“La música de Bach tiene millones y millones de reproducciones en Spotify”, afirma el musicólogo Michael Maul, director del Bachfest Leipzig, mientras damos buena cuenta de una estupenda cena con una suculenta y deliciosa comida sajona, relatándonos los pormenores de este Festival dedicado a Bach en todas sus vertientes posibles y que involucra a diversas instituciones de la ciudad y a los responsables de todo lo relacionado con Bach en Leipzig, el Archivo y el Museo o la Nueva Sociedad Bach, entre otros. Y este año, tras dedicar la pasada edición a un “BACH - We are FAMILY!” (“BACH - ¡Somos FAMILIA!”), se ha titulado “CHORal TOTAL”, en un alarde de convocatoria internacional con coros de casi todos los rincones del mundo, desde Malasia a Boston, pasando por Barcelona, por ejemplo, con una amplia presencia en las calles (camisetas con el logo incluido) que competían con las de las selecciones nacionales de la Eurocopa de fútbol que Leipzig albergaba como una de las sedes del torneo. Y qué mejor que Bach en la era de TikTok o cualquier red social para dejar constancia de su omnipresencia, aún mayor en Leipzig, ciudad de una belleza enorme, el epicentro mundial de la Música de Bach.
Detallar la cantidad de conciertos que se programaron durante el Bachfest Leipzig es tan difícil como aventurar algunos secretos de la persona de Bach, “tan silencioso como una ostra”, en palabras de Peter Wollny, director del Bach-Archiv, con el que también mantuvimos un encuentro en la que es la sede de ambas instituciones, Museo y Archivo, dándonos una masterclass acerca de la tradición y el uso del número de voces y partes en los coros de Bach.
Mendelssohn-Haus
Pero en Leipzig hay espacio para música más allá de Bach, aunque como todo creyente, y Mendelssohn lo fue hasta el final de sus días, Bach está presente en su música y en su vida como quizá nadie más. Visitar la Casa Mendelssohn, ahora un fantástico Museo con mucha presencia y reconocimiento a Fanny Mendelssohn, que alberga igualmente el Instituto Kurt Masur, es una experiencia única, pues pocas Haus preservan las estancias y la naturaleza misma de la vida musical que era en esta casa el centro europeo en la “edad dorada” de la música romántica de la primera mitad del siglo XIX (por su salón de música, pasaron todos los grandes músicos del momento, desde Chopin a Wagner, desde Schumann a Liszt, como muchos más), que en Leipzig vio nacer a Clara Wieck (luego Schumann) y Richard Wagner, con abundante presencia, entre otros, de Grieg, Schumann o Mahler.
El que piense que el Bachfest Leipzig se mantiene rígido ante el titán que representa, se equivoca, ya que la audacia de la programación de Michael Maul nos lleva a combinaciones inusuales, a conciertos al aire libre o a la experiencia que fue Die Apokalypse, representada en la Ópera de Leipzig (que mira frente a frente en la misma plaza a la Gewandhaus, también sede de algunos conciertos del Bachfest Leipzig), donde la música de Bach es el motivo conductor que vertebra una historia (con el reclamo de “La ópera que Bach jamás escribió”) sobre Jan van Leiden (interpretado de manera magistral por Florian Sievers), el líder anabaptista holandés que se trasladó a Münster, donde transcurre la acción de esta curiosa experiencia operística con adaptaciones de música de Bach.
Un bosque para Bach
De entre las muchas iniciativas sociales del Bachfest Leipzig, llamaba la atención “Forest for Bach” (“Ein wald für Bach”), que sabiendo de las emisiones que el festival y su repercusión tienen de CO2, permite donar una pequeña cantidad para repoblar un “bosque Bach” cerca del lago Störmthal. Otro “bosque” inagotable son sus Cantatas, que pudimos escucharlas en la Nikolaikirche en las manos de Ton Koopman, que sigue mostrándose incombustible en sus tics (él es además el presidente del Bach-Archiv), aunque muchas de sus interpretaciones no mantienen aquella frescura y sorprendente perfección de sus grabaciones para Erato, a pesar de tener instantes mágicos como el coro inicial de la Cantata BWV 14 o momentos donde los solistas dejaron constancia de su arte, como la soprano Robin Johannsen, cantando en la misma Cantata y con mucha irritación “Wurd uns ihre Tyrannei, bald bis an das Leben gehen” (“Su tiranía pronto amenazaría nuestra vida”), mientras el público que abarrotaba la iglesia no podía evitar pensar en los resultados electorales en Alemania en las recientes elecciones al Parlamento Europeo.
300 años después
El momento culminante fue la interpretación de la Pasión según San Juan en la Thomaskirche (donde se estrenó en 1724, hace trescientos años), con el mítico Thomanerchor y la Akademie für Alte Musik Berlin, todos dirigidos (¡y de qué manera!) por un sensacional Andreas Reize, en un intento muy aproximado de recrear como pudo ser el estreno de esta obra (hay teorías, pero no hechos de como fue). Desde el mismo coro inicial, con la armonía disonante y los tres desgarradores “Herr” que canta con dolor el coro, hasta las arias y la evolución dramática, la interpretación fue de una carga expresiva alucinante, con la utilización (algo inusual) del órgano. Los minutos de silencio tras el coral final y las lágrimas en los ojos de muchos de los presentes, muestran que Bach no solo es el corazón de la vida de Leipzig, sino el mismo corazón de la música que alberga en cada uno de nosotros. SDG.
por Gonzalo Pérez Chamorro
www.bachfestleipzig.de/en/bachfest
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Foto: Los conciertos celebrados en la Thomaskirche albergaron, entre otros, la Pasión según San Juan con el mítico Thomanerchor y la Akademie für Alte Musik Berlin.
Crédito: © Jens Schlüter