La edición en DVD de Brokeback Mountain, del compositor estadounidense Charles Wuorinen (1938), permite aproximarse a la ópera ya lejos de la promoción que se desplegó a raíz de su estreno en el Teatro Real en 2014, donde la referencia a la celebrada película de Ang Lee y la supuesta dimensión escandalosa, para un escenario operístico, de la relación homosexual entre dos vaqueros fueron explotados con el objetivo de generar una expectación mayor que la normalmente generada por una obra contemporánea. El reencuentro con Brokeback Mountain en formato audiovisual confirma algunas de las impresiones del estreno, como son la rigurosa labor de un Wuorinen que no está dispuesto a ninguna concesión en su escritura, de ascendencia serial, a pesar de enfrentarse a una temática que posee unas asociaciones musicales tan connotadas como la del oeste americano. Si la parte instrumental resulta incuestionable desde una lógica musical, no lo es tanto desde una perspectiva dramática, algo de lo que también se resiente el tratamiento vocal, que no acaba de traducir la evolución psicológica de los protagonistas. Lo que en los ciclos vocales de Wuorinen resulta plenamente satisfactorio no se adecúa de igual modo a los requerimientos de la escena. Con todo, quizá sea esta ópera la aportación más valiosa del legado de estrenos encargados por Mortier durante su etapa al frente del Teatro Real.

David Cortés Santamarta