictivo. Este italiano de Turín, que se declara seguidor incondicional del Torino y, por tanto, no muy amigo de la Juventus, defiende el trabajo en equipo y apuesta por la renovación de repertorio, persiguiendo una meta: posibilitar la ópera, su arte y la belleza a cualquier grado social de la población. Nos habla de su concepción del trabajo y de lo orgulloso que se siente del quipo que le rodea. Y coincide en el acierto del nombramiento de los tres directores de orquesta para dirigir a la fantástica formación sinfónica estable de Les Arts. La foto que pisa este texto fue tomada durante la presentación de la nueva temporada, el primer reto para este pasional conversador.
¿Cómo hay que tratarlo? ¿Cómo director de escena o como ya intendente-director artístico?
Ese no es mi problema, ese es su problema… Es cierto que puedo estar en la parte administrativa y en la parte artística, pero debo recordarle que esto no es una novedad, ya se había hecho antes y se hace, ya que en gran parte de los teatros de Europa la misma persona tiene estos dos cargos y responsabilidades, la dirección de escena y la intendencia artística. En mi opinión, ser director de escena es tener un buen perfil para ser intendente. Cuando los escenógrafos creamos un espectáculo, no estamos lejos de la parte de producción, de las cuestiones técnico-administrativas. Un director de escena no elige ideas, hace que las ideas se puedan concretar. Po este motivo un director de escena tiene un perfecto conocimiento de la parte administrativa, técnica, dramatúrgica y musical de un teatro. Creo que con esto he contestado a su pregunta…
Es como si para llegar a ser ministro de sanidad tuviera antes que haber sido médico…
Exactamente. Pero ahí no siempre ocurre… Un buen médico puede conocer muy bien los problemas internos como un director de escena conoce todos los entresijos en cada producción de un teatro. Son dos actividades que están relacionadas, deben de enriquecerse, si conoces el funcionamiento interno, puedes desarrollar mejor el trabajo.
¿Qué cree que Valencia espera de usted?
Desde que estuve en Valencia por primera vez, la gente siempre me hablaba de un hecho que para mí estaba muy claro, que es la capacidad que debe tener este Teatro de mostrar todas las bellezas que ha hecho, que está haciendo y que hará. Hasta ahora, creo que no se ha comunicado todo esto como debiera. Debe representar una parte fundamental de la vida cultural de esta ciudad y de esta región, así como de la vida cultural española. Ya lo es a nivel de calidad en los espectáculos, en los cuales en los últimos tres años he tenido la suerte de participar y ser protagonista activo, lo cual me llena de orgullo. Es importante tener claro que la capacidad de un teatro para impactar a nivel de comunicación debe llegar a todos los niveles, no solo a la élite cultural de la ciudad. Y que puede llegar a cambiar la calidad de la vida de la gente. Yo nací en un barrio popular, de los llamados obreros, en el seno de una familia normal, como mucha gente. Cuando era pequeño, la calidad de la oferta cultural de mi ciudad, Turín, en los años setenta, pudo cambiar mi vida, ya que podría decir que fui “educado en la belleza” desde niño. Mi deseo de hacer teatro fue la razón por la que encontré la belleza, tanto de los sentimientos como de la educación del alma. Esto es lo que yo quiero hacer con los jóvenes de esta ciudad y esta región, dar una oportunidad a la belleza que aún no conocen y que son capaces de admirar. Tienen que sentir que el Palau de Les Arts es su casa, y no solo la casa de la élite, aunque esta sea muy importante.
La ópera nació como un género para todos...
Exacto. Y es muy importante la excelencia en el nivel de calidad artística, ya que no podemos imaginar que haya un impacto en los espectadores con un espectáculo mediocre, ni con otro demasiado intelectual. Abrir el discurso a otros sectores de la población no significa disminuir la calidad de los espectáculos, que han estado muy arropados por la sociedad cultural valenciana, siempre muy involucrada con el Teatro. Hacer un discurso abierto a una comunidad no significa bajar el nivel de comunicación, significa aprender la belleza sensible.
¿Esto incluye programar títulos menos problemáticos, más populares…?
No, todo lo contrario. Creo que no existen ni títulos fáciles ni títulos problemáticos, existe la belleza de una partitura que necesitamos comunicarla. Sobre todo comunicar y descubrir el patrimonio musical lírico, ya que hay muchos títulos que merecen ser mejor conocidos, como en la temporada que ahora comienza, que no está hecha de Traviatas y Bohèmes. En esta temporada los títulos que no se conocen no son títulos problemáticos. Quiero comunicar con ellos la respuesta a la profunda curiosidad que tiene la gente a escuchar (y ver) cosas nuevas. Esto imprime emoción en el espectador, le provoca inquietud ante algo que todavía no ha tenido la oportunidad de conocer…
Como el precioso Narciso que cerró la temporada pasada, con su escenografía…
Para mí este Narciso es muy especial, ya que en el Teatre Martin i Soler nunca se ha hecho un espectáculo tecnológicamente tan complejo a nivel visual. Las proyecciones son impresionantes, de hecho las críticas del estreno en Austria fueron exultantes (el lector puede leer la crítica a estas funciones en el número de julio-agosto de RITMO). Fue un éxito en todos los sentidos, tanto visual, como le he dicho, como en un pleno artístico, tanto escénica como musicalmente. La visión dramatúrgica es acertada. Los decorados también y la interpretación musical, tanto en la parte vocal con los jóvenes cantantes del Centre de Perfeccionament “Plácido Domingo”, como en la instrumental. El Centre de Perfeccionament “Plácido Domingo” no es una academia, como se ha demostrado en las funciones de Narciso, es un centro de estudios donde los cantantes están comenzando su carrera y se muestran ante el público como profesionales que ya son. En ningún momento en Austria, en el estreno, se les ha llamado “estudiantes”, son profesionales jóvenes. Del mismo modo en Valencia el reparto fue en la misma línea, se ha profundizado a nivel técnico, interpretativo y cultural. El nivel obtenido por estos cinco jóvenes cantantes ha sido emocionante.
Cuándo le nombraron director artístico del Palau de les Arts…
Perdone que le interrumpa, pero me gustaría subrayar que además de director artístico, me nombraron intendente, ya que mi responsabilidad es artística y de gestión del Palau de les Arts, que quede esto claro…
Queda claro, y retomo la pregunta, cuándo le nombraron intendente y director artístico, ¿sus amigos en Europa le llamaron para darle la enhorabuena o para darle ánimos…?
Ninguno de mis amigos me llamó para recordarme la problemática que ha tenido el Palau de les Arts, todo lo contrario, la gente que me conoce sabe que tengo deseo, fuerza y gran pasión para realizar esta labor, por lo que todos me han dado la enhorabuena. Y tampoco entiendo porque me tendrían que dar ánimos, porque este es el mejor teatro a nivel humano, técnico y artístico. Habla alguien que viene de teatros con extraordinaria historia, hablamos de la Fenice de Venecia o la Ópera de Roma. Sé de lo que hablo. La calidad humana y artística que me he encontrado en Valencia, y no lo digo como deferencia a mi actual situación de intendente y director artístico, lo digo con total sinceridad, ya que cuando ensayé mi primera producción hace unos dos años y medio en este teatro, que fue La bohème con Riccardo Chailly, no podía creerme la calidad artística y la calidad humana del equipo; entonces aún no estaba en la situación que estoy ahora. La gente y el equipo que trabaja en este Teatro lo hacen con pasión y gran profesionalidad. En este Teatro se hizo un expediente de regulación de empleo, por lo que esperaba encontrarme gente que trabajara sin excesiva ilusión, tras pasar por esos momentos difíciles. Todo lo contrario, me he encontrado con un equipo con muchas ganas y energía, muy profesional. Ninguno de los que ha hecho más trabajo del que antes hacía, tras la reducción de personal, lo hacen con menos entrega y peor ambiente. Mi experiencia en otros teatros no me hacía presagiar encontrarme con tan buen ambiente aquí en Valencia…
¿Qué nos puede decir de los tres directores musicales sobre los que recae la responsabilidad de esta magnífica orquesta? Roberto Abbado, Ramón Tebar y su amigo Fabio Bindi….
Fabio Biondi es un sensacional director, de los mejores maestros del mundo, y debo recalcar que ha sido nombrado director por su prestigio, no por la amistad que nos une.
Pero si hay feeling siempre se trabaja mejor, y ustedes dos lo tienen...
Sí, es cierto, pero el trabajo y la amistad no tienen porque enriquecerse la una a la otra, no veo relación…
Quiero decir que usted da importancia al trato humano, y este hecho de amistad con Fabio favorecerá la relación laboral…
Disculpe si a veces no comprendo bien sus preguntas, pero mi idioma actual, hasta que perfeccione el castellano, es el “itañol”… Contestando a la primera pregunta, la presencia de estos tres directores, Abbado, Biondi y Tebar, no es fruto de la casualidad ni de una corrección política. Estoy seguro que estos nombramientos y esta dirección compartida, que no es la bicefalia de antes, es la mejor posibilidad para ampliar el gran nivel de la orquesta y para mejorar una cosa fundamental de este Teatro, el repertorio. Esta orquesta tiene diez años de vida, en los que se pueden hacer muchas cosas, pero no profundizar en exceso en el repertorio. Necesitamos especialistas para mejorar en títulos del barroco y del clasicismo, que en este caso tenemos a Biondi; del gran repertorio verdiano y romántico se encargará Roberto Abbado y Ramón Tebar es actualmente el mejor director que conozco, no solo de España, creo que lo es a nivel mundial, por lo que todo lo que haga será de gran nivel artístico. Ramón ha comenzado su carrera fuera de España, así ha podido comprobar in situ en qué posición se encuentra, qué calidad y qué competencia puede tener, se ha puesto “a prueba con el mundo”. Si no hubiera salido de España, no sabría calibrar estas medidas imprescindibles para madurar como músico. La ópera es mundial, no valenciana. El señor Mozart escribió en cinco idiomas…
Acabando y cambiando de tema, es usted un torinista muy pasional, espero que esta temporada la Juventus no esté tan fuerte y el Torino mejore…
Ay… No quiero hablar de esto… La Juve nunca ha tenido que ver con mi ciudad, mi ciudad es el Torino, el toro. Llevar el toro en el corazón es vivir por la justicia y la belleza. La Juve no es un equipo de fútbol, si le dijera lo que pienso quizá no podría publicarlo…
Gracias. Le deseamos en buen año en todos los sentidos. Ha sido un placer.
http://www.lesarts.com/
Por: Gonzalo Pérez Chamorro