Con motivo de la publicación de su último CD Mediterrània con Capella de Ministrers, charlamos con Carles Magraner sobre este proyecto y otros asuntos de actualidad.
En primer lugar, enhorabuena por el CD, Mediterrània…
Muchas gracias. Aunque parece a veces sencillo, todo proyecto discográfico exige un largo proceso para que vea la luz. En esta ocasión hemos estado con él durante 3 o 4 años hasta poder ver el resultado final.
El título, Mediterrània, un mar de música, parece una declaración de intenciones sobre su personalidad musical. Se mezclan varios estilos a priori muy distintos. Sin embargo, en la escucha del CD, esta diferencia es poco apreciable. ¿Cómo surge la idea del repertorio del CD?
La idea del CD surge de una manera de trabajar ya asentada hace muchos años en Capella de Ministrers. La sonoridad la dan los intérpretes y el grupo. El repertorio acaba integrándose en la manera que tienen de hacer música estos intérpretes. Es una grabación que no pone etiquetas a la música. Por ejemplo, en ningún momento damos más importancia a una pieza de Monteverdi que a una canción tradicional. Si a la música se le trata con el respeto que se merece, las sonoridades acaban siendo las que son, pasando de una canción de carretieri, a un Monteverdi, a una canción de siega o a una tarantela tradicional con toda la naturalidad del mundo, resultando un todo cohesionado. A estas interpretaciones más populares se suma, además, todo el conocimiento de los grandes músicos que han participado en ellas.
¿Cómo ha sido trabajar con un cantante tan afamado y popular como Pino de Vittorio, conjugándolo con la fresca y refinada voz de Èlia Casanova?
Conocí a Pino en Roma, hace cuatro o cinco años, y le planteé la posibilidad de realizar esta grabación. Yo sabía que este proyecto pasaba por la participación de dos voces peculiares, una española, como es Èlia Casanova, y otra italiana, la de Pino de Vittorio. Dos voces que no solamente trabajasen en el mundo de la música culta; Pino se ha adentrado en el repertorio de la ópera, sobre todo napolitana, y como Èlia, acostumbrada a trabajar el canto del siglo XVII. Pero también debían ser dos voces con la posibilidad de cantar de manera no impostada, es decir, del modo tradicional. He experimentado mucho con ellos durante este proceso de maduración del proyecto con un pequeño grupo de cámara, y realmente este disco se ha ido construyendo a base de conciertos. Entre ellos se han influenciado. Pino ha puesto toda su personalidad, es una verdadera máquina escénica, a la vez que integra la música y el canto en su persona, haciéndola propia. Al final, tenemos que pensar mucho más allá de la partitura. La partitura no es más que un medio a través del que se nos transmite una idea. A Monteverdi, por ejemplo, hay que tratarlo con todo el respeto, pero también se le puede poner toda la imaginación que a cualquier otro tipo de música.
Si no me fallan los cálculos, este es su disco número 53 de su discografía. Con tanta fertilidad discográfica, ¿cómo surgen nuevos repertorios e ideas para continuar con nuevos proyectos?
Pues creo que este es mi trabajo número 52 con mi sello propio, de un total de 64. Antes de crear el sello CdM, en el 2001, ya habíamos grabado 12 CD con otras compañías discográficas. La verdad es que cada vez que sacas un disco da un poco de vértigo, preguntándote qué es lo que haré a continuación. Lo único que hago es vivir y estar atento a todo lo que sucede, porque en cierta manera van apareciendo nuevas ideas que plasmar. Ahora mismo tengo 14 proyectos encima de la mesa, entre los que tengo que decidir qué es lo que haré el año que viene, administrando muy bien lo que voy haciendo. Por ejemplo, tengo para el año que viene dos discos ya grabados. Lo que realmente es importante es intentar realizar los proyectos sin prisa, dedicando un proceso a interpretar un repertorio, y cuando siento que ya está listo, entonces grabarlo. Este CD, por ejemplo, está grabado en septiembre de 2020.
El repertorio de esta grabación, sobre todo el más popular, es muy poco visitado por los grupos españoles. ¿A qué cree usted que obedece esto?
El proyecto de Early Music Morella, desde hace diez años ya, lo lancé sobre todo por esta unión, con dos grupos de profesorado, uno que hace música renacentista y medieval, y otro que hace música tradicional. Conjugamos todo este mundo de excepcionales músicos andalusíes, celtas, balcánicos cuando interpretamos la música medieval. Estos dos mundos se mezclan de un modo muy natural, sobre todo las músicas pretéritas. Un buen ejemplo de esta delgada línea divisoria está en la música de Gaspar Sanz, que es una música tradicional, pero a la que hemos puesto la etiqueta de “culta”.
¿Me podría destacar alguno de sus CD preferidos de todos los que ha grabado?
Es muy difícil responder a esta pregunta. Yo les tengo muchísimo cariño a todos. A los primeros discos, editados a golpe de tijera, le guardo un recuerdo especial. Pero esto 64 proyectos son pequeños trozos de mi vida entre lo que no puedo tomar una decisión.
¿Qué proyectos de futuro destacaría con Capella de Ministrers?
El proyecto que más ilusión me hace es que cumplimos 35 años de historia con Capella de Ministrers el año que viene, y 20 años desde la creación de nuestro propio sello discográfico.
por Simón Andueza
https://capelladeministrers.com
Foto: “La idea de Mediterrània surge de una manera de trabajar ya asentada hace muchos años en Capella de Ministrers; la sonoridad la dan los intérpretes y el grupo”, afirma Carles Magraner.