Gran acierto de JoAnn Falletta, no sólo por optar a ofrecer la partitura completa de Stravinsky, sino porque con este disco posiblemente ha conseguido uno de sus mejores trabajos para Naxos, su sello discográfico de siempre. En su interpretación se encuentra perfectamente plasmada toda la ironía contenida en estos pentagramas, pero también se aprecia la consecución de un sentido del conjunto nada usual en una obra de esta complejidad. Desde la irrupción de los primeros acordes de la Marcha del soldado, se revela evidente el entendimiento de las intenciones del compositor por parte de la directora. Los diferentes solistas del conjunto instrumental de Virginia aportan su granito de arena cada uno, como si se tratase de los diferentes personajes de la narración, superando las dificultades que ofrecen las diferentes figuras instrumentales ideadas por Stravinsky en una de sus más personales y conseguidas partituras.

Versión muy recomendable, pues, a la altura de otras grandes como Dutoit (Erato) o la imprescindible de Markevitch (Philips), con Cocteau… Aunque, la retina y los oídos de un servidor no pueden olvidar a Barenboim con solistas del Diván y un insustituible Patrice Chéreau, en el Mozarteum de Salzburgo en 2007.

Rafael-Juan Poveda Jabonero