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Cristina Lucio-Villegas

El piano natural

enero 2014

Hola Cristina, ¿cuándo se dio cuenta de que quería dedicarse al piano profesionalmente y cuál ha sido su evolución hasta ahora?

La música me atrajo desde muy pequeña y de manera natural se fue convirtiendo en algo imprescindible en mi vida. Creo que pasa con casi todas las vocaciones, hay un momento en el que uno no puede concebir su vida sin ella. Por suerte, durante mi formación he podido contar siempre con fantásticos profesores que me han inculcado el amor a esta profesión. Además, cada uno de los sitios donde he estudiado me ha aportado cosas diferentes y complementarias. Comencé mis estudios en Sevilla y los continué en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Después de obtener el Título Superior en Madrid, ingresé en la Academia Sibelius de Helsinki para cursar el título Master’s Degree. El sistema de enseñanza allí es muy libre, dinámico y personalizado. Se trabaja mucho repertorio contemporáneo y obras menos habituales. Más tarde estudié en la Chapelle Musicale Reine Elisabeth de Bélgica. Ésta es una institución con un plan de estudios centrado en el desarrollo del alumno como profesional. Da la posibilidad a los estudiantes de participar en importantes festivales, tocar con prestigiosas orquestas y, en definitiva, de adentrarse de manera progresiva en ese mundo. Mi vida concertística empezó de manera espontánea a la par que mi vida académica. Me alegra poder continuar con ella y, sobre todo, dedicarme profesionalmente a lo que más me gusta.

Personalmente, ¿cómo aborda el estudio de una obra?           

Los intérpretes tenemos una responsabilidad tremenda ya que debemos ser “la voz” del compositor. Para empezar creo que es muy importante conocer bien al compositor y la situación vital en que se encontraba cuando concibió la obra. En muchas ocasiones hay una estrecha relación entre ambas. Por otro lado es esencial saber las costumbres estilísticas de la época en que vivió el compositor. Desde este punto de vista es imprescindible saber “leer la partitura”, no en el sentido básico de la expresión, sino realmente entendiendo qué criterio expresivo debemos aplicar, aunque no siempre esté especificado en la partitura. Y una vez que se ha conseguido ser fiel al texto, llega lo más importante, interiorizar la obra y hacerla propia. Probablemente esta sea la parte más difícil del proceso, aunque también la más satisfactoria. 

Ha participado y obtenido numerosos premios en concursos para piano, ¿qué opinión tiene de ellos?

Creo que, en general, los concursos son una situación curiosa y a veces poco natural en sentido artístico, pero pueden resultar útiles para la formación del músico. Para empezar, participar en un concurso requiere una disciplina previa para prepararlo. Además es una buena oportunidad para tocar en público y poder escuchar a otros compañeros, con lo que siempre se aprende. Y, por último, si obtienes un premio, puede suponer interesantes conciertos y facilita darse a conocer a un público más numeroso. Yo he tenido la posibilidad de realizar giras patrocinadas por el Instituto Cervantes en Brasil e Italia gracias a premios obtenidos en concursos.   

Recientemente ha obtenido el Premio “Rosa Sabater” a la mejor intérprete de música española en el Concurso Internacional “Premio Jaén”. ¿Qué supone la interpretación de la música española?

La música española es un género al que tengo un especial cariño. Lo siento muy cercano y siempre me ha encantado dar a conocer este repertorio, tanto en España como en el extranjero, donde intento programarlo siempre que puedo. Me parece que es importante que los concursos internacionales españoles incluyan en su repertorio obligado obras de compositores de nuestro país. Es una manera fantástica de dar a conocer este importante legado musical.

¿Qué es lo que más disfruta y valora de sus conciertos?

Cada concierto y cada género ofrecen posibilidades diferentes. No es lo mismo tocar un recital de piano solo, uno de música de cámara, o actuar de solista con orquesta. Pero en todos ellos, lo más importante para mí es conseguir una comunicación estrecha con el público, que entiendan exactamente lo que estás intentando transmitirles y sobre todo, que disfruten y vivan la música como uno mismo lo hace. No hay mayor satisfacción que estar interpretando algo y sentir que el público te acompaña.

¿Cómo compagina la vida concertística con la académica, ya que ejerce de profesora de conservatorio en la Comunidad de Madrid?

No siempre es fácil compaginar las dos cosas, pero ambas son muy enriquecedoras y creo que es muy necesario que los profesores mantengan una vida artística activa. La experiencia concertística aporta valores que más tarde podemos trasladar a nuestros alumnos, por lo que creo que la administración debería facilitar en todo lo posible esta conciliación.  

Acaba de ser madre… ¿Cómo se lleva la maternidad reciente con el piano?

La maternidad es una experiencia muy emocionante y no hay duda de que la profesión de madre se vuelve prioritaria. Pero esto no significa que afecte negativamente como músico. Muy al contrario, ser madre es un cambio que te llena como persona, lo que siempre se refleja de manera positiva en la interpretación. Por suerte mi hija se porta bastante bien y parece que disfruta oyéndome estudiar, así que no puedo quejarme. 

Ha sido pianista de la JONDE y ha colaborado con otras orquestas. ¿Qué significado tiene para usted el mundo sinfónico?

La orquesta es una formación que me apasiona, así como todo su repertorio. Los años que pasé como pianista de la JONDE fueron muy enriquecedores, me dieron la oportunidad de trabajar con grandes directores y tocar parte del repertorio más importante de piano en orquesta. Sin duda es una experiencia que recomendaría a todos los pianistas.

¿Proyectos, conciertos?

Próximamente tengo dos recitales en La Línea de la Concepción (Cádiz) y Jaén. Además tengo varios proyectos de música de cámara y la grabación de un disco para este verano, con obras de compositores sevillanos.

Por: Gonzalo Pérez Chamorro

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