Con novedades como su programación para tocar con la Filarmónica de Zagreb, su gira con Rubén Lorenzo interpretando Sonatas de Beethoven o su grabación titulado Après un Rêve, nos motivan este encuentro con el violinista, también profesor en la Universidad de Évora en Portugal.
Hablemos de lo más inmediato, porque le han confirmado que va a debutar en la próxima temporada de la Filarmónica de Zagreb…
Sí, fue una gran sorpresa. La Filarmónica de Zagreb es una de las orquestas europeas más antiguas e importantes. Durante sus 120 años de historia, ha sido el lugar de trabajo de nombres como Igor Stravinsky, Aaron Copland, Bruno Walter, Zubin Mehta, y violinistas como Yehudi Menuhin y Henryk Szeryng. Responsabilidad añadida porque la semana anterior toca el pianista Ivo Pogorelich... Voy a tocar el gran Concierto para violín Op. 20 de Edouard Lalo, dedicado a Pablo de Sarasate, que fue tan exitoso que el Op. 21 de Lalo es nada menos que su Sinfonía Española.
Y también de una grabación discográfica registrada durante la pandemia que ve la luz ahora en agosto…
Sí, es verdad. Con la pandemia y las dificultades para viajar, los proyectos de grabación se paralizaron. Como mi acuerdo con mi editor incluye la grabación de un CD al año, me propusieron grabar el álbum titulado Après un Rêve (Después de un sueño), basado en la filosofía de que no hay nada mejor que un sueño para construir un futuro mejor. El disco incluye obras de Fauré, Wieniawski, Paganini, Sarasate, Ravel y otros. Realmente nunca me han gustado obras virtuosas como las de Wieniawski, Paganini o Sarasate, pero el resultado me hace concordar con mi editor que me propuso el desafío. Estoy muy contento con el resultado.
Pero antes de seguir, ¿quién es Carlos Damas?
Soy una persona tímida, apasionada del violín, que le gusta comer y dormir bien... Actualmente soy profesor en la Universidad de Évora en Portugal.
Está llevando a cabo la integral de las Sonatas para violín y piano de Beethoven junto a un pianista que fue portada de esta revista, Rubén Lorenzo…
Sí, antes de la pandemia grabé con Rubén Lorenzo las cuatro primeras Sonatas de la integral de Beethoven. Es un proyecto que empezó hace unos años, cuando tocamos cuatro veces la integral en España. Fue una experiencia desafiante y espectacular pero, al mismo tiempo, complicada, porque tocamos cuatro veces seguidas, es decir, en total tocamos 40 Sonatas en el espacio de un año. Mi relación artística con Rubén empezó en 1993 cuando tocamos en un festival de verano en la ciudad de Zaragoza, yo tendría 19 o 20 años.
¿Su trabajo como profesor le enriquece como intérprete?
Sin duda. Con mis alumnos aprendo a trabajar los errores. También toco con ellos durante las clases, es una forma de practicar ciertas obras.
¿Cuáles son sus modelos y referencias interpretativas violinísticas?
Estudié con Ivry Gitlis, una referencia en el mundo del violín, pero mis referencias siempre fueron músicos como Glenn Gould, Gidon Kremer o Mischa Maisky.
Háblenos de sus instrumentos… ¿Tiene varios violines?
Sí, tengo varios violines, pero en los últimos años toco dos en particular. El primero es un violín francés centenario, de uno de los mejores luthiers franceses de la historia, se llama Amédée Dieudonné; una vez me preguntaron si no era un Guarneri del Gesù. El segundo violín y mi primera opción es un violín italiano del siglo XVIII construido en Florencia, que según los expertos es uno de los mejores ejemplares de Giovanni Battista Gabrielli, y que pudo haber pertenecido al compositor italiano Francesco Maria Veracini. Este violín me lo ofreció un fan norteamericano; esta una deliciosa historia que quedará para nuestra próxima entrevista…
por Lucas Quirós
www.carlosdamas.com
Foto: El violinista Carlos Damas, que la próxima temporada está programado con la Filarmónica de Zagreb.
Crédito: © Marcelo Albuquerque