a pianista Hisako Hiseki es una de las principales embajadoras mundiales de la música española. Nacida en Japón, pero afincada en nuestro país desde hace más de 20 años, su último disco ha sido elegido como proyecto conmemorativo oficial para celebrar los cuatro siglos de relaciones entre España y el país nipón. Firme heredera de la sabiduría de Alicia de Larrocha y de la música de Montsalvatge, Hiseki presenta 400 años de ensueño, más allá del tiempo y el espacio, un trabajo que recoge lo mejor de dos tradiciones musicales que tienen en común mucho más de lo que parece.
¿Qué siente al haber sido elegida para representar culturalmente la larga relación diplomática entre España y Japón?
Me siento muy afortunada. Hace más de 25 años que viajé a Europa por primera vez y más de 20 que resido en España. Durante todo este tiempo, he aprendido a amar la cultura española, del mismo modo que amo la cultura de mi país natal y, por este motivo, me enorgullece mucho formar parte de esta conmemoración.
Grandes figuras como Xavier Montsalvatge o Alicia de Larrocha han alabado sus virtudes como pianista. ¿Cómo han influido en su carrera?
Con Alicia de Larrocha cursé un master y, posteriormente, recibí clases particulares. De ella aprendí el carácter, el espíritu y la fuerza del pianista. En ocasiones trabajábamos durante más de 6 horas seguidas y nos olvidábamos hasta de comer y beber. En cuanto a Xavier Montsalvatge, tuve el privilegio de poder interpretar y conocer su obra junto a él. Era una persona muy auténtica. Muchas veces iba a su casa para que me diera su visión sobre mis interpretaciones. Fue quien me mostró el corazón de la música española.
Precisamente, todos sus trabajos discográficos se centran en la música española. Ahora, por primera vez, incluye también a compositores japoneses. ¿Por qué ha esperado tanto tiempo?
Llevo mucho tiempo tocando música japonesa en mis conciertos, pero no estaba convencida de que pudiera gustar al público en general. Ahora, con motivo de este aniversario, he pensado que era el momento de hacerlo. Me siento en deuda con mi país y creo que es mi obligación contribuir en la difusión de nuestra cultura.
¿Qué le atrae tanto de la música española?
Comencé estudiando música europea pero, desde la primera vez que escuché la española, la percibí como algo diferente e interesante. Cuando participé en el Concurso “María Canals” en Barcelona, era obligatorio interpretar extractos de la Suite Iberia de Albéniz. Al principio me costó mucho comprender su música, pero ello me generó también más inquietud por conocerla. En una ocasión, al terminar uno de mis primeros conciertos en España, se me acercó una persona y me dijo que la música española tenía obras muy difíciles de interpretar y que solamente Alicia de Larrocha era capaz de hacerlo con extrema calidad. Así, se me planteó el reto y la ilusión de estudiar música española junto a ella.
Escuchando su álbum vemos como la música de Ifukube o Miyoshi casan perfectamente con la de Mompou, Albéniz o Montsalvatge. ¿Qué hace posible ese vínculo entre melodías tan dispares?
Aunque las obras de los compositores japoneses y españoles son muy diferentes, todos comparten el objetivo común de elevar la música popular de su país al nivel más alto. Creo que es en esta búsqueda donde convergen obras aparentemente tan distantes.
Aparte de concertista, también tiene mucha actividad como jurado en concursos. ¿Cómo ve el nivel pianístico en España? ¿Hay mucha diferencia con Japón?
En los 20 años que llevo en España el nivel de los intérpretes nacionales ha crecido de manera extraordinaria. Es muy difícil comparar el nivel de Japón y España, pues existen diferencias motivadas por las particularidades de cada cultura. Los pianistas españoles suelen interpretar con una pasión innata, mientras que los pianistas japoneses normalmente destacan por su destreza y habilidad interpretativa. Pero nunca se puede generalizar.
Alejo Palau
Foto: La pianista Hisako Hiseki.