VIVALDI EN EL PAÍS DEL ORO NEGRO 

Del monumental legado Vivaldi que custodia la Biblioteca Nazionale Universitaria de Turín, ha sido L’Incoronazione di Dario RV 719 la elegida por el Teatro Regio Torino para su representación y  grabación en DVD. Estrenada en Venecia en 1717, pertenece a la primera etapa de Il Prete como compositor de óperas. El libreto, de Adriano Morselli, ignora los aires renovadores de otros autores reformistas como Zeno y centra la acción en la Persia antigua: un trono vacío, dos hermanas, tres pretendientes, traiciones, declaraciones de amor y, en definitiva, la lucha por el poder, se entremezclan con elementos cómicos procedentes de la Commedia dell’Arte. Aunque su estructura es conservadora en cuanto a una sucesión de recitativos y arias da capo, cuenta con sorpresas como arias bitemáticas, una instrumentación nutrida para la  época (se añade una viola all’inglese en la Cantata de Niceno) y una invención melódica brillante, que está sostenida en algunas arias por originales cambios armónicos.

Ottavio Dantone ya tiene en su haber otra grabación de L’Incoronazione con Naïve, prácticamente con la misma plantilla vocal. La elección de las voces es acertada y se basa en la dilatada experiencia en Vivaldi de la mayoría del elenco. Sara Mingardo despliega todas las cualidades a las que nos tiene acostumbrados: timbre lleno y carnoso en todos los registros, muy precisa en las coloraturas, certera e irónica en su caracterización de Statira (“defectuosa de mente”, según reza el libreto). Delphine Galou, límpida, ágil y expresiva en su retrato de la astuta Argene, pero a la que el juego de volúmenes con la orquesta no favorece en algunas ocasiones. Soberbia Lucia Cirillo en el papel de Oronte: con amplia tesitura e impecable en la ornamentación, afronta soberbiamente las difíciles arias asignadas originariamente a un castrato. Las sopranos Roberta Mameli (Alinda) y Veronica Cangemi (Arpago) convencen con la belleza de sus timbres y por la intensidad dramática con la que realizan algunas arias. Muy solvente en su papel cómico de Niceno el barítono Roberto Novaro y bastante menos afortunado Carlo Allemano como Dario: con voz opaca,  y muy justo en los agudos desluce la altura de resto del reparto.

No es la primera vez que Dantone dirige a la Orquesta del Teatro Regio, por lo que ha sabido sacar lo mejor de ellos, conjugando el juego de articulaciones y de dinámicas de una formación barroca con la afinación precisa de una orquesta que no cuenta con instrumentos originales. Leo Muscato ha sido el encargado de la escena. Extremando la separación entre música, libreto y escenografía, centra la acción en los Emiratos Árabes, epicentro del poder del oro negro. Nada nuevo bajo el sol, ya que recientemente en Glyndebourne se ha llevado la Ipermestra de Cavalli  a la misma localización y más que epatar, distrae e incluso obstaculiza el disfrute último del drama y, lo peor, de la música, que es en definitiva lo que importa.

Mercedes García Molina