Jonas Kaufmann, Elīna Garanča, Ludovic Tézier, Georg Zeppenfeld, Wolfgang Koch.
Orquesta y Coro de la Ópera Estatal de Viena / Philippe Jordan.
Sony Classical · (4 CD)
PARSIFAL VAGANDO DURANTE LA PANDEMIA
Imaginamos qué habrá sopesado, a la hora de elegir entre si comercializar la toma sonora o la videográfica, que mejor no rescatar la facinerosa y antojadiza propuesta escénica planteada en 2021 por el ruso Kirill Serebrennikov en una Ópera Estatal vienesa cerrada a cal y canto al público por motivos pandémicos. Otra herida que todos portábamos por entonces en nuestros cuerpos y que tampoco parecía iba a sanar nunca. Todo un acierto rescatar solamente el audio de las dos funciones montadas y emitidas por Canal Arte, pues la escena, ambientada en una prisión de aromas putinianos, no había por dónde cogerla (a una grotesca lanza convertida en un soez tubo de hierro, se le unía un Gurnemanz tatuador de la cárcel, Kundry la periodista de una revista, Klingsor el redactor jefe de la publicación que acaba acribillado a balazos por ella y Parsifal se desdoblaba en escena, uno joven y otro maduro, rememorando su estancia en la prisión a modo de flashback). Por lo que mucho más recomendable abrir las orejas que los ojos.
Philipp Jordan (su padre firmó certeramente aquel Parsifal que puso banda sonora al legendario filme de Häns-Jürgen Syberberg) es un notable director wagneriano. Antes de salir al deshabitado coso vienés, ya tenía en su currículo un soberbio Tannhäuser (Baden-Baden, 2008), un renovador y cinematográfico Parsifal junto al caprichoso Stefan Herheim en Bayreuth (2012) y unos magistrales Meistersinger también desde la Verde Colina (2017), lo mejor que ha dirigido hasta la fecha. Aquí vuelve a desplegar su prudente estilo de dirección colmado de elegancia y refinamiento junto a una brillantísima y cristalina orquesta y un fantástico coro. Equilibrio y serenidad, colores sensuales y vivos, ágiles tempi y ausencia de marcados contrastes, cataclismos o salidas de tono. Una batuta que parece forrada de terciopelo como lo demuestra en el exquisito Karfreitagszauber.
El suizo contó con un estupendo casting para su filmación, donde reluce con fuerza la presencia magnética de Elīna Garanča, que empezaba a moldear a una primigenia Kundry, hasta culminarla en esa gloriosa estación final que supuso para ella darle vida el pasado verano en Bayreuth junto a Heras-Casado (registro que en unos meses verá la luz). Voz poderosa y rotunda para una Kundry salvaje de garras afiladas, bien resuelta dramáticamente, con un tenebroso y turbador registro grave. Kaufmann da vida a un imponente y taciturno Parsifal, gracias a una emisión fresca y rotunda, de agudos vigorosos. A veces el bávaro gusta de apianar tanto las notas que acaba cayendo en el falsete. Junto a la letona regalan ambos un segundo acto inolvidable, lleno de electricidad y sensualidad. Expresivo y repleto de fisicidad, el Amfortas de Ludovic Tézier intensamente doliente en sus desgarradores “Erbarmen!”. Profesional y sin tachones el Gurnemanz del todo terreno wagneriano de Georg Zeppenfeld, tan adicto a la salmodia. Pesado y fondón el Klingsor de Wolfgang Koch. En resumen, el enésimo Parsifal, que hubiera ganado muchísimos enteros si hubiese sido registrado en estudio y no en vivo sobre un gélido teatro sin público.
Javier Extremera