Russian National Orchestra. Popov Academy of Choral Arts Choir. Kozhevnikov Choir. Oleg Tsibulko, bajo / Kirill Karabits.
Pentatone PTC5186618 (CD)
En mayo de 1997 la Orquesta de Valencia estrenó en España esta Sinfonía dirigida por Maxim Shostakovich, y, casualidades de la vida, allí me encontraba. Desde entonces, esta obra ocupa un espacio central en mis preferencias, fortalecidas por el conocimiento del terrible hecho histórico que da nombre a la obra, la masacre nazi sobre los judíos en 1941, y el inicio de la relación de Shostakovich con un Yevtusenko de 26 años que acababa de publicar su poema de nombre homónimo en la revista Literaturnaya Gazeta en septiembre de 1961.
El dispositivo es novedoso: bajo solista, coro masculino y orquesta, con una estructura en cinco movimientos que puede ser entendida como una cantata, una sinfonía coral o un ciclo de canciones.
Dentro de la grabación integral del ciclo sinfónico emprendida por la Russian National Orchestra en el sello Pentatone, de sonido espectacular, con diferentes autores, nos llega esta Babi Yar de alto voltaje, con el bajo Oleg Tsibulko de voz redonda, flexible, joven y muy expresiva, bien acompañado del coro masculino, y también por Karabits, director ucraniano ascendente, actual titular de la Bournemouth Symphony Orchestra, que consigue dotar a la música, gracias al control del tempo, del espacio expresivo deseado en ese panorama desolador de la Rusia de los 60 plagada de cinismo, depravación, ansiedad, corrupción con esas gotas de humor que se insinúan.
Jerónimo Marín