Violinista y cantante, en Incoherence Claire Adams comisarió y encargó activamente un nuevo repertorio para voz y violín, interpretado simultáneamente por una misma persona (ella), que ahora ve la luz como proyecto discográfico.
Incoherence es un programa para violín solo y voz humana, que usted interpreta conjuntamente, ¿pero entra dentro de la “coherencia”?
Se podría decir que este programa es justamente una expresión artística de una forma de incoherencia. Se trata de ese contradictorio diálogo interno en el que todos nos vemos envueltos en ocasiones y que puede llegar a convertirse en un conflicto interno con la fuerza de hacer tambalear nuestras convicciones más arraigadas. Se podría decir, incluso, que se trata de una reflexión sobre esa idea de sujeto fragmentado que nos ha dejado la posmodernidad, explorándola desde distintas perspectivas. Es una temática que personalmente me fascina mucho y que, pienso, adquiere una expresión bastante potente mediante esta conjunción de voz y violín.
¿Por qué esta grabación? ¿Cuáles han sido sus impulsos, el motor que la ha generado?
Esta grabación nace en el seno de un proyecto más amplio, con el propósito de crear más repertorio para esta inusual instrumentación. Esta combinación ofrece muchas posibilidades expresivas que no se habían explorado anteriormente. Con el balance adecuado, ambos instrumentos se mezclan de tal manera que casi se vuelven indistinguibles, creando uno completamente nuevo. También presentan un elemento teatral intrínseco que da mucho juego a la hora de interpretar esta combinación. Por ello, decidí explorar estas posibilidades artísticas, colaborando con diferentes compositores para ampliar el repertorio para voz y violín (interpretados simultáneamente por la misma persona). El álbum Incoherence es el resultado de esta colaboración.
Las obras son de Jesús Castañer, Nicoline Soeter, Fran Barajas y Ximo Tarín Micó, con los que habrá trabajado las obras de tú a tú…
El trabajo con los compositores de tú a tú ha sido muy enriquecedor y también, de cierta manera, un elemento indispensable para crear este programa. Al ser un camino poco recorrido con anterioridad, era necesario un proceso de ensayo y error para explorar las posibilidades efectivas de esta instrumentación y encontrar la mejor manera de interpretar el conflicto interno que cada compositor buscaba expresar. Además, me encanta que cada uno haya tratado la temática desde una perspectiva distinta y con un lenguaje propio, lo cual ha aportado mucha riqueza al programa en su conjunto.
¿Cómo llega Claire Adams a este repertorio? ¿Y antes de todo esto, como es su formación?
El proceso ha sido una especie de búsqueda a tientas hasta encontrar un modo de expresión que me ofreciera la autonomía necesaria para crear la clase de experiencias estéticas que más me interesan e intrigan. Mi formación ha sido principalmente clásica, estudiando el doble grado de canto lírico y violín en la Academy of Music and Performing Arts en Tilburg (Holanda). Sin embargo, nunca me sentí demasiado cómoda dentro de los moldes tradicionales del mundo clásico, por lo que comencé a explorar otro tipo de posibilidades. Me empecé a interesar así por el ámbito de la música contemporánea y, poco a poco, a jugar con la posibilidad de mezclar ambos instrumentos en ese contexto artístico. Para mi sorpresa, descubrí que ese camino me ofrecía la libertad que buscaba y me permitía expresarme de una manera mucho más honesta.
Antes ya hizo un trabajo llamado Thin Air…
Thin Air fue el primer trabajo que me permitió compartir estos experimentos con un público más amplio. La obra es de la compositora Calliope Tsoupaki, quien la escribió como una oda a la solidaridad en tiempos de corona. Tuve el placer de arreglar esta obra para voz y violín y de grabarla para el festival de música contemporánea de November Music como parte de la iniciativa “Festivals for Compassion”. El buen recibimiento de esta grabación por parte del público me hizo confiar seriamente en las posibilidades de esta combinación y volcarme a la tarea de realizar un programa entero para esta instrumentación.
¿Qué espera del público cuando interpreta estas músicas en vivo, cierta incoherencia necesaria para romper el molde de concierto tradicional?
En efecto, siento que al interpretar esta música en vivo se genera una especie de desconcierto, una mezcla entre sorpresa e intriga que permite que el público baje la guardia y se deje llevar por lo que está pasando. La atmósfera que se crea cuando esto sucede es casi hipnótica y es lo que más me apasiona de tocar este repertorio en vivo.
Por Gonzalo Perez Chamorro
En Spotify
https://open.spotify.com/artist/0ebZKQFnBTvPyaz2bBmF9K
Videos
www.youtube.com/watch?v=cZyGAk-a8AI
www.youtube.com/watch?v=g_I0isVnUPk&t=2s
www.adamsclaire.com
Foto: Claire Adams ha publicado la grabación Incoherence, un programa para violín solo y voz humana.
Crédito: © Adelaide Ouwerkerk