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Alfredo García

El milagro de la voz

noviembre 2013

Alfredo García es uno de los más sólidos valores de una extraordinaria generación de cantantes españoles con una ya acreditada proyección artística en los escenarios internacionales. La admirable versatilidad de su voz, capaz de adaptarse a los más variados géneros y estilos,  así como su sólida personalidad interpretativa, son algunas de las claves de su éxito. A continuación, el  barítono madrileño nos pone al día de su trayectoria artística y de sus próximos proyectos.

¿Cómo fueron sus inicios musicales y, más concretamente, en el canto?

La voz no fue más que una afortunada coincidencia, ya que la sensibilidad musical siempre la he sentido tan honda y antigua como mi primera memoria. Comencé los estudios de música pensando en la composición y fue a mitad de camino cuando mis profesores se dieron cuenta de que tenía una voz  extraordinariamente bien dotada, algo que jamás hubiese imaginado. Después llegaron mis estudios en Madrid y en Viena, las becas, los primeros proyectos y algunos premios.

La versatilidad de su voz le ha permitido abordar un repertorio muy amplio, desde la ópera, la zarzuela, el oratorio, la canción…

Me apasiona poder cantar tantas cosas diversas, asomarme no solo a las óperas de Mozart o Rossini, sino también a los oratorios de Haendel o las canciones de Beethoven.  ¿Se puede vivir renunciando a alguna de ellas? Tal vez, pero nuestro paladar será algo más plano. La interpretación es un viaje con destinos a los que no quiero renunciar. Por otro lado, el tiempo, la madurez, la propia evolución de la voz y nuestra personalidad nos llevan a nuevos repertorios a lo largo de la vida, como Verdi, uno de los más grandes.

Su intervención en El barberillo de Lavapiés  en la Kammeroper de Viena marcó un antes y un después en su trayectoria artística.

Viví como un raro privilegio poder llevar el personaje de El barberillo y un género como la zarzuela al corazón de la capital mundial de la música. Fue la primera obra representada íntegramente en español en Viena y a pocos metros de la casa que habitó Mozart. Era consciente de que de alguna manera las circunstancias me habían convertido en embajador no solo de la música de mi país sino también de todos los compositores y cantantes españoles que durante generaciones han creado nuestra música y a los que tengo muy presente. Los aplausos, que recogí, eran en gran medida para ellos. Lo hice con toda la dignidad, respeto y entrega posible, junto a un equipo de primera; y resultó un éxito de crítica, público y una experiencia inolvidable en lo personal.

Las óperas de nueva creación de nuestros autores ocupan un lugar muy importante en su carrera. No hay que olvidar su intervención en el estreno de El caballero de la triste figura, de Tomás Marco.

Me gusta entenderme con los grandes compositores del pasado,  asombrarme, aprender y disfrutar con ellos, responder a las preguntas que nos dirigen desde ese lugar que ocuparon en el tiempo y que nos han dejado escritas en sus obras, ofrecerles la respuesta de mi voz. Pero también pertenezco a este pequeño pedazo de historia por el que caminamos y en el que quiero mirarme. Cuando un compositor te ofrece su confianza para acompañarle en el nacimiento sonoro de su obra, es un privilegio, un regalo. Esto es lo más cercano que un cantante puede estar de ser un astronauta, aterrizando por primera vez sobre una partitura que vamos a dar a conocer a través de nuestra voz y que espera de nosotros todo cuanto podamos decir de ella. Tomás Marco ha sido, entre otros,  uno de esos compositores de talla, con el que he hecho ese viaje. También me ha dedicado una ópera, Tenorio, sobre el mito universal español, que estamos pendientes de estrenar.

“Poems in Prose” es el título del CD que acaba de publicar el sello Verso, en el que interviene como solista en la interpretación de la Cantata para coro, solistas y orquesta, de Miguel Pons. ¿Qué ha significado para usted participar en esta grabación? ¿Conocía la obra del joven compositor Miguel Pons?

Mi primer encuentro con Miguel Pons fue abriendo su partitura y ya entonces me dio una excelente impresión que se reafirmó cuando le conocí personalmente; creo que nos esperan grandes obras escritas por él. La grabación se hizo con la ORCAM, que es una agrupación por la que siento afecto y admiración, y con José Ramón Encinar como director, un maestro capaz de descifrar cualquier partitura. El resto de solistas era excelente y así es fácil llegar a cualquier puerto. Por otro lado, es loable que instituciones como la Fundación BBVA o Verso encaren grabaciones en unos tiempos donde va siendo una rareza abordarlas.

¿Qué proyectos tiene para el futuro más inmediato?

En lo inmediato cantaré El Mesías en el Palau de la Música de Valencia. Después me espera El retablo de Maese Pedro de Falla, con el maestro Frühbeck de Burgos, que acaba de cumplir 80 años y que no solo es ya un mito sino que está en su momento más fértil. Con él hice esta obra por primera vez en Dresde con la Dresdner Philharmonie. Y junto a él he cantado con orquestas como la New York Philharmonic,  la Boston Symphony o la Israel Philharmonic. Organizado por la UAM, abordaré además dos óperas, The Telephone de Menotti e Il Segreto di Susanna de Wolf Ferrari y la grabación de un CD con canciones de la compositora Ana Lara. Más adelante el estreno de una ópera de José Buenagu  y La vida breve de Falla en Washington, de nuevo con el maestro Frühbeck de Burgos. En recital y organizado por la Comunidad de Madrid, las Canciones Irlandesas y Escocesas de Beethoven para trío y barítono que son maravillosas y poco conocidas. Y espero que se confirmen varios proyectos más que están por venir.

Más información: www.alfredogarcia.com

E.T.H.

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