La aparición de este quinto álbum celebra los quince años de la agrupación que lo protagoniza, el Silk Road Ensemble que, bajo la dirección artística de Yo-Yo Ma, surgió como una iniciativa para reunir a músicos de las más diversas latitudes, en especial de aquellos países atravesados en su día por la legendaria ruta de la seda. Un deseo, pues, por exaltar el diálogo musical más allá de las fronteras que, insistentemente, se imponen en el ámbito geopolítico. El virtuosismo de todos los intérpretes es abrumador, y Yo-Yo Ma aparece como uno más en una combinatoria que reúne instrumentos como la tabla india, el shakuhachi japonés, el santur persa, la pipa china ¡o la gaita gallega! con la cuerda o la percusión occidentales. El colectivo transmite siempre una entrega y un entusiasmo ilimitados (como demuestran soberanamente en sus actuaciones en directo), si bien no hay mucha voluntad indagadora: la música se mueve en esos ámbitos híbridos entre lo folk, la new age y el pop, donde los clichés asoman con demasiada insistencia, si bien la calidad de sus ejecutantes lo destaca sobre otras propuestas similares.

David Cortés Santamarta