Lisa Batiashvili. Staatskapelle Berlin / Daniel Barenboim.
DG, 4796038 (CD)
Imaginación y creatividad
De una obra musical importante y muy transitada suele haber en disco interpretaciones de gran altura y, dentro de ellas, un reducido número (si es que hay alguna) verdaderamente renovadora. Es, sin duda, el caso del Concierto para violín de Tchaikovsky por Batiashvili y Barenboim. No es una gran versión más, a situar junto a las de Oistrakh/Filadelfia/Ormandy, Perlman/Filadelfia/Ormandy (ambas Emi, esta última también en DVD EuroArts), Vengerov/Filarmónica de Berlín/Abbado (Teldec/Warner) o Zukerman/Filarmónica de Israel/Mehta (Sony), seguramente las más grandes hasta la fecha, sino una que aporta una gran cantidad de hallazgos (por parte de ambos protagonistas) en frases o pasajes que suelen hacerse hasta cierto punto lineales; algo, esto último, que solo descubrimos tras la escucha de este auténtico portento de imaginación y creatividad.
En líneas generales, la violinista georgiana, además de estas cualidades, muestra un enfoque más lírico de lo habitual, de inmensa ternura, incluso un lado femenino (nada ajeno al compositor ruso) que descubre nuevos aspectos realmente acertadísimos. Pero Batiashvili posee un temperamento tremendamente apasionado, por lo cual atiende todos los puntos de vista imaginables de esta partitura. Y en cuanto a su sonido y su mecanismo o técnica, son (escandalosamente) bello aquel e insultante esta. Hay en esta versión (en la que también descubriremos multitud de detalles a cuál más atinado en la parte orquestal) momentos de tal intensidad emocional (antes de la coda del primer movimiento, la línea melódica de la Canzonetta) que resultan casi insoportables. Es curioso cómo una recreación así nos hace replantearnos las mejores de las precedentes, de las cuales las citadas tienen en común un enfoque más exclusivamente viril, poderoso y expeditivo (perdón por los tópicos, que encuentro ciertos en esta ocasión). Para mí, la primacía absoluta que alcanza esta interpretación es indudable.
El Concierto de Sibelius conoce aquí una interpretación también memorable, de una belleza e intensidad emocional extraordinarias, pero tal vez no aporta tanto como el del compositor ruso. Aun así, se sitúa al nivel de las versiones grabadas más logradas hasta ahora, es decir Ferras/Filarmónica de Berlín/Karajan, Zukerman/Filarmónica de Londres/Barenboim (ambas DG, esta última quizá la número 1) y Vengerov/Chicago/Barenboim (tanto la del CD Teldec/Warner como la del DVD EuroArts, ésta en público).
Es, curiosamente, el Concierto la única obra grande del finlandés llevada al disco por el de Buenos Aires, y son de todo punto ejemplares su comprensión lingüística, las densas, oscuras, inquietantes sonoridades que consigue y su planteamiento y resolución de las turbulencias, las tensiones y los clímax, sin descartar momentos de extrema dureza. A resaltar también que ambos Conciertos, sin duda ensayadísimos (qué complicidad entre fraseos del violín y sus respuestas camerísticas por parte de solistas de la orquesta) muestran un entendimiento completo entre Batiashvili y Barenboim (quienes habían tocado el Tchaikovsky juntos antes y después de su visita a los estudios). Las tomas de sonido son rigurosamente asombrosas, sin duda las mejores hasta el momento.
Ángel Carrascosa Almazán