Los veinte dedos del Anton & Maite Piano Duo tienen un objetivo común, como es “llegar a la idea primaria, a la esencia de la obra, despojarse de todo lo innecesario; es este proceso de desnudez lo que quisimos mostrar también con la portada de Essenz”, nos relatan en esta entrevista el dúo de piano Anton & Maite, una pareja que lleva haciendo música juntos desde hace diez años. Esta relación ha dado a la luz a su primer disco, Essenz, para el sello Ibs Classical, donde recogen obras de Schubert, Mozart, Mendelssohn y Bolcom.
¿Cómo surge Anton & Maite Piano Duo?
Nos conocimos hace diez años en un curso de verano en El Escorial. Fue un flechazo a primera vista. Cuando tienes 17 años, conocer a alguien que siente la música como tú, que tiene las mismas aspiraciones, los mismos problemas…, te hace sentir comprendido. Empezamos a mantener una relación a distancia hasta que coincidimos en el Conservatorio Superior de Aragón. Allí estudiamos los dos con Miguel Ángel Ortega Chavaldas y tuvimos como profesores de dúo, al dúo del Valle, que fueron una gran fuente de motivación para nosotros. De alguna manera era algo natural que acabásemos tocando juntos, pero no teníamos ni idea de que el dúo se iba a convertir en algo tan importante en nuestras vidas. Nos presentamos a un par de concursos por probar y nos fue bien, por lo que empezamos a pensar que quizá lo del dúo podría tener futuro y empezamos a tomárnoslo más en serio. Pronto vinieron más premios y conciertos y entonces nos enteramos de que en la universidad de Graz había un master de dúo con el dúo Silver-Garburg de los cuales somos grandes admiradores, y no dudamos en hacer las pruebas, con la suerte de que nos admitieron. Fue una inmersión total, en el idioma, en la cultura, en la música… Llevamos ya 3 años viviendo allí y no podemos estar más felices con la decisión de entregarnos al cien por cien al dúo.
¿Qué idiosincrasia tiene el dúo de piano comparado con otras formaciones?
Lo primero a tener en cuenta cuando pensamos en un dúo pianístico es que engloba dos disciplinas bastante distintas: el piano a cuatro manos y los dos pianos. Existe un repertorio y una técnica específica para cada una de ellas, que debemos conocer y dominar. En el caso de los dos pianos la principal complejidad reside en encontrar un buen balance entre los instrumentos, además de la sincronización. En el caso del piano a cuatro manos, lo más evidente es que compartes el instrumento con otra persona, por lo que, además de la incomodidad física, entran en juego otros factores como articulación, el balance, el pedal… Aquí no hay trucos: para conseguir un resultado profesional se necesita un entendimiento absoluto entre los dos intérpretes.
¿Qué lugar creen que tiene el dúo de piano en el panorama musical español?
Creemos que el dúo tiene una presencia tremendamente escasa dentro de las programaciones, a pesar de la magnitud y la calidad de repertorio que existe y que se está escribiendo a día de hoy. España es un país que ha dado dúos extraordinarios, sin embargo, no existe ese concepto de profesionalización de la especialidad. Todavía hay una creencia de que el piano a cuatro manos es algo “para principiantes”, y para los conciertos a dos pianos se recurre mucho a escoger a dos pianistas solistas que se juntan y hacen el papel de dúo. Esto da lugar a interpretaciones que no carecen de interés, pero no deja de ser una solución improvisada. Ahí fuera hay dúos que están trabajando mucho por poner en valor nuestra especialidad y, si se les diera la oportunidad de defender este maravilloso repertorio, el público lo pedirá más, y el dúo de piano tendría por fin el espacio que se merece en nuestros escenarios.
¿Cómo es trabajar en pareja?
Estar todo el día juntos puede ser duro para algunas parejas, pero la verdad es que nosotros lo llevamos fenomenal. Se hace más llevadero una vez comprendes que los dos luchamos por el mismo objetivo. Hay que olvidarse de los egos y saber diferenciar a “tu pareja” de “tu compañero de dúo”. En el estudio, tener todo el tiempo una premisa en la mente: “la música es lo que importa”. En casa estamos en constante debate, ese ambiente creativo en el que investigamos, creamos y compartimos ideas es lo que nos mantiene motivados día a día.
¿Y cómo enfocan el estudio diario?
Cuando empezamos tuvimos un tiempo de adaptación en el que tocábamos juntos todo el tiempo. Fue un período muy duro porque necesitábamos hacernos el uno al otro y encontrar un sonido propio, y limar las cuestiones individuales que entorpecían el proceso fue doloroso. Ahora estamos mucho más cómodos tocando juntos y tenemos una dinámica de trabajo que nos permite estudiar también por separado, por lo que vamos más rápido. Siento que Anton es capaz de anticiparse a mis fraseos casi telepáticamente, y casi nunca hay que corregir cuestiones de balance porque los dos tenemos ya un ideal sonoro interiorizado, pero esto no habría llegado sin todo el trabajo previo. Cada día hacemos una sesión de estudio separados para trabajar los aspectos técnicos individuales, y dos sesiones más juntos. Ahora estamos empezando a introducir el estudio mental y la meditación en nuestras sesiones de estudio.
Recientemente han actuado en el Festival de Granada y en la Schubertíada de Vilabertran. ¿Qué ha supuesto esto en su carrera?
En el FEX tocamos como ganadores de la última edición del Concurso Internacional Antón García Abril. El clima que se crea en Granada durante los días del Festival es increíblemente inspirador y, para nosotros, fue una experiencia muy enriquecedora. El público de la Schubertíada es un gran amante y conocedor de la producción de Schubert, por lo que para nosotros fue una responsabilidad muy grande y todo un honor representar esa faceta tan íntima e importante del compositor. Ambos festivales han sido un ejemplo en gestionar todo el problema de la pandemia, y creemos que han hecho un trabajo excepcional y un gran esfuerzo para que todo saliese adelante.
Hace unas semanas presentaron su CD debut “Essenz”, con el sello Ibs Classical. ¿Cómo y cuándo surge este proyecto?
Llegamos a Austria hace tres años con una gran necesidad de empaparnos del repertorio de Mozart y Schubert, que son los grandes pilares del repertorio para dúo. Es curioso, porque la Sonata KV 521 de Mozart y la Fantasía en fa menor de Schubert son obras que nos han acompañado durante muchos años, que traíamos ya muy tocadas de España, pero el venir aquí nos dio una perspectiva completamente nueva de las obras. Es un repertorio que a priori nos cuesta más, ya que por nuestra formación y personalidad entendemos mejor la pasión exuberante de Rachmaninov o el lirismo de Chopin. Estuvimos un año centrándonos casi exclusivamente en el repertorio a cuatro manos, profundizando en las características de esta especialidad, buscando nuestro sonido, nuestra identidad como dúo. Este período coincidió también con que estábamos haciendo la gira con Juventudes Musicales y con AIE con el mismo repertorio, y ganamos tres concursos internacionales, lo que nos permitió ahondar todavía más en las obras y ahorrar bastante. Creímos que era una buena idea invertirlo en grabar un disco que dejase constancia de esta primera etapa tan significativa para nosotros, y que sirviera de precedente para nuevos proyectos. Propusimos el proyecto a Ibs y la verdad que ha sido una experiencia increíble.
¿Por qué “Essenz”?
Una de las cosas que más nos preocupa como artistas es llegar a la idea primaria, a la esencia de la obra. Para ello hay que despojarse de todo lo innecesario e intentar que esa honestidad se plasme en el concierto o en la grabación. Es este proceso de desnudez lo que quisimos mostrar también con la portada. Que la palabra esté escrita en alemán tampoco es casualidad. Con este disco queríamos hacer honor a los autores centroeuropeos que sentaron las bases del género: Mozart, Schubert, Mendelssohn. Sus obras son esenciales para entender las peculiaridades del dúo pianístico.
¿Y Bolcom?
William Bolcom es nuestro sello personal. The Serpent’s Kiss es una obra llena de humor y sensualidad que transcribimos para cuatro manos, para así poder tocarla como bis en los conciertos. Creemos que es una forma atrevida y alegre de terminar un programa con semejante peso histórico, y que por otra parte se entiende fenomenal con el ingenio de Mozart o el virtuosismo de Mendelssohn.
¿Qué nos pueden contar de futuros proyectos?
Tenemos varias ideas para futuros proyectos discográficos. Creemos que el grabar discos es una parte fundamental de nuestra especialidad, ya que todavía hay un enorme repertorio que acercar al público, y en ese sentido tenemos una responsabilidad para con el Dúo. En cuanto a conciertos, alguna reubicación aquí y allá, algún debut en el extranjero y de momento no mucho más. Ojalá pudiéramos decir otra cosa, pero la verdad es que la crisis del coronavirus ha marcado un antes y un después en nuestra carrera, que después de todo es incipiente, y si antes era difícil dar luz verde a nuestros proyectos, ahora que todo se está desmoronando, lo es todavía mucho más. Nadie quiere comprometerse a nada; mientras tanto, nosotros seguimos trabajando al máximo y apoyándonos en amigos que están pasando exactamente lo mismo que nosotros. Los jóvenes tenemos que ayudarnos mucho entre nosotros, hace tiempo que nos hemos dado cuenta de que nadie va a venir a salvarnos. Por eso hay que grabar discos, hay que montar festivales, hacer colaboraciones…tenemos que inventar las oportunidades o nos quedamos atrás.
por Lucas Quirós
www.antonymaite.com
Foto: “Fue algo natural que acabásemos tocando juntos, pero no teníamos ni idea de que el dúo se iba a convertir en algo tan importante en nuestras vidas”, afirman Anton & Maite.
Crédito: © Sonia Ariz