Jaroussky, Fagioli, Cencic, Concerto Köln / Diego Fasolis. Escena: Silviu Purcarete.
Erato, 46323234 (2 DVDs)
Apoteosis de contratenores
El notable y justo éxito de la grabación en CD del Artaserse de Vinci, lanzada al mercado a fines de 2012 (y ya comentada muy elogiosamente en estas páginas), atraerá, sin duda, las miradas hacia esta versión en DVD, máxime cuando el reparto artístico es prácticamente idéntico (Artabano en la versión en audio era Daniel Behle, y en esta en DVD, es el tenor sevillano Juan Sancho).
Como ya señalamos en su día, Artaserse es una especie de apoteosis de los contratenores/sopranistas, quienes copan los cuatro papeles principales de la ópera. Una manera de respetar y recrear (en la medida de lo posible) el reparto original, tal y como tuvo lugar en Roma, un 4 de febrero de 1730. El matiz, como ya se figurarán, no es enteramente despreciable: en la noche de su estreno, estos cuatro papeles fueron protagonizados por otros tantos castrati, y aquí ya no... Ciertamente, la norma papal prohibía a las mujeres subir a un escenario en Roma, razón por la cual, Vinci hubo de encomendar los papeles femeninos a dos castrati (Semira y Mandane), sumándose a los de Arbace y el propio Artaserse.
La música, sin tener las calidades de un Haendel, despliega brillantemente las virtudes del género dramático sin apartarse ni un momento de los propósitos de lucimiento de los solistas. Como ya señalé en la crítica del CD, los cantantes están espléndidos, aunque una tímbrica tan semejante para casi todos los personajes agota un poco. Fasolis vuelve a demostrar su energía desbordante y su imaginación como director barroco.
En lo referente a la puesta en escena de Silviu Purcarete, la idea de romper la cuarta pared y mostrar, sin pudor alguno, los entresijos del escenario, como monitores o tramoyas (durante la obertura, el público puede ver cómo los artistas se maquillan y visten antes de actuar), resulta de cierto interés por su perfil de planificada naturalidad y sus toques de cine de autor. Aunque lo más destacable es su tono respetuoso con el buen gusto y la sensatez, muy lejos así del disparate visual y la provocación habituales en muchas óperas.
El que este crítico no sume la R a las cuatro estrellas en la calificación, se debe a dos razones estrictamente editoriales. La primera (me dirán algunos que tiene una justificación económica y comercial tristemente conocida por todos) es la ausencia de subtítulos en español, carencia que termina siendo un poderoso inhibidor a la hora de adquirir un DVD de ópera. Pero la segunda (coincidirán conmigo en que es imperdonable) es que en el cuadernillo no aparece por ningún lado la relación de tracks con su numeración (sólo en el propio menú de los discos). Tampoco libreto alguno. Una pena.
Raúl Mallavibarrena