Pianista y compositor, Presidente de la WPTA (World Piano Teachers Association) en el área de Composición en España, la editorial Da Vinci ha publicado recientemente casi sesenta obras para piano solo y piano a 4 manos de Abraham Tena Manrique en tres volúmenes, ocasión que nos ha motivado esta entrevista.
Este final de 2021 está siendo muy fructífero en lo que se refiere a las publicaciones de sus composiciones en Japón. ¿Qué puede contarnos?
Ciertamente. Todo empezó hace 5 años cuando la editorial Boileau confió en mí y en mi trabajo y publicó en un corto período de tiempo tres de mis obras de gran formato, como son el Cuarteto de Cuerda “Don Quijote” Op. 22A y su reescritura para Trío con Piano Op. 22B, así como el Octeto “Séneca” Op. 30, basado en una de las epístolas morales a Lucilio. Por aquél entonces recibí un correo de una editorial japonesa que mostraba interés en publicar mi obra completa. Así fue como la editorial Da Vinci, y yo, empezamos este proyecto de publicar todas mis composiciones. Desde 2017, de manera periódica, se han ido publicando muchas de ellas. En este 2021, la editorial y yo hemos trabajado mucho en dos direcciones. Por una parte se ha hecho una reedición de todas mis obras para piano y para piano a cuatro manos, agrupadas ahora en tres preciosos y densos volúmenes y, por otro, se han publicado mis dos últimas composiciones, las más exigentes y ambiciosas hasta la fecha. Una es el Oratorio Op. 40 sobre Las Siete Últimas Palabras de Cristo en la Cruz (escrita por encargo de Sergio Espejo, pianista titular de la Orquesta y Coros Nacionales de España) y la otra el Concierto para piano y orquesta “Khárôn” Op. 42.
¿Qué puede decirnos sobre cada una de estas dos últimas composiciones de gran formato que acaban de salir a la venta?
Ambas tienen su historia musical y personal, en ambos casos no sé dónde acaba la musical y empieza la personal, y/o viceversa, si es que hay una línea que separe ambos motivos para que me embarcase en su escritura. En 2016 escribí mi Octeto “Séneca” Op. 30 por encargo de Sergio Espejo, una obra que fue estrenada en el Auditorio Nacional de Madrid por los solistas de la OCNE. Desde ese momento hemos estado en contacto y con ello ha surgido además una maravillosa amistad. Le propuse escribir el Oratorio con el mismo texto que el compositor Heinrich Schütz. Esa obra me ha acompañado y cautivado desde adolescente, además quería desde muy niño dedicar una obra religiosa a mi madre, para honrar la figura de quien creo escuchó mis oraciones para curarla. Ya era el momento y cruzando los dedos, puede que en un futuro no muy lejano pueda ser estrenado en el mismo escenario que el Octeto “Séneca”, en 2016.
¿Y sobre el Concierto para piano?
Siendo pianista, era cuestión de tiempo que me embarcase en una obra de este género. Desde pequeño el tocadiscos en casa de mis padres sonaba sin parar, a través de él escuché todos los grandes conciertos para piano. Mi padre me los enseñó. Así como todas las grandes obras sinfónicas, las de cámara. Toda la gran música de los grandes nombres se me iba revelando gracias a mi padre. No he conocido jamás a un amante de la música más apasionado; más músico, sin serlo, pero siéndolo sin duda más que casi todos. Este Concierto fue escrito durante su enfermedad. Mi padre y yo cruzamos ese Estigia juntos, con Caronte. Una travesía dolorosa que acabó con la vida de mi padre y dejándome a mí, en parte, en esa otra orilla. Esta obra está dedicada obviamente a mi padre, la persona que me abrió las puertas a la Música en mayúsculas. Ese es su legado en mí, su hijo. Y este es mi pequeño homenaje a él, mi padre.
¿Sobre su estilo compositivo, cómo lo definiría?
Muchos de los músicos con los que hablo definen mi música diciendo que es un estilo muy personal, que toda ella soy yo; y yo soy toda ella. Yo estoy en ella. Me gusta esa manera de definirla. Por tanto, en mi música no encontraremos nunca fuegos artificiales, concesiones gratuitas, lenguaje minimalista, ni nada que se la pueda relacionar con las (ya no tan nuevas y rompedoras) nuevas vanguardias. Estoy diametralmente alejado de este lenguaje que viene heredado de la primera escuela de Viena y que honestamente creo que ya es anacrónico. Además el público rechaza en su inmensa mayoría este lenguaje tan duro, disonante, errático y constantemente crispante e impostado. Y los programadores casi siempre han de poner obras de los grandes para atraer al gran público. Creo que esto define bastante la aceptación que en verdad tiene este lenguaje tan manido.
Interesante, ya que el público es el receptor de toda música…
La música pertenece a todos y no solo a los compositores. No quiero decir que tengamos que escribir con condescendencia para agradar al público. Beethoven, indudablemente mi músico preferido, como el de mi padre, no tenía muy en cuenta al público cuando escribió la Hammerklavier, la Novena Sinfonía, la Missa Solemnis, los últimos Cuartetos, pero era cuestión de tiempo que todas ellas se convirtiesen en parte fundamental del legado de la humanidad. Pero si una cosa, si un lenguaje, si una propuesta musical no funciona durante tantas décadas, creo que dar un giro es inevitable, pese a quien pese. La intelectualidad en la que se refugian ciertas tendencias no es razón suficiente para seguir ese camino de escritura, ya que no solo en ellas existe dicha intelectualidad.
¿Influencias externas a la música?
Soy un devorador de los clásicos, de los grandes escritores del siglo XIX y primera mitad de siglo XX y es en ellos donde encuentro a menudo la fuente, el germen iniciador de algunas de mis obras. Séneca, Tolstoi, Dostoyevski, Proust, Nietzsche, Pessoa, han sido en ocasiones quienes me han ayudado a que el papel en blanco empiece a escribirse. Uno de sus párrafos, en ocasiones una simple frase, ha sido suficiente para generar minutos de música. Pero obviamente los acontecimientos que me suceden no han pasado de largo sin quedar plasmados en obras absolutamente biográficas, como ya he mencionado anteriormente cuando he hablado de mis últimas composiciones. Yo soy mi música.
¿Qué camino cree que puede recorrer su trabajo como compositor en los próximos años, qué focos despiertan su interés?
Estoy muy interesado en introducir mis obras en los programas de conservatorios y de concursos. Creo honestamente que muchas de mis composiciones pueden ayudar a los alumnos a seguir creciendo como músicos. Estoy en contacto con algunos conservatorios nacionales por este motivo. El Conservatorio Joaquín Turina de Madrid fue el primero que introdujo mis obras (gracias a la profesora Almudena Alemany). Durante dos años seguidos los alumnos que realizaron el concierto final, interpretaron algunas de mis composiciones.
¿Y los concursos?
Hablando de concursos, ofrecí durante dos ediciones el concierto de clausura del Concurso Internacional Villa de Xábia, fundado por Nati Ballarín, con varias de mis composiciones. En la última edición incluso se creó un premio en mi nombre para cada una de las categorías. Gracias a ella descubrí la WPTA (World Piano Teachers Association), recibiendo una invitación de su fundador, Dorian Leljak, para ser el Presidente de la delegación de Composición en España en 2018. Gracias a este enorme altavoz, mis composiciones son conocidas por colegas de más de sesenta países, en los que esta Asociación existe hasta la fecha. Colegas que organizan conferencias, concursos, recitales anuales en los que mis composiciones podrán introducirse, cumpliendo el objetivo de planes a medio plazo.
¿Qué acogida ha tenido y sigue teniendo hasta la fecha su trabajo como compositor entre sus colegas?
Estoy realmente contento y satisfecho, ya que en estos años son muchos los músicos que se han acercado a mis composiciones y las han incluido en sus repertorios de concierto. Mis obras han sonado en decenas y decenas de ciudades de nuestro país, pero también han cruzado las fronteras y se han programado en Nueva York, Múnich, Londres, Lisboa, Birmingham o Korçë, entre otras. Músicos extraordinarios que ahora además son grandes amigos. Si me permite, me gustaría nombrarlos a todos, pues a todos ellos les debo que mi música salga del papel donde permanece esperando a que cobre vida, a que se convierta en sonido. Mi sincero agradecimiento a solistas de la OCNE (Sergio Espejo, Javier Balaguer, Agnieszka Grzywacz, Ana Llorens, Adriana Mayer, Ángel Luis Quintana, Francisco de Santiago, Bruno Vargas), Kiev Portella, Luis Becerra, Riccardo Bozolo, Paula Coronas, Patricia García Gil, Isabel Pérez Dobarro, George Sand Piano Duo, Raquel del Val, Ana Semkina, Anna Sutyagina, Fedor Veselov, Jenna Sung, Joana Resende, Cátia Moreso, Roser Carceller, Marjanthi y Kosta Vrame, Rubén Russo, Montse Bertral, Eduard Sánchez y Moreno Bernardi.
Pero Abraham Tena Manrique es también concertista de piano, ¿sobre esta faceta musical suya, qué puede decirnos?
Desde antes de acabar la carrera de piano, tutelado por María Antonia Casa Botellé, mi madre musical y con quien me une una maravillosa relación, llena de cariño y admiración, nunca he estado alejado de las salas de concierto, he realizado más de cien recitales, incluyendo conciertos en solitario (interpretando mis obras, así como obras de repertorio), y como integrante del Dúo pianístico que formé durante una década con mi hermana Esther, también pianista. Durante esa década en la que duró el dúo, mi hermana y yo recorrimos decenas y decenas de ciudades de España en las que casi siempre programábamos algunas de mis composiciones para piano a cuatro manos. Fue una década maravillosa que pudimos vivir, gracias al enorme trabajo que hizo mi querido padre como representante. Nos permitió conocer ciudades preciosas, rincones maravillosos, gente extraordinaria de nuestro país dedicada a difundir y a apoyar la cultura. Pisamos casi un centenar de escenarios, bajo cuyas escaleras nos esperaba una cena familiar con nuestros padres. Repito, una década maravillosa y desgraciadamente irrepetible. Y con dos niños pequeños, y lo acontecido en mi familia, mi actividad, evidentemente, se ha visto afectada. Ahora, después de cuatro años muy duros, quiero retomar los recitales para seguir divulgando mi trabajo, también grabar un nuevo CD con el sello discográfico que tiene la editorial Da Vinci, que confía plenamente en mi trabajo y que en 2017 ya editó un CD con dieciocho de mis composiciones.
Quizá sea el momento de estrenar el Concierto para piano…
No puedo ocultar que sería fabuloso despertar interés en alguna orquesta y sala de conciertos para realizar el estreno de mi primer Concierto para piano y orquesta, dado el significado que esta obra tiene para mí. Muchos de mis colegas la consideran la mejor de mis obras. Una vez escrita se la envié a Sergio Espejo, que posee una gran inteligencia, un enorme criterio y una brillante trayectoria musical. Necesitaba la opinión de alguien que trabaja desde hace muchos años con grandes músicos, antes de enviársela a la editorial. Algunas de sus palabras fueron: “Es una obra sincera, profunda y extremadamente personal. Hay mucho dolor, pena y tristeza, pero me agrada especialmente que se abordan generalmente con serenidad”. Así como: “Las armonías son impecables y las melodías y su tratamiento también impecables. La combinación de bloques de piano sólo, orquesta sólo, cuerda sólo, vientos, etc., son magníficas”. Tenía luz verde para lo que ahora es una realidad. Ha salido a la luz en diciembre, un año justo desde que llegamos a la otra orilla del Estigia.
por Lucas Quirós
+ Info WEB
www.abrahamtenamanrique.com
www.compositoresfaic.com/compositores-curriculum.php?idComp=324
www.accompositors.com/compositores-curriculum.php?nIdioma=es&idComp=1253
https://davinci-edition.com/composer/abraham-tena-manrique
www.boileau-music.com/es/autores/tena-abraham/ver%20obras
https://clasica2.com/buscar/&txt=Abraham%20Tena
Foto: Abraham Tena Manrique, pianista y compositor, del que la editorial Da Vinci ha terminado de publicar en este 2021 todas sus composiciones.
Crédito: Alex Mas & Daniel Espinola