Con una calidad de sonido excepcional, la pianista mexicana Leticia Gómez-Tagle se reafirma en su amor a las grandes obras pianísticas que lleva tocando toda una vida. “Sí!” no es solo la afirmación de estos amores, es un juego de palabras con las tres tonalidades similares (ojo, la de Si menor, no mayor…) que coinciden en las tres sonatas de esta grabación. Escuchar el pianismo de la mexicana es recordar la pureza de Rubinstein o Arrau; de ellos proviene el arte de Leticia, con un sonido denso pero claro, donde cada nota tiene peso. La Sonata Op. 58 de Chopin es afrontada desde la calma y la tensión interior, desgranada con claridad y cantada con naturalidad, sin excesos ni rebuscamientos. Por momentos es un Chopin que recuerda la densidad sonora de un Brahms, con detalles de suprema clase.

No hay descanso tras el Finale tumultuoso de la Tercera Sonata del polaco, pues el titán de Liszt y su Sonata en si menor piden paso. La demoníaca escritura de esta música cuaja mejor con interpretaciones más directas, ya que la mexicana opta por una visión meditativa, a un paso entre la vida y muerte. Este volcán del romanticismo alcanza en manos de Gómez-Tagle sus mejores momentos, extraordinarios, en la fuga, donde algunos acentos son remarcados para placer sonoro del oyente. La delicada y tenue melancolía de la Sonata K 87 de D. Scarlatti cierra un disco mayor en Si menor.

Gonzalo Pérez Chamorro