Música clásica desde 1929

Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
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Ritmo Enero 2025 - Núm. 990

UNSUK CHIN • The Unsuk Chin Edition

(Concierto para violín 1, Concierto para violonchelo, Le silence des Sirènes, Concierto para piano, Chorós Chordón, Rocaná).
Christian Tetzlaff (violín), Alban Gerhardt (violonchelo), Barbara Hannigan (soprano), Sunwook Kim (piano) / Berliner Philharmoniker / Simon Rattle, Myung-Whun Chung, Sakari Oramo, Daniel Harding.
Berliner Philharmoniker Recordings BPHR230411
2 CD + Blu-ray (vídeo) + libro de pasta dura (80 páginas)



La crítica

En el país de las maravillas de Unsuk Chin

El caso de la compositora Unsuk Chin (1961) difiere bastante de lo que comúnmente aceptamos como aleación Oriente-Occidente. La coreana no ha recurrido a esta mezcolanza de culturas como definitoria de su música, lo que sí se puede afirmar de figuras como Toshio Hosokawa (Japón) o Wenchen Qin (China). La música de esta creadora nacida en Seúl, pero que reside en Berlín, comparte ciertos rasgos con la de uno de sus más reputados mentores, György Ligeti.

Podemos rastrear la influencia de lo magiar en Ligeti (sobre todo en sus primeras obras), pero la figura del húngaro es ante todo monolítica: hablamos de un autor sólido y de un fortísimo carácter musical. Algo parecido sucede con Unsuk Chin. Si sacamos de la ecuación la influencia de su maestro, lo más parecido a la música de esta coreana, aunque parezca una boutade, es la propia Unsuk Chin. La música tradicional juega en ella un papel secundario o inexistente.

Como ella misma ha contado, los 3 años que pasó junto a György Ligeti fueron de exasperación. Nada de lo que escribía la pupila le parecía suficiente al maestro. Unsuk Chin se apartó de los ejercicios compositivos postseriales que podría firmar cualquier epígono de Darmstadt, y el resultado de aquella búsqueda de nuestra autora (autoexigente y sobrada de talento) lo aprecia hoy el oyente desde la primera audición de cualquiera de las 6 obras contenidas en este box monográfico de la Filarmónica de Berlín. A las explosiones de color y a la vitalidad salvaje de sus obras se les pueden dispensar diferentes atributos, siempre que los epítetos no tengan que ver con el aburrimiento y lo ordinario.

La escritura de Unsuk Chin tiene poco de contemplativa y mucho de energética, y un buen ejemplo de ello es el Concierto para piano. En esta obra concertante, Chin asombra por lo lúdico, por la exuberancia de la orquesta, y por la polirritmia y ferocidad del solista. La influencia de Ligeti aún se revela con claridad, lo que no es un desdoro. A ver cuántos le aguantan hoy un pulso al autor de los Études.

El Concierto para violín n. 1 fue saludado por parte de la crítica como una obra maestra del siglo XXI. ¿Exagerado? Invito a escuchar y a sacar conclusiones. En sus 4 breves movimientos, el violín solista sobrevuela sobre un fondo sonoro en continuo movimiento, un paisaje acústico en el que la densidad y el color fluctúan de manera constante. Es Alicia contestando al país de las maravillas. Concierto luminoso, dotado de un resplandor se diría que explosivo; y elegante, trabajado como una detallada pieza de orfebrería.

Todavía nos queda por saludar al Concierto para violonchelo, la obra más madura de las tres piezas concertantes incluidas en el programa. Dividido de nuevo en 4 movimientos y de nuevo muy condensado (duración inferior a los 30’), el Concierto para violonchelo vuelve a destacar por unas dinámicas y unos timbres exuberantes. La ductilidad con la que el solista esquiva los momentos de tensión con los que lo golpea la orquesta son lo más parecido a un drama que vamos a encontrar en Unsuk Chin (drama muy contenido, el sentimentalismo debe ser la única fuerza musical que no libera esta compositora). En cuanto a pura belleza sonora, es el más destacable de los tres.

La esencia rítmica de Rocaná, con una percusión rica y desenfrenada, y los escenarios sonoros que cambian de color, con dinámicas y tiempos en permanente bullicio, convierten esta pieza de 17’ en una ideal carta de presentación de la autora. Señoras y señores, aquí les dejo mi tarjeta de visita, después de haber escapado de la madriguera del conejo blanco.

Se ha comparado a Unsuk Chin con Kaija Saariaho, pero aparte de las mencionadas riqueza y sutileza de la paleta orquestal, se aprecian más diferencias que puntos en común entre ambas. Donde Saariaho introduce pathos, Chin apuesta por el humor y el juego. Si se dice que las maneras contemplativas de Saariaho en cierto modo remiten a Debussy, con Unsuk Chin habría entonces que apuntar en la dirección del más afilado Stravinsky, o del mismo Ligeti. Un buen ejemplo de ello es Chorós Chordón, obra sinfónica pura incluida en la caja The Asia Tour y recuperada para la presente The Unsuk Chin Edition.

He dejado para el final Le silence des Sirènes, una vestidura diseñada, cortada y cosida como un traje a medida para la soprano Barbara Hannigan. Quienes recuerden las diferentes e impactantes interpretaciones de Mystères du Macabre por Hannigan se pueden imaginar el despliegue musical, teatral, divertido y muy virtuosístico que se encuentra en Le silence des Sirènes.

Me declaro seguidor de Unsuk Chin y de estas cuidadísimas ediciones (publicadas por Berliner Philharmoniker Recordings en formato sonoro y audiovisual), en las que el protagonismo recae en la orquesta (Chung se ocupa del Concierto para violonchelo, Oramo dirige el Concierto para piano, Harding goza con Rocaná y Rattle se complace con las 3 obras restantes). Un diez. Y, por favor, que alguien grabe ya su ópera de 2007 Alice in Wonderland.

Daniel Pérez Navarro

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