Daniel Pinteño y Concerto 1700 han publicado el album Back to Follia!, del que pueden leer la crítica en RITMO en el pasado número de abril y en la pestaña “discos / discos recomendados” de ritmo.es. Tras un mes incansable en conciertos, pudimos finalmente hablar con Daniel Pinteño, director de Concerto 1700.
Antes que nada, ¡enhorabuena por su nuevo CD “Back to Follia!”. Lo primero que llama la atención del disco es su portada, que recuerda a álbumes de géneros muy distintos. La tipografía del título incluso recuerda a la empleada por los Sex Pistols…
Muchas gracias. La verdad es que estamos muy contentos con el recibimiento que está teniendo este disco. Es un proyecto especial y por ello también hemos querido también hacer algo diferente con el diseño de las artes gráficas. El diseño muestra en esencia lo que se encontrará el oyente al escuchar el disco, ya que el collage gira en torno a pequeños elementos que al ser conjuntados de una manera alocada conforman un todo maravilloso.
Es un CD muy valiente. ¿No sintió miedo de producirlo por si pudiera producir un rechazo, a priori, de los melómanos más tradicionales que defienden el concepto más cerrado de la llamada “música clásica”?
Una de las cosas que un artista debe asumir cuando se sube a un escenario es que no siempre se puede gustar a todo el mundo. Dicho esto, cuando uno lanza un disco o gesta proyectos innovadores, como los que en muchos casos hacemos con Concerto 1700, hay cierto vértigo. Si bien es cierto que en este caso tenía claro desde el principio que iba a gustar. Se trata de un repertorio que conecta fácilmente con cualquier tipo de melómano. En la mayoría de casos son danzas que te mueven, que te llevan, que casi hacen que se te vayan los pies… Si lo escuchas, te gusta.
Grabar un CD dedicado exclusivamente a piezas improvisadas sobre un bajo debe ser especialmente complicado para el trabajo de los técnicos de sonido... Cuéntenos cómo fue el apasionante proceso de grabación…
Para hacer honor a la verdad, no todas las piezas son improvisadas al completo, aunque la improvisación es una parte fundamental en el desarrollo de este disco, al igual que la ornamentación y la variación. La dinámica de trabajo siempre planteaba la necesidad de tener una estructura establecida y sobre ella se construía todo el discurso musical. El trabajo de grabación, como suele ser habitual, se realiza por secciones, con especial cuidado en las que tienen más trabajo de improvisación. En este caso no es posible la edición, así que hemos tenido que escoger entre tomas completas para estos lugares. Muchas tomas de estas secciones que han tenido una parte improvisada se han quedado en el tintero.
¿Cómo ha escogido la música recogida en el CD?
Este proyecto nace en 2019. Quería hacer una aproximación a la música más popular de una manera desenfadada. Durante este tiempo el repertorio ha ido evolucionando y madurando. Hay obras que se han quedado fuera y otras que han entrado. Desde la génesis del mismo tenía clara una imagen en mi mente: un grupo de músicos diletantes de finales del siglo XVII que se reúnen tras un largo día de trabajo. Fue en 2023 cuando, hablando con la musicóloga autora de las notas, Ana Lombardía, le dejé caer este concepto y me dijo que encajaba perfectamente con esa idea del Manuscrito de Salamanca (ca. 1659), donde encontramos el íncipit de una serie de danzas y melodías populares del siglo XVII, destinadas al consumo propio e idóneas para un ambiente universitario como el de Salamanca. En ese momento todo encajó y empezamos a trabajar con las transcripciones de Lombardía para adaptar esta fuente a nuestro proyecto.
La grabación actual de discos está hoy directamente relacionada con su posterior promoción. ¿Les ha resultado sencillo o complicado “vender” el proyecto para su posterior interpretación en festivales o ciclos musicales?
Este proyecto funciona tan bien en directo como en grabación. El directo siempre aporta la frescura del momento. Si escuchan el disco, probablemente se quedarán con ganas de más; eso ha servido para que muchos programadores se interesen por llevarlo a concierto. La principal problemática que hemos tenido ha sido encontrar fechas. Lamentablemente en España los programadores no tienen certezas sobre continuidad y presupuestos hasta muy poco tiempo antes del arranque de un festival. Esto supone que cuando nos piden fechas no tenemos disponibilidad. Quizá esta entrevista sea un maravilloso altavoz para decir a los festivales: si te gusta nuestro CD “Back to Follia!” y quieres que lo hagamos en tu festival, ¡escríbenos cuanto antes!
Cuéntenos sus próximos proyectos de futuro, tanto en grabación como de actuaciones o giras…
Después del arranque de 2024 en el que hemos tenido una ópera, diversos programas en formación de cámara para Patrimonio Nacional o la Fundación Juan March, así como más grabaciones como la que realizamos de nuestro concierto en el FIAS para el canal ARTE, creo que todos los que formamos Concerto 1700 nos hemos ganado el derecho a parar, respirar y plantearnos nuevos retos. Evidentemente tenemos proyectos fundamentalmente en verano, que tendrán entre sus protagonistas al amor visto desde la perspectiva de la música italiana del siglo XVII. Por otro lado, en el campo de las grabaciones, tenemos que tener en cuenta que hemos lanzado dos discos en cosa de seis meses, así que también es conveniente dedicar un tiempo a armar nuevos proyectos. Tengo una carpeta dedicada a ese asunto con decenas de ideas. Lo que puedo asegurar a todos los lectores de RITMO es que siempre tengo en mente esa línea de trabajo que nos caracteriza de pasión, entrega y cariño para con nuestro patrimonio musical.
por Simón Andueza
https://concerto1700.com
Foto: “Back to Follia! contiene un repertorio que conecta fácilmente con cualquier tipo de melómano”, afirma Daniel Pinteño.
Crédito: © Nani Gutiérrez